El ecuador de la Semana Grande

La Santa Cena y Nuestro Padre Jesús del Prendimiento se enseñorean en la calle

24 mar 2016 / 09:20 H.

El Miércoles Santo marca el ecuador de la Semana de Pasión y los ubetenses, fieles a esta cita, se echan a la calle al caer la noche para contemplar los pasos que hicieron que esta tradición ubetense fuera declarada de interés turístico nacional en 1980. A las nueve de la noche, apareció el espectacular trono de la Cofradía Eucarística de la Santa Cena, que cruzó la puerta de la iglesia parroquial de San Nicolás de Bari. Dadas las dimensiones del paso y del grupo escultórico, los hermanos deben estar muy atentos a las instrucciones que les llegan del guía. Como cada Miércoles Santo, está cofradía conmemora la institución de la eucaristía por las calles del casco antiguo de la ciudad.

La Santa Cena quiere incorpora otro paso a su cortejo procesional, María Santísima de la Concepción, esta imagen escultórica es obra de Antonio Espadas Carrasco. Por este motivo, todas las actividades que organizó el colectivo fueron destinadas a sufragar este proyecto. Por ejemplo, este año abrieron una tienda con productos de la hermandad, para recaudar fondos para el proyecto. La imagen será bendecida, el próximo 8 de diciembre, con motivo de la festividad de la Inmaculada. La otra cita de los ubetenses en este Miércoles Santo fue con la Cofradía Sacramental y Hermandad Salesiana de Nuestro Señor Jesús en su Prendimiento que, con suma puntualidad, salió desde la basílica de María Auxiliadora, ubicada en la parte norte de la ciudad. La Cruz de Guía de la cofradía se abrió paso entre las cientos de personas que se arremolinaban en las cercanías del templo. Este año, el trono y la Cruz de Guía se sometieron a un proceso de barnizado y dorado, a cargo de Manuel Cuadra. Esta estación penitencial es muy especial para los hermanos, pues un 23 de marzo de 2005, la hermandad procesionaba por primera vez por las calles de la ciudad. Por este motivo, el Cristo fue vestido como en aquella ocasión, esto es, con una simple túnica. Para los vecinos y visitantes resulta hermoso ver a esta cofradía por el mimo y cariño con que sus costaleros portan el trono, pero es especialmente emocionante vivir con ellos la estación de penitencia que realizan en el claro de la iglesia de San Isidoro, cada año, como manda la tradición, al filo de las doce de la noche.