Hospitalidad en cada esquina

La altura del municipio lo convierte en un mirador de lujo sobre el valle y el mar de olivos

03 mar 2016 / 09:48 H.

Es Chilluevar un pueblo pequeño, apenas 1.500 habitantes, antesala del gran Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas y ruta de paso obligada destino al pantano de Aguascebas. Es, sin duda, una entrada natural a las altas tierras de los pinares. Su entramado de calles, cual terrazas superpuestas, se aferra a la ladera con una estampa de arquitectura sencilla, bella y bien calculada. Su altura geográfica la convierten en mirador excepcional del valle, ese valle donde gobierna el gran río, y sus campos infinitos de olivos. Pasear por viales adoquinados, sin barreras, nos retrae a lo mejor de la arquitectura civil andalusí, sin duda ayuda el sonido del agua de sus múltiples fuentes.

Nos encontraremos gentes sencillas, gentes sin prisas, hospitalarias y generosas. Aunque destaque, imponente, la iglesia de Nuestra Señora de la Paz, podemos afirmar que en nada desluce o eclipsa la modestia del núcleo de casas que se cobijan a su alrededor. Es todo el pueblo un conjunto, en el cual nada sería sin lo que tiene a su lado, parecen, y lo son, pinceladas complementarias sin las cuales el cuadro no existiría. Es de esos pueblos que uno cree haber visto ya en los lienzos de Zabaleta.

Pero hay algo que da un plus de vitalidad a esta población. Son sus asociaciones. Con tan escasa población, no hay ninguna casa donde no encontremos miembros de alguna, incluso de varias a la vez. Esto se nota, y tanto que se nota. La Asociación “El Romeral”, de amas de casa, no deja de realizar actividades, de apostar por una mayor integración e igualdad de la mujer en un mundo rural donde aún quedan demasiados perjuicios. Grupo que consigue que tradiciones, gastronomía y singularidades propias no se pierdan en el olvido. Cañamares, dedicada a estudiar, construir y difundir aspectos culturales. Teatro, música, incluso grupo de payasos surgen en “Cañamares” para dinamizar con gran arrojo la apuesta cultural del pueblo y toda la comarca. Una asociación, de gente mucho más joven, “Riá Pitá”, hace las delicias con sus representaciones de bailes y su cuadro flamenco. Llegué a Chilluevar buscando un colectivo, y me encontré tres. Llegué con curiosidad viajera y me quedé prendado.