Un sueño cumplido en un Seat 600 azul
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Después de once días recorriendo Andalucía en su Seat 600 azul, conocido como “El Bala”, Antonia Rubiales regresó ayer a Los Llanos de Arriba con una hazaña inolvidable y recuerdos imborrables. El viaje, que inicialmente tenía planificado en catorce rutas, terminó sumando más de 2.000 kilómetros. El recorrido conllevó desvíos inesperados, recibimientos emocionantes y algún percance. Ante todo, Rubiales vuelve con la maleta cargada de anécdotas y una nueva familia.
“He pasado por granizo, por lluvia... hasta me caí en el foso de un mecánico y me fracturé una costilla en Huelva, pero no podía dejar a mi niño allí”, bromea sobre una de las experiencias más difíciles del trayecto. Pese a todo, siguió adelante gracias al calor humano de los clubes de coches clásicos que la recibieron con los brazos abiertos en cada parada. Sriven de ejemplo el cariñoso recibimiento que tuvo en Chiclana de la Frontera, o en Málaga, donde la tormenta la obligó a detenerse antes de llegar a Antequera, pero los aficionados salieron en su búsqueda igualmente para entregarla la placa. Por el camino, una gran lista de personas que se lleva en el corazón. “Si no hubiera sido por su apoyo, mi sueño no se hubiera hecho realidad”, comparte.
Conmovida por tantas muestras de cariño, Rubiales ya tiene un nuevo plan en mente: organizar una gran quedada de vehículos clásicos en Los Llanos. “No quiero que se quede vacía, en invierno somos apenas 25 personas. Pero ahora la va a conocer todo el mundo”, asegura. Lo que empezó como un sueño en la carretera terminó siendo un homenaje al espíritu de comunidad. Y en medio de todo, Rubiales logró que Los Llanos esté en nombre de todos.