Y cuando se abre el frasco...

La Casa de la Juventud, esencia dinamizadora de un municipio con ganas de más

08 mar 2016 / 09:20 H.

Si las mejores esencias se guardan en frascos pequeños, no hay más que coger el camino e introducirse en el corazón de la comarca de La Loma para descubrir que, aunque en extensión y en número de habitantes es pequeño, la esencia de Canena es muy grande. Y una de las esencias que hace que este municipio no se quede estancado y sea dinámico se encuentra en la Casa de la Juventud. Un lugar, bajo la tutela del Ayuntamiento, donde hay cabida para todos aquellos que quieran acercarse y compartir sus numerosas actividades. De la mano de Clara Herrera entretienen a un municipio que durante los meses de campaña de aceituna se queda prácticamente desierto. Cabalgatas de reyes, cruces de mayo, actividades deportivas y de ocio, pasacalles, viajes, cursos, gincanas... Siempre en movimiento y sin olvidar nunca lo más importante, el trato humano. Esencia en los voluntarios; personas que se han criado en la Casa de la Juventud y que por distintos motivos, principalmente por estudios, están fuera del municipio y que vuelven cada vez que tienen libre o se les pide, para echar una mano a esta labor altruista que hace que el municipio se vista un día sí, y al otro también, de vida. Canena es luz, Canena es verde, Canena es agua, y su esencia está impregnada en todos sus habitantes que por encima de todo aman a su pueblo. Nadie habla mal, ni reniega de las carencias que un municipio pequeño puede tener. Todos vuelven con la ilusión de reencontrarse con los suyos y volver a admirar su castillo-palacio del maestro Vandelvira; la Fuente Nueva, la iglesia parroquial, la ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Esencia al pasear por la calle Melindre, Baja o Paseo de Andalucía y observar la armonía entre lo moderno y lo antiguo. Esencia al respirar en el balneario de San Andrés o el paraje de la Lambra y observar las aguas tranquilas del Giribaile. Esencia al reencontrarse en las fiestas de San Marcos y saborear sus roscos bendecidos en la “Sala” o disfrutar en las Fiestas de Agosto y tomarse la popular “Paloma”, mientras que en la cabeza de muchos no cesa la melodía de su “Estrella de los Mares”. Y entre “Tierras”, “Oro”, y “Castillo”, esencia es degustar su oro líquido en cualquiera de las cocinas del pueblo. Y cuando se abre el frasco, la esencia se propaga por todos los lugares donde hay un canenero.