Momentos irrepetibles bajo un cielo despejado
Marchas a piano desde un balcón de la calle Ollerías y un emotivo saludo a los ancianos de San Juan de Dios
Los fieles se encontraban impacientes, un año más, para recibir a las tres procesiones que se esperaban en el Jueves Santo de Andújar. Todo comenzó por la tarde cuando, sobre las seis y media, la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima del Buena Remedio salió desde la Capilla del Hospital. Los nazarenos vistieron con túnica blanca marfil, botonadura y cíngulo morados y antifaz de terciopelo del mismo color. En cuanto a los estrenos este año, contó con un nuevo paso de misterio, realizado en los talleres de José Antonio García Flores. La novedad es solo la carpintería del canasto, así como los juegos de candelabros ya tallados. Los fieles que se agolpaban en las calles pudieron ver un emotivo saludo en la Residencia San Juan de Dios y a la Hermandad de Nuestra Señora de la Angustias de la capilla.
Por otro lado, puntual a su cita, como cada año, pasadas las nueve de la noche, comenzaba a procesionar la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y María Santísima del Socorro, desde la parroquia de San Miguel Arcángel. El capataz de la imagen fue Rafael Mondéjar. La talla de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder es obra del imaginero Antonio Illanes y representa el momento de su camino hacia el Calvario con la cruz a cuestas. El paso fue portado por treinta y cinco hermanos costaleros, aunque la cuadrilla la forman sesenta y ocho personas. Los nazarenos vestían con túnica de cola extendida en color negro y antifaz del mismo color, con el escudo de la hermandad, bordado en hilo de oro, un cinturón de esparto ancho y calzado negro con suela de esparto y medalla de la cofradía. La banda que acompañó al paso fue la Agrupación Musical Pasión de Linares.
En el Jueves Santo, la última hermandad en procesionar por las calles de Andújar fue la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza, Santísimo Cristo de la Providencia y Nuestro Padre Jesús Caído. Su salida llegó sobre las diez de la noche desde la parroquia de Santa María la Mayor. Los nazarenos vestían con túnica blanca, capa del mismo color con el escudo de la cofradía y antifaz, cíngulo y botonadura de color verde. La imagen de Nuestro Padre Jesús Caído fue portada por cuarenta costaleros y el paso de la Virgen por treinta. Este año, la Cofradía estrenó un nuevo juego de incensario y naveta para el cuerpo de Acólitos.
Un momento especial en esta procesión se vivió cuando se hizo una visita a la Residencia de San Juan de Dios. Otro de los momentos memorables de la noche llegó cuando el pianista y compositor local, Antonio Jesús Pareja, deleitó a los asistentes con numerosas marchas a piano que interpretó desde el balcón de la Residencia de Cáritas, en la calle Ollerías.