“Clase práctica” para los saeteros
El Taller de Cante de la UPM, dirigido por Vicky Romero, demuestra su progresión
Doce gargantas y unas manos con duende. La Escuela de Cante de la Universidad Popular Municipal (UPM), bajo la dirección de la reconocida cantaora Vicky Romero, convirtió el salón de actos del Antiguo Hospital de San Juan de Dios en un inmenso balcón desde el que reinó la saeta. Los nervios propios de quienes se ponían por vez primera ante un micrófono se mezclaron con la relativa tranquilidad de los que repetían comparecencia en la nueva edición de una cita que va camino de ocupar fecha fija en el calendario cuaresmal, si se atiende al elevado número de personas que, prácticamente, llenó el amplio espacio elegido para mostrar los progresos del taller.
Allí resonaron las flamenquísimas voces de María Dolores Lerma, Antonio Mena, Carmen Mingorance, Dolores Rentero, Encarna Sánchez, Margarita Torralbo, María Maderas, Juan Antonio y Manuel Melguizo, María del Carmen Mesa y Fernando Moreno, junto con la de la mismísima Vicky Romero, que contaron, para algunas de sus ejecuciones, con la no menos jonda guitarra de José Manuel Moreno.
Los alumnos de la escuela de la UPM demostraron los grandes progresos experimentados, gracias a las clases, con la interpretación, entre otras, de saetas por soleá, seguirillas y carceleras, además de las denominadas simples por martinete y, por supuesto, la “normal”. Y dieron la talla. “Hay que tener en cuenta que la actuación pertenece al taller de cante y que para algunos es su primera vez”, advirtió la monitora, Vicky Romero. No obstante, los cantaores dominaron la escena y ofrecieron un espectáculo de elevado nivel. Muchos de ellos, como recordó la artista, suelen cantar a pie de calle, durante la Semana Santa, a las imágenes de su devoción o a las de las cofradías a las que pertenecen, entre las que se cuentan la Veracruz, la Clemencia, Nuestro Padre Jesús, la Expiración y la Santa Cena. “Pero no es lo mismo en una procesión que sobre un escenario”, afirmó la directora, que añadió: “Cada año mejoran la técnica de voz y la ejecución de la saeta”. Una estimación doblemente valiosa al proceder de una cantaora de prestigio internacional como Vicky Romero. Precisamente la intérprete acudirá, nuevamente, a su cita con la Pasión jiennense el Martes Santo, para cantarle a La Clemencia; el Miércoles, a las imágenes de El Perdón —en la calle Maestra— y si sus compromisos profesionales no se lo impiden, a la madrugada de El Abuelo, cuando la ciudad se para al oír su quejido.