Ruinas de la ermita de San Vicente, diácono y mártir, en Segura de la Sierra

14 abr 2021 / 11:12 H.
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PRÓLOGO

La población de Segura de la Sierra se encuentra bajo la protección de San Vicente, diacono y mártir; su patronazgo se debe a que la villa fue conquistada por Alfonso VII el 22 de enero de 1214, festividad del santo. En la antigüedad existía próxima al pueblo una ermita dedicada al santo, pero en 1810 las tropas francesas, que se encontraban en retirada a Francia, entraron en el pueblo y lo saquearon. Entre otras atrocidades, saquearon y posteriormente incendiaron la ermita. En la actualidad, en el cerro de San Vicente, al pie de la era del Corso, se ubican las ruinas de lo que fue la ermita. Vecinas del pueblo cuentan que hace años un sacerdote que había en el pueblo, cuando llegaba la festividad del santo, subía con los niños de Segura al cerro, llevando todos consigo una piedra en la mano, con el fin de poder algún día reconstruir la ermita.

RESTOS DE LA ERMITA DE SAN VICENTE

Tal cómo hemos comentado, en 1810 las tropas napoleónicas en retirada a Francia, convirtieron a Segura de la Sierra en un gran brasero. La ermita de San Vicente tampoco se libró del saqueo y quedó arrasada; hoy tan sólo existen ruinas.

- Muros de cerramiento

La ermita tenía planta rectangular. Sus muros estaban construidos por mampostería bastada de piedra pequeña e irregular, procedente de la explanación del monte y ligada con mortero de cal y arena del lugar. El mortero fue de buena calidad por el aspecto que presentan en la actualidad los restos de las ruinas.

<i>Restos de los muros de cerramiento del edificio.</i>
Restos de los muros de cerramiento del edificio.

- Muro exterior explanada

El solar que ocupaba la ermita estaba rodeado de un muro de piedra suelta de un metro de altura, con unas escaleras de acceso frente a la puerta de entrada.

<i>Restos de los muros de cerramiento de la plataforma exterior y escalera de acceso a la planta del edificio.</i>
Restos de los muros de cerramiento de la plataforma exterior y escalera de acceso a la planta del edificio.

- Cómo pudo ser la ermita

Según consta en el libro de visitas de la Orden de Santiago que se encuentra en el Archivo General de Murcia, en visita realizada a Segura por los “visitadores” de la Orden, dicen, y así quedó reflejado en el inventario de la ermita, que en su interior había:

- Un cuadro de San Vicente al óleo, colgado en la pared.

- Una gran lámpara de pie.

- Un altar con manteles.

- Y una chimenea, a la entrada de la ermita a la izquierda, para que se calentara el “ESTERO”, debido al frío tan intenso que hacía en el monte.

(Información aportada por el investigador D. Francisco Gómez Cabeza, traducida del libro de visitas de la Orden, en donde se hace referencia a dicha visita).

La ermita debió tener una estructura formada por cerchas y correas en madera de pino y estar cubierta de teja árabe. La observación de los restos de los muros de carga nos dice que habría una pequeña puerta de acceso en una de las paredes maestras que dan al pueblo y otra puerta de mayores dimensiones en la pared lateral. La entrada de luz al interior de la sala se produciría a través de ventanales.

VIDA Y OBRA DE SAN VICENTE MÁRTIR

<i>San Vicente en el centro, flanqueado por las imágenes de San Isidro labrador y San José. Capilla lateral en la nave central de la iglesia Nuestra Señora del Collado.</i>
San Vicente en el centro, flanqueado por las imágenes de San Isidro labrador y San José. Capilla lateral en la nave central de la iglesia Nuestra Señora del Collado.

- Diácono y mártir (+ 304)

Vicente, el Victorioso, es uno de los tres grandes diáconos que dieron su vida por Cristo. Junto con Lorenzo y Esteban - Corona, Laurel y Victoria -forma el más insigne triunvirato. Cubierto con la dalmática sagrada, ostenta entre sus manos la palma inmarcesible de los mártires invictos. Este mártir celebérrimo en toda la Cristiandad, encontró su panegirista en San Agustín, San León Magno y San Ambrosio. Y tuvo su cantor en su compatriota Prudencio, que dedicó el himno V de su Peristephanon al “levita de la tribu sagrada, insigne columna del templo místico”.

Vicente descendía de una familia consular de Huesca, y su madre, según algunos, era hermana del mártir San Lorenzo. Estudió la carrera eclesiástica en Zaragoza, al lado del obispo Valero. “Nuestro Vicente”, cantará Prudencio, vindicando esta gloria para Zaragoza, la ciudad de España que tuvo más mártires. San Valero, que tenía poca facilidad de expresión, le

nombró Arcediano o primer Diácono, para suplirle en la sagrada cátedra.

