Idilio rural junto al río Guadalimar

Un canto a la singularidad a través de la mirada de la Asociación de Mujeres El Puente

14 mar 2016 / 12:38 H.

El viajero que llega a Puente de Génave se encuentra de sopetón con un peculiar edificio construido en la década de los 60. Un claro ejemplo de arte kitsch, al pie de la Sierra de Segura, que presenta ventanas asimétricas, una torre semicircular con escalera helicoidal —que representa la figura de un dragón— y un jardín con tapia que simula un tablero de ajedrez. Es la sede de la oficina 326 de Unicaja y una de las muchas singularidades de un pueblo cuyo origen se remonta al siglo I ante de Cristo con la construcción del Puente Viejo que formaba parte de la vía romana que unía el valle del Guadalquivir con Cartagena. Es media mañana, la niebla repta silenciosa desde el río Guadalimar por la plazoleta de la iglesia de San Isidro Labrador hasta enredarse entre los muñones de los pinos.

Hace frío, las calles están semivacías, pero el salón de plenos del Ayuntamiento bulle de gente. A los pequeños pueblos como Puente de Génave, de cerca de 2.300 habitantes, los cincela el impulso de ciertas personas, como Marisol Sánchez, que preside desde hace seis años la Asociación de Mujeres El Puente. Su labor, junto con los 110 socios que componen el colectivo, hacen de este municipio un lugar lleno de vida cultural y vecinal. Talleres, exposiciones, charlas y viajes para estructurar la lucha por la igualdad y por dar una oportunidad a quienes no la tuvieron. Puente de Génave es diferente hasta en esta asociación, la única de la provincia que cuenta con hombres en sus filas, once en total. “Eso es igualdad”, espeta Marisol Sánchez.

El río Guadalimar se contonea entre barrancos y sendas dibujando uno de los parajes más bellos de la comarca de Sierra de Segura, una tierra de montañas y de pueblos escondidos cuya belleza radica en sus gentes y sus artistas, como Santiago Ydáñez, el pintor de los rostros y las miradas, a las que él mismo sirve como modelo, con el objetivo de despertar emociones en el espectador. Uno de sus cuadros preside la escalinata del coqueto Ayuntamiento, punto neurálgico de la actividad del municipio y de las aldeas y cortijadas de Peñolite, El Tamaral y Los Avileses. Puente de Génave, que se pone guapo en mayo por San Isidro y, a finales de agosto, con amenas verbenas que refrescan las noches de verano.