“¡Basta ya de olvido y apatía!”

La indigación ciudadana que canaliza “Jaén merece más” se somete a examen

H.

Llegó el día D. Dentro de unas horas lo que ahora son expectativas, cábalas y dudas serán imágenes. Incógnitas despejadas. Una secuencia fotográfica que revelará el poder de convocatoria de la mayor aglutinación de colectivos sociales, culturales, vecinales, empresariales y profesionales de Jaén y, lo que es más importante, si el grado de frustración e indignación que embarga a la ciudadanía después de décadas de promesas incumplidas y de un “olvido histórico por parte de todas las administraciones” es tal.

En una tierra en la que las protestas han tenido escaso apoyo social, debido, en buena medida, a la desmovilización y a la apatía de sus gentes, la Plataforma Jaén merece más quiere prender la chispa del inconformismo en la población. Y es que —coinciden sus integrantes— los motivos sobran. En el contexto de una “gran recesión” económica que los sectores más críticos califican de “gran retroceso”, la provincia ha perdido en 8 años casi 20.000 habitantes. Pero nada es por casualidad. Y, para el grueso de los colectivos que integran “Jaén merece más”, esta “hemorragia demográfica” hunde sus raíces mucho más atrás. Para muestra, un botón: en 1991, a las puertas de un año en el que los Juegos Olímpicos de Barcelona, la Exposición Universal de Sevilla o la Capitalidad Cultural europea de Madrid insuflaban en el ánimo de los españoles la sensación de ser los “mejores”, en esta provincia, de la mano de políticos, empresarios y centrales sindicales, nació la Mesa para el Desarrollo de Jaén. Y lo hizo alentada por razones similares a las que, un cuarto de siglo después, se hallan detrás de “Jaén merece más”: informes económicos que situaban a la provincia a la cola de España en renta per cápita y de organizaciones sociales, como Cáritas, que alertaban de demoledoras tasas de pobreza.

Entonces, como todo apunta a que ocurrirá esta tarde, a partir de las siete, la población se levantó en masa exigiendo desarrollo; infraestructuras para que la provincia abandonara de una vez todas el vagón de cola al que sigue relegada. Después de aquella manifestación multitudinaria en la que se reclamaba futuro no ha habido otra protesta tan transversal. La segunda llega veinticinco años más tarde. Pero sí hay reivindicaciones, hoy históricas, que supusieron un antes y un después, alterando planes políticos, como los del comisario europeo de Agricultura, Franz Fischler. En 1998, unas 60.000 personas salieron a la calle, en Jaén, contra una reforma de la Organización Común de Mercado (OCM) del aceite de oliva “nefasta”.

Desde entonces, ninguna manifestación en Jaén —ni siquiera las del 15M, y fueron multitudinarias— ha sido tan masiva. En pleno mes de junio y en medio de la primera ola de calor del año, aún está por ver cuáles son las cifras de la de esta tarde. Pero, a tenor de los comentarios en redes sociales, lo que parece claro es que la paciencia está agotada. Desde hace 25 años, Jaén ha perdido el 90% de los trenes que discurrían por su territorio, la línea convencional cada día está más deteriorada y la Alta Velocidad es una entelequia. El desarrollo de las comunicaciones es una asignatura pendiente desde hace décadas; de la Ciudad Sanitaria, de la Justicia o del Palacio de Deportes hay poco más que titulares. Y, cuando se colocan primeras piedras de una infraestructura, su ejecución se eterniza hasta extremos que no son soportables. Y los ejemplos sobran: A-32, Museo Ibero, rehabilitación de la iglesia de Santo Domingo, Alta Velocidad... Pero aún hay más. Por si no fuera suficiente, a todo esto hay que sumar los efectos, estériles, nocivos y paralizantes, del enfrentamiento que libran los partidos políticos desde las instituciones que gobiernan. “¡Y ya está bien!”, exclaman desde la plataforma, porque, a este ritmo, acabará cumpliéndose aquello de que “entre todos la mataron y ella sola se murió”.

La plataforma pide voluntarios y repite que los políticos no son bienvenidos
idcon=12809654;order=21

Aunque no quieren lanzar las campanas al vuelo y se parapetan tras la línea de la prudencia, ante la posibilidad de una manifestación masiva e histórica, la Plataforma Jaén merece más hizo ayer un llamamiento a la ciudadanía pidiendo voluntarios que contribuyan a garantizar la “seguridad interna”. “Hace una semana se creó un grupo de 30-40 personas de los colectivos de la plataforma para controlar la manifestación desde dentro, para que no haya problemas y para socorrer a alguien, si sufre un desmayo”, explicó a este periódico María Cantos, desde la ejecutiva provisional de la plataforma.

La llamada no es porque sí. En las últimas horas no han dejado de sumarse colectivos, anunciando que participarán en la protesta. Algunos de los últimos han sido la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), la Asociación de la Prensa de Jaén (APJ), Abyda, la Plataforma por la Sanidad e, incluso, colectivos de fuera de la provincia, como la Asociación por la Región de Granada, entre otros. En su conjunto, y más allá de las asociaciones que están dentro de “Jaén merece más”, el número de colectivos que han expresado su disposición a participar en la manifestación de esta tarde supera el centenar y toda precaución es poca.

Quienes no están invitados y tampoco serán bienvenidos serán los políticos que, además, ocupan cargos de relevancia. Y es que, por primera vez, “Jaén merece más” se ha atrevido a señalar a los “responsables” de la situación en la que se encuentra esta tierra y apuntan a la élite que dirige las riendas de este país, de esta región y de esta capital, que no solo acusa el olvido por parte de todas las administraciones, según denuncian los integrantes de la plataforma, sino que está lastrada por la situación económica de un Ayuntamiento acorralado por las deudas.

“Esta es una manifestación del pueblo y no queremos que ningún político se aproveche de ella”, recalca Mario Liébanas, que reflexiona: “Aunque sean de Jaén, ¿cómo va a venir un político que está sentado en la Junta o en el Ayuntamiento y no mueve un dedo por esta tierra? No sería ético”.