Los “enanitos toreros” sacan las risas de los niños en un espectáculo cómico y taurino

Un espectáculo fascinante, gracioso y en el que los espectadores, la mayoría niños, disfrutaron con los bomberos-toreros y sus malabarismos, recortes, saltos acrobáticos, monólogos, actuaciones y un sinfín de actividades que cautivaron al respetable. Con el nombre de “Diversiones en el ruedo” llegó a la plaza de toros de Jaén con una renovada función cómico-taurina, de la mano de Tauroemoción. Muchos años pasaron desde la última vez que estuvo presente en la Feria de San Lucas, pero la espera mereció la pena al ver salir a estos “enanitos” al centro del coloso jiennense.

Con media entrada en la plaza de toros, que tenía un espíritu joven, comenzó un espectáculo en el que siete “enanitos”, con su capitán y dos payasos sacaron las risas de pequeños y mayores, en un espectáculo divertido y que interactuó con el público en todo momento, hasta haciéndolo bajar a la arena para torear. La función comenzó con uno de los actores borracho y muy respondón con su jefe, junto con sus otros seis compañeros hicieron del espectáculo una osadía para su “capi”, que acabó harto de los desprecios que sufría y que hizo que los niños en la grada soltaran carcajadas constantemente. Salió el toro y con él, un sinfín de trucos y habilidades con el animal en el que los menores aplaudían cada movimiento de estos actores y se quedaban boquiabiertos con la flexibilidad y la agilidad que mostraban delante del toro, algo que veían con expectación por la complicación que tenían algunos recortes. Capotazos, saltos y esquives eran la tónica del espectáculo cómico, en el que el público estaba entregado en cada acción, disfrutando con ellos. Además, los propios “enanitos” hacían méritos para ello por las gracias que le hacían al toro en todo momento.

Asimismo, hubo lugar para que el capitán saliera con un caballo de tela y con una moto para torear, hasta incluso tocó el piano encima del animal y le dio de beber agua desde la distancia con una bota de vino, algo que no esperaban los aficionados y saltaron algunas carcajadas, sobre todo entre los mayores. Todo ello amenizado con un recital de canciones que daban ritmo y hacía que el espectador se mostrara receptivo en todo momento, a la vez que bailaba y cantaba con los actores. El toro acabó sin fuerzas después de todas las “diabluras” que estos “enanitos” le hicieron sin parar durante los cuarenta y cinco minutos que duró la primera parte de la función.

La segunda mitad comenzó con la salida de la famosa “Ramona pechugona” entre el público, que interactuó con ella hasta que bajó a la arena, junto con más de 50 niños, que acudieron a la llamada para torear. Pero en los instantes previos a que saliera, la mayoría de ellos se fueron corriendo a ponerse a salvo. De esta manera, salió un nuevo toro y los “enanitos” lo estaban esperando con un balancín para empezar a jugar con él. El espectáculo acabó sin incidentes y con el público de pie aplaudiendo a los actores que hicieron disfrutar a los niños y mayores en todo momento. Aunque también hubo tiempo para zanjar la polémica surgida sobre la presencia de los bomberos-toreros en la plaza de toros de Jaén, algo que se lo tomaron con humor y reivindicaron con dos pancartas en las que se leían “respeto” y “libertad”. Además acabaron dándole las gracias a todos los asistentes.