Imaginación al poder

    20 mar 2016 / 10:20 H.

    Si hay algo que ocupa y preocupa a los responsables de la gestión municipal en Andújar, como en tanto otros pueblos y ciudades, es la falta de empleo de los jóvenes. Observo con frecuencia las colas de jóvenes desempleados en el edificio del altozano del Alcázar. En el mismo edificio, entrando por el altozano Cardenal Estepa, entre el Juzgado y Hacienda, se abre una puerta en donde está instaladas las dependencias municipales generadoras de empleo. Una estampa curiosa. Nunca, como ahora, en estos tiempos que corren, es tan necesaria la imaginación. Cuando faltan recursos, hay que llevar al poder a la imaginación. Y quizás sea el momento de que los servicios municipales busquen más regalar la caña para pescar que simplemente dar el pez, la sopa boba que supone toda subvención.

    En Andújar han desaparecido muchos talleres artesanos. La ciudad afamada por sus cerámicas, su barro, sus enjambres de abejas y su industrias de miel, los talleres de esparto y de cuero, sus trabajos domésticos en los huertos y parcelas de la campiña. Habría que, desde las administraciones, alentar al renacimiento de estos oficios con apoyos de microcréditos, con cursos apropiados, con empuje ilusionante.

    La vuelta a los trabajos artesanales, aprovechando la experiencia de muchos ancianos que aún saben cómo trabajarlos, puede ser una salida para encontrar nuevos puestos de trabajo. Se va abriendo hoy en la sociedad un tipo de consumo que podría encontrar en estas viejas artes domesticas una salida y oferta. Es cosa de probar, comenzando de forma sencilla y dar un paso adelante para que Andújar vuelva a ser una ciudad en la que el cuero, la arcilla, la uva, los huertos ecológicos, la repostería, el hierro, la miel, la cera y otros muchos elementos naturales de su extenso termino municipal puedan servir para paliar la falta de trabajo de los jóvenes.