Es uno de los perfiles más técnicos del Gobierno que cambió por completo la Junta de Andalucía hace poco más de un año. Se siente una más en la búsqueda de soluciones y su espíritu es crítico y constructivo con el fin de sumar en la complicada tarea de todo lo concerniente al empleo. Rocío Blanco Eguren (Córdoba, 1966) cree firmemente en las potencialidades que tiene Jaén para salir rápido de la crisis que se avecina.

—Llegó a la Junta de Andalucía para intentar cambiar el rumbo de una cartera con graves problemas judiciales y, ahora, se encuentra con un gran obstáculo en el camino. ¿Cómo afronta esta grave crisis sanitaria que no termina?

—Es cierto que la declaración del estado de alarma está teniendo graves consecuencias en nuestro tejido productivo y en el empleo, y que eso está motivando que tengamos que replantearnos algunas actuaciones que estaban diseñadas para otro momento y otras circunstancias económicas bien distintas a las que ahora vivimos. Como ejemplo, puedo ponerle la iniciativa “Aire”, que es una actuación que se ha diseñado específicamente para la situación post covid-19. Pero eso no quita que muchos de nuestros planteamientos y objetivos de salida sigan siendo válidos, sobre todo cuando nos referimos, en vez de a una medida concreta, a un nuevo diseño de políticas y un modelo diferente de gestión. El Plan Director de Ordenación de Políticas de Empleo y Relaciones Laborales recoge estos planteamientos para la mejora significativa de los servicios públicos de empleo, del resto de las políticas activas de empleo y de la salud y las relaciones laborales.

—¿De qué manera puede ayudar la Junta a solucionar el grave problema del paro?

—Mantenemos nuestro empeño por mejorar las competencias de las personas para buscar un empleo, con un sistema de orientación más completo, a la vez que simplificar y mejorar los procedimientos de intermediación del SAE para ayudar a los desempleados y a las empresas. Lo mismo podría decirle de la recuperación de la Formación Profesional para el Empleo después de muchos años prácticamente sin actividad. Una recuperación que estará acompañada de un cambio en el modelo de gestión, con la sustitución del sistema de subvenciones por el de licitación, con mayor calidad en los cursos y mejoras en la seguridad jurídica y agilidad administrativa. Cambios como estos que le cito son estructurales, estamos en el camino de implantarlos para su aplicación en cualquier situación económica.

—¿Estaba preparada la Administración para tramitar una avalancha de expedientes de regulación temporal de empleo como la que se ha producido?

—Ninguna Administración puede estar preparada para asumir, sin previo aviso, un aumento de gestión que suponga multiplicar por 4.800 la carga de trabajo habitual, como ha ocurrido en este caso. Hemos pasado de gestionar algo más de 2.000 ERTE en todo el pasado año a cerca de 100.000 en mes y medio. Lo que sí debe hacer una Administración es afrontar este reto con los recursos a su alcance; en nuestro caso un poco más de 500 personas, sumando a funcionarios de otras consejerías que se han ofrecido como voluntarios, y poner en marcha las herramientas necesarias para facilitarles el trabajo, como plataformas informáticas. Considero que hemos podido con un arduo esfuerzo superar el reto, pero ha sido una tarea muy difícil de solventar. No me cansaré de elogiar a todas las personas, empleados públicos, que han trabajado de lunes a domingo, y casi sin descanso, hasta que pudimos primero controlar y después solventar la situación. Mi gratitud hacia ellos es muy grande.

—La cifra de ERTE da vértigo y, aunque el coronavirus no se ha cebado con Andalucía como en otras comunidades, las consecuencias económicas sí se empiezan a notar. ¿Cómo vamos a salir de esta?

—Aunque es pronto para adelantar el escenario laboral resultante, y no tenemos despejado del todo cualquier incertidumbre tras el verano, sí podemos afirmar con cierta certeza que la recuperación económica no va a ser rápida ni total en al menos un año.

La Comisión Europea prevé una fuerte caída de la economía española en 2020, superior a la media europea; el Banco de España estima que la economía se contraerá entre un 16% y un 21,8% en el segundo trimestre y prevé que la tasa de paro alcanzará el 18,9% en 2020 en la Unión Europea. Y para Andalucía las previsiones nos indican que podemos acabar 2020 con una contracción del PIB superior al 10% y un 30% de tasa de desempleo, según el Observatorio Económico de Andalucía (OEA). Datos terribles que podrían incluso empeorar si se producen rebrotes significativos de la epidemia.

