Santuario Heroico de “El Pajarillo”, en Huelma

26 may 2021 / 11:04 H.
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Mi amigo y colega de profesión: Santiago Cano León, en un estudio pormenorizado que tiene sobre el Santuario comienza diciendo:... “Antes de nada, voy a explicar el nombre del yacimiento, dado que existe una gran confusión sobre su etimología. Como me comentó en una ocasión Pedro Molina Poyatos, Secretario de la Asociación de los Amigos de los íberos, El Pajarillo no se refiere a ningún ave pequeña, sino que su nombre lo toma de un pequeño pajar que, al parecer, existía en esa zona”... Una vez aclarado de dónde le viene el nombre a este importante santuario íbero, para lo que voy a explicar me apoyaré en lo que se publicó en el BOJA Nº 21 de fecha 1-2-2006 - Consejería de Cultura, Decreto 12/2006, de 10 de enero, por el que se declaraba Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Zona Arqueológica, el yacimiento del Cortijo del Pajarillo, en Huelma (Jaén).

­ Ubicación

El sitio arqueológico se encuentra situado en la margen izquierda del río Jandulilla, en su ribera, en un cerro de escasa altitud que controla uno de los pasos entre el Alto Guadalquivir y la depresión de Guadix. Ocupando una superficie de aproximadamente cinco hectáreas, está formado por cuatro elevaciones (tres domos y una meseta) que sobresalen del resto de las alturas del entorno inmediato entre cuarenta y cincuenta metros.

Las labores agrícolas y la construcción de una balsa, una piscina y un depósito, además de las actividades de los expoliadores, han deteriorado parcialmente las estructuras y alterado el registro arqueológico.

­ El primer hallazgo

El descubrimiento del sitio se produjo en 1933 durante la construcción de la carretera a la pedanía de Solera, utilizándose como cantera para la construcción de los dos puentes sobre el Jandulilla. Se localizaron varios fragmentos de esculturas entre los que destacan el de un león acéfalo y una cabeza de grifo, que se hallan en el nuevo Museo Íbero de Jaén.

­ El segundo hallazgo

A principios de 1993, D. José Sánchez García -propietario del Cortijo El Pajarillo-, mientras realizaba trabajos agrícolas encontró dos grandes elementos escultóricos: un león acéfalo y una figura humana, también acéfala, armada con falcata y en posición defensiva. El propietario dio parte del hallazgo al Ayuntamiento de Huelma, y éste se puso en comunicación con la Delegación Provincial de Cultura de Jaén. Tras una visita al yacimiento por parte de especialistas, a comienzos de febrero se depositaron las dos piezas en el Museo Arqueológico de Jaén.

Como consecuencia de estos importantes hallazgos se llevaron a cabo intervenciones arqueológicas por la Consejería de Cultura. Los trabajos arqueológicos darían comienzo en marzo de 1994, dirigidos por los Drs. Manuel Molinos Molinos, Arturo Ruiz Rodríguez, Teresa Chapa Brunet y Juan Pereira Sieso.

En dicha actuación, aparecieron restos arqueológicos muy deteriorados por una roturación reciente seguida de la plantación de almendros. A parte de la destrucción propiciada por estas labores agrícolas, había también evidencias de expolio con movimientos de tierra, destinados, al parecer a la búsqueda de elementos de cierta monumentalidad. Fruto de esta destrucción son las abundantes piedras de diferente tamaño (desde ciclópeas a medianas y pequeñas), algunas de ellas trabajadas, amontonadas junto al yacimiento y que era evidente debían de formar parte de algún muro u otro elemento constructivo de gran entidad.

<i>Aparición de la cabeza del “lobo” y parte del “grifo”. </i>
Aparición de la cabeza del “lobo” y parte del “grifo”.

El sitio arqueológico presenta una secuencia que se inicia en el siglo IV a.C. a la que se superponen dos fases de época romana (entre Augusto-Tiberio hasta el siglo II d.C., y Bajo Imperial hasta el siglo V d.C.), y otra de época medieval, de la que apenas quedan indicios y que se situaría entre los siglos XI y XII.

A parte de restos cerámicos ibéricos, situados sobre todo en las laderas, se encontraron fragmentos cerámicos medievales, parte de ellos concentrados en la cumbre del cerro, que había sufrido grave daño por los desmontes. Dentro de la cerámica medieval se destacaban dos fragmentos de cuerda seca decorada con elipsoides en verde, y una piquera de un candil vidriado, de cuerpo troncocónico invertido y cuello cilíndrico estrecho y alto.

La fase mejor conocida es la ibérica, las construcciones ibéricas detectadas durante la excavación quedan delimitadas hacia el exterior por un enorme lienzo de piedra de 80 metros de largo por 8 de ancho, con una estructura de acceso en su sector Norte. Destaca su perfección técnica y su homogeneidad.

Unas pequeñas escaleras dan acceso a un corredor delantero o pódium que desemboca en otras escaleras de mayores dimensiones que, en origen, estaban flanqueadas por dos leones. Esta combinación escaleras-pódium compone el sistema de acceso al interior.

