Con el “botiquín” a punto para la Semana de Pasión

Se anuncia tiempo inestable, lo que puede dar trabajo a los restauradores

18 mar 2016 / 09:20 H.

Las predicciones anuncian tiempo inestable para la Semana Santa, lo que puede afectar a las tallas que saldrán en procesión estos días por nuestras calles. Por su taller han pasado algunas de las imágenes más importantes de la devoción marteña, como el Cristo Cautivo, la Virgen de los Dolores y, más recientemente, la obra escultórica de María Magdalena que hace escasamente unos días regresó a su plaza habitual en la Real Iglesia de Santa Marta. Piezas fundamentales que dotan a Raquel Fuentes de una responsabilidad y experiencia que contrastan con su juventud.

De joven quería ser médico, una profesión que le venía de familia, pero quienes la conocen se la quitaron de la cabeza porque sabían que por su gran sensibilidad lo hubiera pasado muy mal teniendo entre sus manos la vida de un semejante. “Esto que hago ahora es lo más parecido a ser médico, solo que he cambiado a los pacientes humanos por las tallas que representan el Patrimonio Artístico y la devoción popular”, relata.

Además de su vocación sanadora y la bata blanca, las herramientas que utiliza Raquel Fuentes prácticamente son las mismas que emplea cualquier cirujano: radiografías, luz ultravioleta, análisis químicos, bisturí, tijeras y jeringuillas, entre otras. Incluso, tiene un “botiquín” de emergencias, como dice ella, preparado para salir corriendo ante cualquier reparación urgente en las tallas durante las procesiones. Sobre las “enfermedades” de las tallas, Raquel Fuentes reconoce que tienen muchos enemigos. De ellos, el fuego es el más devastador. “La destrucción a causa del fuego es irrecuperable”. Otro es la humedad, que agrieta la madera y permiten que el agua se cuele hasta el interior de las figuras, destruyendo su estructura. Y es que las imágenes, como las personas, necesitan de unas condiciones de temperatura y humedad constantes. “Luego están las plagas de termitas, que también pueden acabar rápidamente con una obra de arte, “un proceso de desinfección puede durar entre dos y tres meses”, añade.

Según Raquel Fuentes, están los daños más leves, como el humo de las velas o los inciensos, que afectan a la policromía de las imágenes. Los cambios de indumentaria de las tallas dañan su estructura con alfileres, al igual que las joyas. También la propia pátina del tiempo, que daña la policromía con polvo, nidos o excrementos de insectos, pero, sobre todo, los besapiés y los besamanos. Además, al igual que los médicos, tiene que estar con el “botiquín” preparado para atender cualquier urgencia, como desconchones, arañazos, fracturas o desprendimiento de piezas. Casi igual que en el centro de salud.

Lo que más distingue a un restaurador de un médico, declara Raquel Fuentes, es que de nosotros no depende la vida de nadie. “Pero los restauradores somos depositarios de la fe y la devoción de muchísimas personas, del pasado y del presente”. “Tenemos, además, la responsabilidad de preservar este Patrimonio Artístico para las generaciones futuras”, concluye.

Sin entrar en consideraciones higiénicas, Raquel Fuentes dice: “Con la costumbre de los besapiés y besamanos estamos depositando sobre la policromía de las tallas unos aportes de humedad y grasa que poco a poco estropean la capa de barniz que las protege”. “No se trata de eliminar la costumbre de los besapiés, que también forman parte de nuestro patrimonio inmaterial”, declara. Considera que se debería tomar conciencia de que lo mejor sería disponer una cinta de las manos para que los fieles puedan besarla.

Con el arte entre sus manos

Raquel Fuentes Peco es licenciada en Bellas Artes y restauradora de Pintura y Escultura. Con las últimas predicciones del tiempo, que anuncian inestabilidad para buena parte de los días de la Pasión, ofrece un decálogo de cómo esto puede afectar a las tallas que procesionarán estos días por las calles de la Ciudad de la Peña. Por su taller han pasado algunas de las imágenes más importantes, como, por ejemplo, la Virgen de los Dolores, María Magdalena o el Cristo Cautivo, entre otras.