—¿Cuál es su reto?

—Nuestro reto es colaborar a mantener esta crisis en coyuntural, pero es innegable que nada será igual que antes hasta que se disponga de una vacuna o de fármacos efectivos que protejan a las personas. Nuestra obligación ahora es convertir esta crisis en oportunidad para impulsar reformas que permitan mejorar el tejido productivo, la productividad y el empleo en el futuro próximo.

—¿Cree que el Gobierno escuchará la petición de la Junta de ampliar los ERTE más tiempo?

—Es imprescindible que se alarguen en el tiempo para evitar un drama social y económico. Creo que hay que confiar en que el diálogo social obtenga resultados, y que un acuerdo con los agentes sociales y económicos siempre será la mejor fórmula para afrontar la difícil situación que tenemos por delante. Desde el Gobierno andaluz, al expresar nuestra postura favorable a alargar los ERTE en el tiempo, sólo estamos siendo meros transmisores de una postura que han expresado con claridad empresarios y sindicatos, y que puede evitar males mayores para el empleo.

—¿Cuánto empleo se perderá en una provincia como Jaén por culpa de la covid-19?

—Hasta ahora sólo conocemos estimaciones de ámbito regional y nacional, es pronto para concretarle el detalle de cada provincia. Jaén tiene actualmente un diferencial positivo con Andalucía de un punto en su tasa de paro, que a cierre del primer trimestre se situó en el 20,2%, y las cifras nos hablan de un impacto desde marzo hasta mayo de unos 10.000 desempleados más, con especial incidencia en los servicios. Sin embargo, quiero ser optimista ante la evolución que este año va a tener el turismo de interior, y en la fortaleza del sector agroalimentario jiennense, con su aceite de oliva como bandera, uno de los que mejor ha resistido esta crisis económica.

—¿Qué medidas baraja la Junta de Andalucía para ayudar a los empresarios que se verán obligados a cerrar?

—Hemos adoptado ya un conjunto de actuaciones de tipo económico y en el ámbito laboral que atienden a unas prioridades claras: mantener el empleo asalariado y autónomo aliviando los costes para mantener su actividad, y facilitar la supervivencia de las empresas con medidas de liquidez y flexibilidad que les permita hacer frente a la intensa ralentización de la economía. El objetivo de todos los niveles de Gobierno es mantener las rentas y disponer de una base de empresas y trabajadores sobre la que poder construir la recuperación. En el ámbito de las políticas activas de empleo, hemos puesto en marcha la iniciativa “Aire” en colaboración con los ayuntamientos. Hemos aprobado distintas medidas de apoyo a los autónomos, dirigidas a facilitar liquidez y financiación a un colectivo vital para Andalucía, como la ayuda de 300 euros o el fondo con Garántia para la concesión de microcréditos exprés de 9.000 a 15.000 euros a autónomos y mutualistas sin costes, y tenemos otras medidas en cartera. Y dejo para el final el programa más ambicioso que quiere adoptar la Junta, en la que se implica todo el Gobierno: un Programa de Reactivación Económica y Social de Andalucía, que sería muy bueno que fuera pactado con los agentes económicos y sociales, que va a movilizar más de 4.000 millones de euros para afrontar la reactivación en el menor tiempo posible.

—¿Puede detallar en qué consiste el Plan Aire y cuál será su repercusión en Jaén?

