El “zoo de Londres”: ocho grafitis de Banksy que ya inundan la capital británica
El artista callejero deja una nueva obra en la calle Westmoor, perteneciente al barrio de Charlton

El arte callejero reina por segunda semana consecutiva en el barrio de Charlton. La ciudad de Londres continúa inundándose con los grafitis del artista británico Banksy, quien ha dejado una nueva obra este lunes que pertenece a la ya bautizada serie “zoo de Londres”. Los murales, que él mismo va publicando en su perfil de Instagram, ascienden a ocho y el último ha sido la figura de un rinoceronte en una pared que simula escalar un coche aparcado justo delante. Medios británicos lo han ubicado en la calle Westmoor del barrio de Charlton, al sureste de Londres. Este domingo 11 de agosto, el artista cerraba su primera semana “animal” confirmando la autoría de una cabina de cristal de la policía, que amanecía convertida en una pecera de pirañas. En la foto que el mismo Banksy ha publicado, un agente mira la obra mientras le hace una foto. Los días anteriores, un gato, un pelícano, un lobo en una antena parabólica, primates colgando de un puente, elefantes y una cabra –que fue el primer grafiti– han aparecido en paredes y superficies londinenses.
Una de las obras, robada
El cuarto de los murales fue robado el pasado viernes, tan solo unas horas después de su aparición, según informó el diario británico “The Guardian”. Esta obra de arte corresponde con la figura de un lobo sobre una antena parabólica y se ubicó en lo más alto de un edificio en Rye Lane, en el barrio de Peckham, en el sureste de Londres. El primer mural apareció el pasado lunes en una pared de la zona de Kew Bridge, en Richmond, una obra que el artista firmaba en redes sociales sin ningún pie de foto. En este caso el arte de tradujo en la silueta de una cabra a la que apuntaba una cámara de vigilancia mientras se mantenía en lo alto de una columna, de donde caían unas rocas que se desprendían. Posteriormente, aparecieron otros murales como dos elefantes que unían sus trompas desde los marcos de dos ventanas en las calles de Chelsea, o tres monos que se balanceaban desde un puente ferroviario en Shoreditch, al este de la capital.