Luminosa mañana de cabezudos en Beas de Segura

El pasacalles vuelve a reunir a familias enteras en la última jornada de las fiestas
Dos gigantes y seis cabezudos recorrieron las calles de Beas de Segura acompañados por la banda municipal y familias enteras. / Álvaro Guzguti / Diario JAÉN.
Álvaro Guzguti

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La mañana estuvo marcada por el bullicio y la alegría del tradicional Pasacalles de Cabezudos y Gigantes, que volvió a llenar de música y color las calles del municipio. La cita se enmarca dentro de la Feria en honor a la patrona, la Virgen de la Paz, que celebró ayer su última jornada. Cada año estas fechas se perciben como el momento más esperado de las fiestas locales. El desfile arrancó puntual desde la Plaza de la Constitución, frente al Ayuntamiento, donde ya se congregaban familias enteras para no perder detalle. La comitiva avanzó entre aplausos y sonrisas hacia el mercadillo instalado junto a la caseta municipal de la feria, epicentro del bullicio matinal. Desde allí, el recorrido siguió hasta la estación de autobuses, punto en el que se dio la vuelta para regresar nuevamente al Ayuntamiento, cerrando así el itinerario.

Los grandes protagonistas fueron los dos gigantes, de imponente estampa y vestidos con trajes de colores chillones que arrancaban carcajadas y asombro a su paso. A su alrededor, un grupo de hasta seis niños caracterizados como cabezudos de todo tipo correteaban entre el público, persiguiendo a los más pequeños y arrancando carreras divertidas entre gritos y juegos.

El ambiente lo puso la Banda de Beas de Segura, dirigida y organizada por la Asociación Centro Cultural Musical Santa Cecilia, que acompañó todo el trayecto con un repertorio alegre y festivo, marcando el compás de cada paso. Los sones de los instrumentos se mezclaban con las voces de los vecinos, que aplaudían y jaleaban en cada tramo del recorrido. El pasacalles concluyó en torno a la una y media de la tarde, tras una hora de música, risas y tradición popular. Al regresar al punto de partida, el aplauso colectivo se convirtió en el broche perfecto a una jornada marcada por la participación de todas las generaciones. Concluía así una mañana luminosa en la que la cultura popular volvió a ser protagonista, confirmando que la Feria de la Virgen de la Paz es, más que nunca, un espacio de encuentro, memoria y convivencia.

Marcos Guillén Torres contó que desde hace tres años sale de cabezudo en el pasacalles. “Está muy bien, es divertido y te dan un premio, aunque hace calor”, agregó. Por otro lado, Esteban Escabia Hornos dijo que toca en la banda desde hace quince años. “Para mí es un gran orgullo salir en este día por las calles de nuestro pueblo”, añadió. “Soy de Villargordo y estoy destinada aquí este año. Ha venido mi familia y nuestras fiestas son parecidas. Las disfruto mucho”, destacó Paqui Calles Navarro. Asimismo, Virginia Castillo Pérez aseveró que el de El Robledo, pero trabaja en Beas de Segura, donde se apuntó su hija a la banda. “Ella toca el saxogón y disfruto acompañándola en el recorrido”, resaltó. “Soy de Jaén capital y hemos venido para conocer la provincia y para que mi hija disfrute viendo a los cabezudos de Beas”, comentó Ana Belén Díez Torres.