Santuario ibérico en El Condado

Restos arqueológicos de un impresionante pasado que se mima con orgullo

21 mar 2016 / 09:20 H.

Quedamos en la plaza del Ayuntamiento con los impulsores del Club de fútbol Castellar Ibero, en plena campaña de captación de socios, y el convencimiento de que van a conseguir llevar el fútbol otra vez al pueblo. La primera sorpresa es la estatua a gran escala del exvoto de una Dama Ibera encontrada en el Santuario ibérico de la Cueva de la Lobera con una altura real de 7,5 centímetros y unos 3.000 años de antigüedad, hoy expuesta en el museo de Cataluña en Barcelona. La estatua se encuentra en la plaza de la Constitución frente al Palacio Ducal de Medinaceli y al lado de la Iglesia Colegiata de Santiago, de mediados del siglo XVII. Su fundación se debe a don Mendo Benavides en 1642. Fue elevada al rango de Colegiata por el Papa Inocencio XII. Me gustó el altar mayor y el coro, así como la sacristía y la fachada con contrafuertes en la que resalta sobre la puerta de acceso la pétrea estatua ecuestre de Santiago Apóstol.

El patio de la Colegiata está restaurado con un gran esfuerzo por parte del Ayuntamiento. Tiene una doble galería de arcos de medio punto sostenidos por columnas de orden toscano. Estuve en domingo y el parque del pueblo, en un ambiente festivo, estaba animado con bandas de música de la comarca, junto con la Banda Municipal Santa Cecilia de Castellar.

Los orígenes de la ocupación de Castellar se remontan al 3000-2000 a. C., encontrándose uno de los sitios arqueológicos más importantes de esta localidad, la cueva de la Sima, conjunto sepulcral de carácter colectivo en el sur del municipio, siendo frecuentes los hallazgos de la característica cerámica de paredes oscuras. Castellar fue un importante lugar en la época de los íberos. Se hallaba en el territorio ibérico de la Oretania. En las inmediaciones de Castellar se localiza uno de los grandes centros de culto de los iberos, el Santuario rupestre de la Cueva de la Lobera, que debió tener una importancia considerable a partir de la segunda mitad del siglo IV a. C., donde acudirían gentes procedentes de ambos lados de Sierra Morena. Se han hallado una gran cantidad de exvotos (conocidos como mingos) que son figuras de bronce entre 7 y 14 centímetros, que eran las ofrendas al santuario. La economía de Castellar se basa en la agricultura y la cinegética, pero me sorprendió la presencia de una gran empresa: Mariscos Castellar, uno de los cocederos de marisco más importantes del sector de la alimentación española.