Guardianes de los dinosaurios

El parque temático y las cuevas Patrimonio de la Humanidad son sus grandes atractivos

16 mar 2016 / 09:20 H.

Situado en plena comarca de El Condado y rodeado por abundantes espacios naturales, donde conviven especies amenazadas como el buitre negro, el lince ibérico, el águila real y el buitre leonado, así como otro gran número de especies como el ciervo, el gamo, el jabalí, el muflón, zorro, búho real o la jineta, especialmente en la parte más montañosa de la mitad norte, se encuentra Santisteban del Puerto, un pueblo típico y acogedor que se encuentra protegido bajo las faldas del cerro del castillo árabe que Fernando III conquistó en 1226 y que recibe el nombre de San Esteban, primer mártir de la iglesia y santo del que ésta peculiar Villa recibe su nombre, siendo además su patrón.

Además del Castillo de San Esteban, destaca también la Iglesia de Santa María del Collado, templo visigodo que debió realizarse bajo el reinado de Fernando III y cuyo campanario es una antigua torre albarrana del propio Castillo de San Esteban. De igual modo destaca también la Torre de Poyato, una torre del homenaje que en su tiempo perteneció a un castillo rural y que data del Siglo XIII. Pueblo de larga historia, tuvo como primeros pobladores a los arcosaurios de la Era Secundaria, según se desprende de estudios de las huellas (icnitas) localizadas en el paraje de las Erillas Blancas, donde hoy se alza el parque temático municipal “Huellas de Dinosaurio”. En el Paleolítico fue habitada por humanos según restos de utensilios y pinturas rupestres de las Cuevas del Apolinario y la Morciguilla, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Entre sus tradiciones destacan las fiestas de Pascuamayo, en honor a su patrona, la Santísima Virgen del Collado Coronada, con comienzo el Domingo de Ramos y culminación en el Lunes de Pentecostés, con la mayordomía o “Toma del cuadro”. Ese día, cuando Virgen llega al templo en procesión es colocada frente al estandarte con la ilustración de la aparición de la patrona, soportado por tres varales, y tras el canto de la salve, quien primero toque el varal central, o el que lo coja por la parte más alta, será el mayordomo y se hará cargo de las fiestas el siguiente año. Y, en la promoción de su riqueza medioambiental, juega un papel clave el Club Deportivo Ciclista Condado Bike, que con tan solo cuatro años de antigüedad pisa fuerte y apuesta firmemente por la promoción de la comarca de El Condado. Cuenta con casi setenta socios y representa a los ocho municipios de la comarca.