Excelente trabajador por el aceite y embajador de Jaén

La Cofradía de la Buena Mesa nombra cofrade de honor a Francisco Vañó

12 nov 2016 / 11:03 H.

Francisco Vañó se suma a la nómina de ilustres cofrades de La Buena Mesa. El director general de Castillo de Canena Oliva Juice y presidente del Consejo Social de la Universidad de Jaén fue el protagonista de la cena de invierno —una de las cuatro citas anuales ineludibles del colectivo gastronómico— celebrada en el Parador. Vañó es merecedor de este reconocimiento, como señala el presidente de la cofradía, Alfonso Sánchez Herrera, no solo por su excelente labor en el sector del aceite del oliva, sino en su papel como embajador de Jaén por el mundo.

Fue el secretario de la Cofradía, José Gárate, el encargado de hacer el brindis por el cofrade de honor. Este, que disculpó la ausencia del cronista José Luis Buendía, repasó el listado de personas e instituciones que anteceden al prestigioso aceitero. Del mundo de la cultura, destacó a los pintores Alfonso Parras y Manuel Cerezo Moreno; al linarense Andrés Segovia; la cantaora recientemente desaparecida Chari López; Juanito Valderrama; también a personalidades como los médicos José María Sillero y Ramiro Rivera, el general José Fernández —allí presente—; empresas como Cuétara, Anís Castillo de Jaén y Luis Piña e instituciones como la Universidad de Jaén, La Económica, el IEG y Cruz Roja, entre otras. Gárate repasó el extenso currículum de Vañó, jalonado por éxitos empresariales y experiencias profesionales que han forjado, como definió, su espíritu inquieto. Destacó, asimismo, su compromiso por Jaén: “No ha dejado de trabajar por y para el aceite de oliva”. “Andaluz, hoy y siempre de Jaén, aceitunero altivo, tú sí que has levantado a los olivos”, terminó.

Vañó tomó la palabra para agradecer este reconocimiento y recordó que él solo es un “engranaje más” de la cadena que es Castillo de Canena y agradeció su esfuerzo a todos aquellos hombres y mujeres que trabajan a su lado. A La Buena Mesa, cofradía gastronómica decana de Andalucía, como recordaría más tarde su presidente, Alfonso Sánchez Herrera, la definió el nuevo cofrade de honor como un verdadero “referente en esta tierra en la puesta en valor de nuestra rica cultura culinaria”. Dedicó su discurso a resaltar el “renacimiento de la cultura gastronómica”, un “rotundo acto de civilización y florecimiento cultural” y reivindicó el papel de las cofradías como fórmula para rendir culto y defender los valores de una sociedad.

Cerró el acto el exalcalde, con su habitual sentido del humor. Cada año, contó Sánchez Herrera, aprovechan esta cena invernal —que completa su calendario junto con las fiestas de la morcilla, las habas y la pipirrana—para dar cabida al “relevo generacional gastronómico”, las propuestas de la nueva cocina.

cuatro citas ineludibles al año

Actualmente, la Cofradía de la Buena Mesa está integrada por unas ochenta personas que, como mínimo, se reúnen cuatro veces al año en encuentros que se han convertido en todo un clásico: La Fiesta de la Morcilla, a principios de año; la Fiesta de las Habas, en torno a abril o mayo; la Fiesta de la Pipirrana, en verano; y la Cena de Invierno.