Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Expectación y Santuario del Cristo de Burgos (Cabra del Santo Cristo)

19 may 2021 / 17:10 H.
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Este templo, por una parte, está dedicado como iglesia parroquial a Nuestra Señora de la Expectación, advocación ésta que se relaciona con el tiempo en que la Santísima Virgen vive su embarazo esperando el nacimiento de Jesús (La Expectación del Parto), y por otra, como santuario al Cristo de Burgos.

<i>Iglesia parroquial Ntra. Sra. de la Expectación y Santuario del Cristo de Burgos.</i>
Iglesia parroquial Ntra. Sra. de la Expectación y Santuario del Cristo de Burgos.

PREÁMBULO.

­ Fundación de la aldea de “La Cabrilla”

La fundación de esta población fue en 1545 por el César Carlos (Carlos I de España y V de Alemania) con cincuenta vecinos de Úbeda, creándose también paralelamente un priorato que estaba bajo la dependencia de una abadía de Úbeda. Los monjes destinados allí por la casa madre se encargaban de gestionar y enviar las rentas a su abadía, disponiendo de una sencilla iglesia bajo la advocación de “Nuestra Señora de la Expectación”.

En sus inicios era una pequeña aldea que se llamó “Cabrilla”, por la gran cantidad de cabras que había en la zona, dedicándose sus primeros moradores al pastoreo. En la zona hubo un castillo de gran importancia estratégica por estar situado en la misma frontera de la Andalucía cristiana y la árabe y en el control del acceso entre los reinos de Jaén, Granada y Murcia.

<i>Vista aérea de la población de Cabra del Santo Cristo.</i>
Vista aérea de la población de Cabra del Santo Cristo.

En la fotografía de la vista área, se observa donde se ubica la iglesia parroquial “Ntra. Sra. de la Expectación” y Santuario del “Cristo de Burgos”, así como del cerro de San Juan muy próximo a la población donde están las ruinas del castillo.

A estas primeras cincuenta familias se les concedía mediante sorteo una parcela de tierra, a fin de que pudieran vivir de lo que se producía en ellas por su laboreo, así como construirse un techo donde vivir. Este sistema de reparto hacía que “la suerte” agraciara a unos vecinos con mejores parcelas que a otros. Aún hoy, perdura la costumbre en los lugareños cuando se van a su campo a trabajar, decir “me voy a la suerte”.

La población de la Cabrilla mantuvo pleitos con el Concejo de Úbeda, de la que dependía hasta bien avanzado el siglo XVII, para conseguir el aumento de pobladores y repartimiento de propiedades, manteniendo su ruralismo y economía basada en la ganadería y en la caza como corresponde a sus áridas tierras.

­ El milagro que cambio a la población.

En 1637 se produce un hecho que cambiaría totalmente el futuro de este pequeño lugar. Se trata de la llegada a la aldeade una copia en lienzo de la talla del Santo Cristo de Burgos, imagen muy venerada en el Santo Convento de San Agustín de la capital castellana.

Todo se inicia cuando Felipe IV nombra al burgalés Jacinto de Sanvítores y de la Portilla, comendador de Guadix. Éste que tenía gran devoción a una talla gótica del Santo Cristo de Burgos, y queriéndolo tener cerca de él, le encarga al pintor Jacinto Anguiano una copia en lienzo de la imagen.

<i>Lienzo del “Cristo de Burgos”, ubicado en la parte central del retablo mayor del templo.</i>
Lienzo del “Cristo de Burgos”, ubicado en la parte central del retablo mayor del templo.

Cuando la obra artística se encaminaba a Guadix en el año 1637, el arriero que la trasportaba se aposentó en la posada de la calle Palma de la Cabrilla, pues según dicen, la mula que lo transportaba quedó desfallecida en un portillo cerca de la población.

El arriero fijó el cuadro en la pared de su aposento y la imagen hizo el milagro de curar el brazo izquierdo paralizado de la posadera, una tal María Rienda. Los vecinos, pregonado el milagro, llevaron el lienzo a la antigua iglesia y cuando su dueño lo reclamó para Guadix, los “Cabrileños” se negaron y, tras una larga negociación del obispo de Jaén, Baltasar Moscoso de Sandoval, impulsor de la religiosidad tridentina, consiguió que la obra se quedara definitivamente en Cabrilla.

Pronto se convirtió en uno de los centros cruciales de peregrinación en Andalucía Oriental, se crearon cofradías en multitud de municipios, el prior Francisco Palomino supo organizar la recepción de limosnas y donaciones y, con ellas, se implementó la construcción de una iglesia-santuario acorde con la importancia religiosa que adquiría el pueblo.

<i>Interiores del templo con la talla gótica y la réplica en lienzo del “Cristo de Burgos” </i>
Interiores del templo con la talla gótica y la réplica en lienzo del “Cristo de Burgos”

La fotografía fue toma el 20 de enero del 2017 en el interior del templo parroquial con motivo de la celebración del 380 aniversario de la llegada del Sagrado lienzo a esta localidad. El pueblo fue visitado de nuevo por la imagen y réplica del Cristo de la ciudad de Burgos. Todo un acontecimiento que marcara de nuevo la historia de esta Villa.