—Cuenta con 165 millones de euros, destinados a los municipios para colaborar en proyectos que permitan mejorar la empleabilidad de las personas desempleadas que provienen de sectores castigados por la crisis sanitaria y que no han podido acceder a otros programas estatales o autonómicos. Unos proyectos que contribuirán a desarrollar actuaciones en los municipios. Es una medida puente, en la que vamos a acompañar a los trabajadores para que puedan ser contratados por el sector privado cuando la economía se reactive. La dirigimos, especialmente, a los trabajadores que habitualmente tienen contratos temporales, los grandes olvidados de esta pandemia. Ya está abierto el plazo para que los ayuntamientos presenten los proyectos, para lo que disponen de quince días. Posteriormente, debemos resolver las solicitudes en dos meses, así que es previsible que en septiembre arranquen las primeras contrataciones, unas 19.000 en toda Andalucía. Esta cifra, no obstante, puede variar cuando los municipios presenten sus proyectos, ya que los contratos que realicen pueden oscilar entre un mínimo de seis meses y un máximo de ocho meses. Para Jaén en concreto, una de las provincias con una asignación proporcionalmente más elevada, al haber incluido también en las condiciones el factor de despoblación y el desarrollo de la ITI, se distribuirán 16,69 millones en sus 97 ayuntamientos. Con las mismas precauciones que le he comentado antes. Podría estimarse que alrededor de 1.900 desempleados de la provincia podrían beneficiarse.

—Usted llegó a emocionarse en el Parlamento andaluz cuando habló del trabajo durante la pandemia. ¿Se siente identificada con ellos?

—Pedí disculpas sobre la marcha, porque no me parecía el lugar más adecuado, pero como atenuante diré que desde el 16 de marzo hemos estado en medio de un torbellino del que hemos conseguido salir trabajando codo con codo y sin que tuviésemos prácticamente descanso. Es normal que recordando todo eso, tuviese un momento de flaqueza emocional, pero reitero mis disculpas

—¿Cómo lleva eso de que haya confrontación política en un tema de salud pública?

—Nada bien, si le soy sincera. Yo vengo del mundo de la Administración Pública, creo que mi perfil es claramente técnico. Mi única implicación política directa es la que estoy viviendo estos años como consejera, pero sigo sintiéndome una gestora que intenta hacerlo lo mejor posible como servidora del interés público. Por eso no tienen encaje para mí algunas actitudes que se concentran en intentar favorecer intereses partidistas de corto recorrido. Creo que desde el Gobierno de Andalucía estamos demostrando que dos partidos, con sus visiones e intereses distintos, podemos trabajar unidos.

—¿Cómo ve la gestión del Gobierno central durante la pandemia del coronavirus?

—Desde mi responsabilidad he mantenido, y lo voy a seguir haciendo, porque la crisis todavía no ha finalizado, una actitud de lealtad institucional. Cuando he visto algo que no me ha parecido correcto, lo he expresado con un afán constructivo. He dirigido varias cartas a la ministra de Trabajo y Ministro de Inclusión y Seguridad Social, reclamándoles aspectos concretos que pensaba debían cambiar, mejorar o complementar. A veces se me ha hecho caso y otras no, y ese quiero que siga siendo mi papel por ahora. No es tiempo aún de calificativos, sino de propuestas y búsqueda de colaboración para ampliar la cobertura de las personas y la solución de problemas.

—¿Qué pueden esperar los jiennenses de la acción de la Junta? ¿Hay esperanza?

—Nos ha tocado vivir una de las situaciones más complejas y difíciles en la historia reciente de España y Andalucía. Y hay que tener en cuenta que superar esta situación no depende únicamente de las decisiones del Gobierno de Andalucía. Hace falta que todos pongamos de nuestra parte. Ahora más que nunca es importante reforzar las sinergias y la colaboración entre los sectores público y privado. El reto que tenemos por delante para recuperar el empleo es extraordinario, y desde el Gobierno andaluz vamos a seguir buscando fórmulas para colaborar con el Gobierno de la Nación para mantener el empleo en una situación tan complicada como esta. Habrá un antes y un después del 13 de marzo en el mercado laboral andaluz. Esta crisis nos ha puesto a prueba a todos, y está poniendo de manifiesto debilidades de nuestro mercado laboral relacionadas con la estructura productiva, como la dualidad laboral y la insuficiente diversificación de actividades productivas. Asuntos todos que deberán ser tratados con mayor intensidad. Pero esta crisis también puede afrontarse como una oportunidad para hacer frente a estas debilidades y salir más fuertes si cabe. No voy a engañar a nadie, nos esperan meses muy difíciles, pero esta crisis, aunque más grave, tiene una causa que puede ser coyuntural y una salida a corto plazo que está más al alcance de la mano que otras depresiones cíclicas de carácter más estructural. Con esta visión más positiva creo que debemos afrontar el nuevo tiempo que se nos avecina.