“Campo de Baeza”

    04 abr 2016 / 19:38 H.

    Desde mi ventana,

    ¡campo de Baeza,

    a la luna clara!

    ¡Montes de Cazorla,

    Aznaitín y Mágina!

    ¡De luna y de piedra

    también los cachorros

    de Sierra Morena!

    Sobre el olivar,

    se vio a la lechuza

    volar y volar.

    Campo, campo, campo.

    Entre los olivos,

    los cortijos blancos.

    Y la encina negra,

    a medio camino

    de Úbeda a Baeza...

    Por un ventanal,

    entró la lechuza

    en la catedral.

    San Cristobalón

    la quiso espantar,

    al ver que bebía

    del velón de aceite

    de Santa María.

    La Virgen habló:

    Déjala que beba,

    San Cristobalón.

    Sobre el olivar,

    se vio a la lechuza

    volar y volar.

    A Santa María

    un ramito verde

    volando traía.

    ¡Campo de Baeza,

    soñaré contigo

    cuando no te vea!

    Dondequiera vaya,

    Juan de Mairena

    lleva su guitarra.

    Su guitarra lleva,

    cuando va a caballo,

    a la bandolera.

    Y lleva el caballo

    con la rienda corta,

    la cerviz en alto.

    ¡Pardos borriquillos

    de ramón cargados,

    entre los olivos!

    ¡Tus sendas de cabras

    y tus madroñeras,

    Córdoba serrana!

    ¡La del romancero,

    Córdoba la llana!...

    Guadalquivir hace vega,

    el campo relincha y brama.

    Los olivos grises,

    los caminos blancos.

    El sol ha sorbido

    la calor del campo;

    y hasta tu recuerdo

    me lo va secando

    este alma de polvo

    de los días malos.

    (“Apuntes” por Antonio Machado)