El ascensor “no falló” en el Hospital de Valme

El investigado niega su “intervención” en la subida del elevador

19 ene 2018 / 09:38 H.

El operario de la empresa encargada del mantenimiento de los ascensores del Hospital Virgen de Valme de Sevilla investigado por el accidente mortal del pasado 20 de agosto de 2017 por el que falleció la joven Rocío Cortés cuando era trasladada en camilla en un ascensor tras dar a luz a su tercer hijo presentó declaración ante la juez que instruye la causa y ha negado “intervención o manipulación” alguna por su parte que provocara el movimiento del elevador.

Así lo explicó a los medios José María Núñez, abogado de la familia de la joven fallecida, quien señaló además que los técnicos de Atisae que declararon ante la magistrada ratificaron el informe pericial elaborado por esta empresa, que descarta que “un fallo técnico, mecánico o electrónico” motivara el movimiento vertical del elevador. En este sentido, el letrado indicó que los peritos “no le dan una explicación técnica al movimiento del ascensor y que este se moviera con la puerta abierta”, apuntando a “una intervención humana”.

Tras recibir el oficio del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional en relación al accidente, la juez de Instrucción número 1 de Sevilla, María Elvira Alberola, citó a declarar este jueves en calidad de investigado a FCD, el operario de la empresa de ascensores Orona, y como testigos a dos peritos de Atisae.

En el atestado policial, fechado el 11 octubre de 2017, y al que tuvo acceso Europa Press, los agentes concluyen que, “tras haberse descartado los fallos mecánicos, eléctricos y electrónicos del ascensor (...), la única hipótesis factible de la causa del fatal accidente es un fallo humano producido por una manipulación incorrecta del ascensorista”.

Al hilo, los agentes señalan que, en su declaración policial, este operario manifestó que sobre las 14:30 horas del 20 de agosto se encontraba en su oficina del centro hospitalario y, tras recibir la llamada de la centralita del hospital indicando que un ascensor se encontraba bloqueado, se dirigió a la sala de máquinas, ubicada a 5,77 metros de la oficina. Cuando se encontraba en los cuadros de mando, “antes de que le diese tiempo a manipularlos, escuchó un fuerte ruido que le extrañó”, por lo que “bajó corriendo a ver qué había ocurrido, encontrándose en la segunda planta del hospital con la víctima atrapada.