Estamos a principios del siglo IV, en la décima y más cruel persecución contra la Iglesia, decretada por Diocleciano y aplicada en España por Daciano. Las cárceles, que estaban reservadas antes para los delincuentes comunes, pronto se llenaron de obispos, presbíteros y diáconos, escribe Eusebio de Cesarea. Era la táctica seguida fielmente por Daciano. Al pasar Daciano por Barcelona, sacrifica a San Cucufate y a la niña Santa Eulalia. Cuando llega a Zaragoza, manda detener al obispo y a su diácono, Valero y Vicente, y trasladarlos a Valencia. Allí se celebró el primer interrogatorio. Vicente responde por los dos, intrépido y con palabra ardiente. Daciano se irrita, manda al destierro a Valero, y Vicente es sometido a la tortura del potro. Su cuerpo es desgarrado con uñas metálicas.

Mientras lo torturaban, el juez intimaba al mártir a la abjuración. Vicente rechazaba indignado tales ofrecimientos. Daciano, desconcertado y humillado ante aquella actitud, le ofrece el perdón si le entrega los libros sagrados. Pero la valentía del mártir es inexpugnable.

Exasperado de nuevo el Prefecto, mandó aplicarle el supremo tormento, colocarlo sobre un lecho de hierro incandescente. Nada puede quebrantar la fortaleza del mártir que, recordando a su paisano San Lorenzo, sufre el tormento sin quejarse y bromeando entre las llamas. Lo arrojan entonces a un calabozo siniestro, oscuro y fétido “un lugar más negro que las mismas tinieblas”, dice Prudencio. Hasta el carcelero, conmovido, se convierte y confiesa a Cristo. Daciano manda curar al mártir para someterlo de nuevo a los tormentos. Los cristianos se aprestan a curarlo. Pero apenas colocado en mullido lecho, queda defraudado el tirano, pues el espíritu vencedor de Vicente vuela al paraíso.

Era el mes de enero del 304. Ordena Daciano mutilar el cuerpo y arrojarlo al mar. Pero más piadosas las olas, lo devuelven a tierra para proclamar ante el mundo el triunfo de Vicente el Invicto. Su culto se extendió mucho por toda la cristiandad.

- Fiesta en el barrio de San Vicente.

Hace unos pocos años, un grupo de vecinos del barrio de San Vicente, decidió recuperar la fiesta del santo con celebraciones religiosas y lúdicas. Cada año la fiesta ha ido a más, y lo más importante es que han sabido con su imaginación y trabajo unir en la fiesta a todos los vecinos del pueblo y a numerosos visitantes.

- Procesión de San Vicente por las calles de Segura de la Sierra.

<i>San Vicente en sus andas preparado para procesional por las calles de Segura.</i>
San Vicente en sus andas preparado para procesional por las calles de Segura.

El día se inicia con una diana floreada por las calles de Segura a cargo de una agrupación musical, para terminar en Puerta Nueva con salvas de cohetes, que le recuerdan al vecindario el día de fiesta en honor a su Patrón.

<i>Salvas de cohetes en Puerta Nueva. De testigos Jorge Manrique y el Yelmo.</i>
Salvas de cohetes en Puerta Nueva. De testigos Jorge Manrique y el Yelmo.

En la Puerta Nueva, los vecinos se reúnen a desayunar con chocolate y tallos de la tierra. La agrupación musical ameniza la fría mañana con su música.

A las 12 de la mañana en el templo parroquial de Ntra. Señora del Collado se celebra la eucaristía en honor a San Vicente Mártir. Posteriormente será procesionada su imagen por las calles de Segura.

<i>San Vicente en andas por las calles de Segura.</i>
San Vicente en andas por las calles de Segura.

- El almuerzo y la verbena.

Desde muy temprano, las vecinas del barrio preparan el guiso y las mesas en la Serradora para el mediodía, y los hombres, el fuego para la noche.

Al medio día en la Serradora se celebra el pregón de la fiesta, y a su finalización, continúa la fiesta con una comida preparada por los vecinos del barrio para todos los segureños. La agrupación musical anima la fiesta durante toda la tarde, y por la noche, una gran verbena amenizada por un conjunto de Segura.

<i>La fiesta en la Serradora. Las vecinas afanadas con la “caldereta” y los vecinos preparando la “candela” para la noche.</i>
La fiesta en la Serradora. Las vecinas afanadas con la “caldereta” y los vecinos preparando la “candela” para la noche.

RECREACIÓN VIRTUAL DE LA NUEVA ERMITA DE SAN VICENTE

Hemos conocido las ruinas de la ermita, como sería ésta en su origen, la historia del santo, cómo se desarrolla la festividad y, por último presentamos una propuesta para la recuperación de la ermita. Esto último es una utopía, o tal vez no, el castillo de Segura y los Baños Árabes resurgieron de sus ruinas y en la actualidad se encuentra totalmente restaurados.

*Recreación virtual en 3D de la ermita: D. José Liébana Negrillo (Delineante).

*Textos, fotografías, planos y maquetación: Miguel Mesa Molinos.

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