LA IGLESIA-SANTUARIO.

En 1587 comenzaron las obras de una nueva iglesia constituida por una nave de poniente con tres capillas laterales y amplio crucero con amplias capillas-hornacinas, todo ello inscrito en un rectángulo, típica planta de cajón. No obstante, por la limitación de los recursos económicos, las obras iniciadas al contrario de lo normal, por los pies, avanzaron muy lentamente hasta 1637.

A partir de la llegada del milagroso lienzo el pueblo, que desde entonces se pasó a llamar “CABRA DEL SANTO CRISTO”, las obras avanzaron rápidamente completándose todo el brazo de poniente, la gran fachada, con su airosa portada, la puerta lateral o del Sol, el monumental coro (a los pies y en alto) y los primeros cuerpos de la torre, dándose cita aquí los principales arquitectos del momento, tales como luan de Juan de Salazar -portada principal- o Eufrasio López de Rojas -coro y Puerta del Sol-.

Durante la primera mitad del Siglo XVIII se completará la planta de la iglesia con la construcción de la cabecera (casi el cincuenta por ciento del edificio). Mientras que para finales de siglo se hacía el cuerpo de campanas de la airosa torre, de elegante perfil neoclásico.

­ La fachada principal.

La fachada principal, separada por dos molduras, cuenta con una portada de Juan de Aranda que intensifica la sensación de verticalidad sin renunciar al canon clásico. Abre el templo un arco de medio punto enmarcado por pilastras y, en un segundo piso, un frontón triangular roto da paso a una hornacina que acoge una escultura contemporánea de la Virgen, con los escudos a los lados del patrono Jerónimo de Sanvítores, y lo corona otro frontón curvo para exhibir el del cardenal Moscoso. En el tercer cuerpo, un vano muy verticalizado con moldura, termina de configurar la estructura alargada y piramidal.

<i>Fachada principal de Juan de Aranda.</i>
Fachada principal de Juan de Aranda.

­ La torre

La torre, levantada por Fernández Clabijo, es de planta cuadrada, tiene tres cuerpos, el de campanas es más pequeño, sus esquinas son achaflanadas y lo cubre una bóveda con anillos concéntricos. Al otro lado no se llegó a levantar torre y se recurrió a una solución escurialense: un estrecho muro sobre placa con roleos y coronado por una bola maciza.

<i>Torre. </i>
Torre.

­ La fachada lateral “la del Sol”

Lateralmente tiene otra portada, la del Sol, obra de Eufrasio López de Rojas, más sencilla iconográficamente que la principal. Consta de arco de medio punto, pilastras, ventana y escudos de José de Sanvítores y del obispo Andrade de Castro.

<i>Fachada lateral o del sol de Eufrasio López de Rojas.</i>
Fachada lateral o del sol de Eufrasio López de Rojas.

­ El interior.

Su planta es de cruz latina, con una sola nave con bóveda de cañón, y el crucero, al que se accede a través de grandes arcos torales, se cubre con media naranja sobre pechinas con pinturas de evangelistas en el crucero. A cada lado, tres capillas separadas por machones con interesantes retablos. El juego de líneas verticales y horizontales y la distribución de la luz aumentan el efecto de grandiosidad espacial.

­ El retablo mayor

<i>Retablo Mayor.</i>
Retablo Mayor.

Ocupando la Capilla Mayor, se erige sobre un zócalo de mármol, el retablo del Cristo de Burgos, que a excepción de las pinturas y de ciertos detalles puntuales, se conserva íntegro. A su ejecución material, llevada a cabo entre los años 1754 y 1757 por el entallador Francisco Briones, contribuyeron los donativos de cofradías y particulares. Se apunta a Blas Antonio Moreno, como su diseñador. En 1760 Luis de Melgar lo termina con el proceso de dorado. Verticalmente queda dividido en tres calles principales marcadas por cuatro enormes estípites que arrancan de grandes ménsulas.

La calle central acoge un gran pabellón resaltado y rematado por una corona; en él va colocado el venerado lienzo, patrón de la localidad, realizado en 1986 por Francisco Cerezo Moreno y sustituye al original destruido en 1937. Bajo el mismo, un riquísimo manifestador con espejos. Remata la calle central una ampulosa hornacina con una talla de la titular de la parroquia, Nuestra Señora de la Expectación, obra de 1960 del taller de Navas Parejo. En las hornacinas de las calles laterales y en sustitución de los lienzos originarios, aparecen San Pedro y San Pablo en el cuerpo inferior, y San Miguel y San Sebastián en el superior, pinturas realizadas por Jacinto Linares Talavera en la década de 1980.

*Bibliografía

­ (http://diocesisdejaen.es/cabra-del-santo-cristo-acoge-la-imagen-del-cristo-de-burgos/ ).(Enlace a la página web de la Diócesis de Jaén)

­ https://cabradelsantocristo.org/monumentos/parroquia-santuario

*Agradecimiento

A D. Jacinto Linares Talavera, pintor y restaurador.

Textos, fotografías, diapositivas y maquetación: Miguel Mesa Molinos.

Viajes por el Reino de Jaén