El contenido sexual, tendencia en los jóvenes

Querer ser popular es
el factor clave que motiva para compartir este tipo
de material

25 oct 2019 / 11:05 H.

Investigadores de las Universidades de Jaén, Sevilla y Córdoba confirmaron que el hecho de compartir mensajes, imágenes o vídeos íntimos no supone en sí mismo la causa de un impacto emocional negativo en los adolescentes. Además, la búsqueda de protagonismo dentro del grupo hace que vean en esta práctica un medio para sobresalir y así lograr prestigio y aceptación. Estas son las conclusiones a las que llegaron los expertos después de analizarlo mediante un estudio en el que se evaluó el impacto emocional que esta práctica puede producir en adolescentes y si la necesidad de popularidad tiene algún tipo de relevancia en este fenómeno. Además, analizaron las relaciones observadas según el género.

En el trabajo, los expertos diferenciaron, por un lado, el “sexting primario” en el que los mensajes sexuales son enviados normalmente de manera acordada entre dos menores, pero no los comparten con nadie más. Por otro, el secundario, en el que alguien intercambia un mensaje, que normalmente no es consensuado, y se reenvía a más destinatarios. Este último puede conllevar un mayor impacto emocional en el protagonista del material sexual, según los investigadores. A este respecto, los expertos apuntan que no existen diferencias entre chicos y chicas, aunque éstas sienten más depresión y enfado ante el secundario, es decir, en los casos en los que se reenvía o se recibe contenido sexual de terceras personas.

De los 2.356 estudiantes andaluces entre 11 y 18 años que participaron en el estudio, 263 intercambiaron con sus parejas mensajes de este tipo. Sin embargo, 621 reenviaron o recibieron imágenes o vídeos de otros menores. Además de las características sociodemográficas, se contó con un cuestionario que evaluó el impacto emocional que esta práctica produce en los adolescentes y que contempla tres tipos: activo, deprimido y molesto. Asimismo, los escolares debían valorar cada emoción indicando en qué medida la experimentaron desde 0 (nada) a 4 (mucho). Para evaluar la necesidad de fama, utilizaron la “Escala de necesidad de popularidad” de Santor. Este instrumento consta de doce afirmaciones que deben valorar en una escala de 5 puntos. Su objetivo es comprender si realizan comportamientos percibidos como populares entre los compañeros y ver si esta es la principal meta a la que llegan los adolescentes con estos mensajes.