Un sol que ilumina el Cerro y se llama María de la Cabeza
La Morenita reúne a 67 cofradías y 7 procofradías en un cerro lleno de devotos
No fue hasta las doce y media del mediodía de ayer cuando María Santísima de la Cabeza salió en procesión por el poblado del Santuario. “¿Pero cuando va a empezar?”, se impacientaba una romera que espera encontrarse con la patrona de la Diócesis tras la valla que separaba la explanada de la hospedería de la arcada donde se ofició la misa de campaña. “Esto lleva su tiempo”, le respondió otro devoto. Al final, como siempre, la Virgen morenita se reencontró con sus hijos, lo hizo el año pasado, con lluvia, el de antes, con viento y el otro y el otro, no falla. El presidente de la Cofradía Matriz, Manuel Vázquez, al final pudo cumplir la tradición de portar la imagen hasta las andas, a pesar del accidente sufrido por su esposa, Eva Soto, hermana mayor de este año, apenas 24 horas antes. A consecuencia del contratiempo, su lugar lo ocupó el vicehermano mayor Guillermo Cervera. A los dos les acompañaron, como manda la costumbre, el alcalde de Andújar, Francisco Huertas, y el hermano mayor de la Cofradía de Colomera, Santiago Martínez Delgado, para disfrutar de este honor concedido a los devotos de este pueblo granadino, lugar de nacimiento del pastar manco Juan de Rivas, al que se le apareció la Virgen de la Cabeza.
Los cuatro afortunados recorrieron el camino al trono mientras tarareaban una salve a la Madre de Andújar. Los anderos, ya locos por portar a la Reina de Sierra Morena sobre sus hombros, no paraban de moverse adelante y atrás, mientras se agarraban a las columnas del templete que protege la imagen dos trinitarios, Manuel García López, nacido en Villanueva del Arzobispo y que tiene destino en Algeciras, y José Borja Gómez Yáñez, de Málaga. Los dos realizan trabajos para ayudar a los desfavorecidos y tuvieron esta oportunidad por la labor de custodios de la Basílica del cerro que tienen encomendada su orden. La Virgen y el Niño lucieron la saya y el mantolín, ademas de las coronas y el rostrillo del Centenario de la Coronación, por cumplirse una década de este acontecimiento. Lució un manto rojo, donado por Lázaro Palomares, que fuera hermano mayor, además del fajín de capitana generala y la Laureada de San Fernando, sin olvidar el bastón de alcaldesa mayor y la medalla de la ciudad, que estrenó cordón donado por el Ayuntamiento. También llevó puesto el broche que recuerda la distinción concedida, hace una década a esta advocación mariana, la Rosa de Oro, signo de la Virgen de la Cabeza es una de las más veneradas de la cristiandad. Además, en la jornada de ayer, se cumplió el 75 aniversario de la bendición y entronización de la actual imagen, tras la desaparición la anterior en la Guerra Civil.
Con toda esta alegría, impaciencia y fechas para recordar, las andas recorrieron el poblado del cerro. Fiscales de la Cofradía y guardias civiles procuraron abrir un pasillo para permitir el paso de La Morenita. No hubo que lamentar incidentes. El desfile bajó a toda prisa por las calzadas y, al llegar a la plaza central del pequeño núcleo de población, se vivieron momentos muy emocionantes. Los anderos de la Virgen de la Cabeza izaron a un hombre y a una mujer, obligados a desplazarse en silla de ruedas, para que pudieran tocar el manto sagrado. La imagen de estos fieles sobre las miles de personas que se agolpaban al paso de la Rosa de Oro fue espectacular. Acompañaron a la hermandad andujareña 67 cofradías filiales y más de media docena de procofradías, llegadas de todas las provincias andaluzas. Según las estimaciones de la comunidad del santuario, la afluencia superó a las trescientas mil personas del año pasado. La cifra, de hecho, sorprendió al propio obispo, Amadeo Rodríguez, que preguntó para poder confirmar que no se exagera.