Santuario Heroico de “El Pajarillo”, en Huelma

El resto del conjunto escultórico se situaría en lo alto de una torre recubierta de barro, ubicada en la zona central. Las esculturas representan a un lobo, un guerrero, dos grifos, un muchacho joven y un carnívoro, componiendo una escena que se interpreta como la heroización de un aristócrata ibérico.

<i>Recreación del conjunto escultórico que se situaría en lo alto de una torre recubierta de barro, ubicada en la zona central. </i>
Recreación del conjunto escultórico que se situaría en lo alto de una torre recubierta de barro, ubicada en la zona central.

En el interior de la estructura se localizaron tres habitaciones, siendo excavadas dos. Se conectaban a través de un pasillo; su ejecución técnica es bastante buena. De dimensiones similares (4,5 x 2,25 metros), el pasillo que las comunicaba tenía 1,70 metros de largo por 1 metro de ancho (f15).

Santuario Heroico de “El Pajarillo”, en Huelma

En la parte trasera de la estructura se documentaron aterrazamientos y muros de contención. También en la parte delantera existía un sistema parecido destinado a frenar los desbordamientos del río Jandulilla.

Las características descritas alejan a este asentamiento de la morfología del típico asentamiento fortificado, sus estudiosos lo definen como un Santuario Heroico, debido a varios factores. En primer lugar, la forma física de las estructuras (podría decirse que estas se reducen a una inmensa pared en mitad del campo) le confiere un aspecto de límite físico de un territorio, en este caso conformando su entrada. El territorio delimitado sería el Valle del Jandulilla, pues el monumento se encuentra enclavado geográficamente justo en su cabecera, en un estrechamiento de paso obligado para la comunicación del Alto Guadalquivir con las hoyas de Guadix y Baza. El núcleo colonizador de este Valle sería el ópidum de Úbeda La Vieja, situado en la desembocadura del río Jandulilla, que tras un primer paso, con el establecimiento de La Loma del Perro, culminaría su dominio total del valle con el «cerramiento » del mismo mediante el muro que supone El Pajarillo.

De este modo, el territorio quedaría perfectamente delimitado. El área de culto del santuario se había definido construyendo un frente fortificado, cuya función con toda seguridad no era militar, ya que cuando se alcanzan sus extremos, la estructura amurallada se corta bruscamente permitiendo un acceso fácil al interior y demostrando con ello que sí lo era un escenario creado para quienes accedían desde el Sur, es decir, para quienes se aproximaban al valle del Río Jandulilla.

El monumento, como hemos visto, tiene en su centro una torre cuadrada a la que se accedía por un sistema de escalones y corredores que la rodeaban y la envolvían. Seguramente, en uno de los tramos de ascenso a la parte superior de ésta estuvieron situadas dos esculturas de leones. Antes de comenzar a ascender a la citada torre, se situaba la plataforma descrita anteriormente, ubicada inmediatamente delante del monumento, y en la cual los visitantes debieron hacer ofrendas al personaje que desde lo alto de la torre presidía el monumento.

<i>Recreación del monumento. </i>
Recreación del monumento.

Sobre la torre debía situarse gran parte del conjunto escultórico en el que además de animales fantásticos como el grifo y otros personajes, destaca el enfrentamiento entre un héroe y un lobo. Se trata de la representación de un mito que relata la superación de un obstáculo por parte del héroe.

<i>Recreación de conjunto escultórico. </i>
Recreación de conjunto escultórico.

­ El Héroe

El conjunto escultórico representaría pues la heroización de un aristócrata ibérico, su legitimación como tal mediante la demostración de su superioridad, tanto sobre la fuerzas de la naturaleza, como sobre las sobrenaturales. La escena que representan todas las esculturas, y que legitima al héroe ibérico, contiene un fuerte componente de ostentación, pues está ubicada en el lugar más visible del santuario. Esto querría decir que todo el conjunto en sí estaría allí para ser visto, y para que a todo aquel que hiciese el camino entre las tierras del Alto Guadalquivir y las hoyas granadinas le fuera evidente el carácter heroico del aristócrata que dominaba el territorio delimitado en su entrada por el Santuario.

El Museo Íbero de Jaén

En la exposición temporal “La Dama, el Príncipe, el Héroe y la Diosa” en el nuevo Museo Íbero de Jaén, se incluye un espectacular espacio expositivo del monumento ibérico de “El Santuario Heroico de El Pajarillo”, espacio éste del que quiero dejar constancia en esta publicación.

Bibliografía:

- El Museo Íbero de Jaén: Exposición temporal “La Dama, el Príncipe, el Héroe y la Diosa”

- BOJA Nº 21 de fecha 1-2-2006 - Consejería de Cultura, Decreto 12/2006

- LOS ÍBEROS Y EL MUSEO DE JAÉN - Una recopilación de: Santiago Cano León

- Vistas aéreas: Google Earth Pro

Agradecimientos:

- A Juana María López Díaz, guía de Huelma, y a Santiago Cano León por la documentación aportada a la publicación.

• Fotos, diapositivas, textos y maquetación: Miguel Mesa Molinos

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