Un jueves que reluce como el sol
La Pasión toma las calles de la ciudad “inundada” de ubetenses y visitantes
Tras la inestabilidad de la primera parte de la Semana Santa, el Jueves Santo amaneció con cielos despejados y un sol radiante. Los ubetenses, calentados por el “lorenzo”, se echaron a la calle a primera hora de la mañana para ver salir de la basílica menor de Santa María de los Reales Alcázares a la Cofradía de Nuestro Señor en el Huerto y Nuestra Señora de la Esperanza. La cofradía, puntual, comenzó su estación de penitencia a las once y media de la mañana.
El paso de misterio está formado por varias imágenes, en primer termino, Jesús arrodillado, en actitud orante y angustiosa, y a un ángel que le ofrece un cáliz. El paso cuenta con otras tres tallas, separadas de las dos primeras por un olivo, que representan a Pedro, Santiago y Juan, recostados sobre la base del árbol y dormidos. Tanto este paso como el de la Esperanza son obra del escultor madrileño Federico Coullaut Valera. Esta es una Virgen de belleza poco común, pues es morena. Ayer, lució un manto de terciopelo verde, bordado en oro y pedrería fina, y vistió sayas de terciopelo blanco con oro.
A las cinco y media de la tarde, y en el claro de San Isidoro, comenzó su procesión la Cofradía de Nuestro Señor en la Columna y María Santísima de la Caridad. Cientos de ubetenses y visitantes aguardaban para ver salir esta hermandad, imposible si no fuera por la pericia de quienes la portan, por el tamaño del trono, uno de las más espectaculares de la Semana de la Pasión ubetense. El Cristo, la Virgen, los sayones y los tronos de ambas imágenes son obra de Francisco Palma Burgos. El conjunto representa el pasaje en el que Jesús es azotado por orden de Pilatos. Está semidesnudo, tapado tan solo con el paño de pureza y con las manos anudadas a la espalda. El paso es llevado a hombros por decenas de portadores, lo que hace más solemne, si cabe, el discurrir por las calles del casco antiguo.
A las seis de la tarde, la Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad y Nuestra Señora de la Fe abandonó la iglesia parroquial de San Pablo, en la Plaza Primero de Mayo de la ciudad. Las tallas son obra del escultor Amadeo Ruiz Olmos. La imagen titular representa a un Ecce Homo maniatado, con una corona de espinas y que porta, en su mano, un cetro. La imagen de Nuestra Señora de la Fe es llevada a hombros por una cuadrilla mixta. El Cristo de la Humildad está escoltado por la Centuria Romana IX Hispania. “Los Romanos”, como se les conoce popularmente en la ciudad, cuentan con un gran número de seguidores y son un atractivo más de esta espectacular Semana Santa.
A las diez de la noche salió de la iglesia de San Miguel la Cofradía de Silencio del Cristo de la Buena Muerte. Esta hermandad de silencio, de vocación salesiana, realiza su viacrucis por las calles del casco antiguo. Su salida es una de las más emotivas, al enmudecer todo el público que se agolpa para verla y acompañarla en su estación de penitencia. Los atributos son de gran sencillez y su Cristo es obra de Enrique Pariente Sanchís. Hoy, Viernes Santo, la agenda semanasantera invita a echarse a la calle y disfrutar de la renacentista Úbeda en todo su esplendor, en la recta final de sus días más especiales y esperados.