La Virgen que quiso ser descubierta por un labrador en su collado
La tradición dice que la Virgen del Collado apreció por sorpresa, en el mes de abril de 1232, ante el labrador Esteban Solís Palomares. No sin esfuerzo. Este y otros pasajes los dejó escritos Francisco Olivares Barragán en su libro “Pacuamayo”. El agricultor labraba en una pequeño terreno de su propiedad, en un collado. Sus mulas tiraron con fuerza del arado, enganchado en algo pesado. Afloró y resulto ser una campana de grandes dimensiones. Limpió y limpió hasta que dentro pudo ver una imagen. Era una talla de la Virgen. Esteban, y hasta sus mulas cayeron al suelo sobrecogidos. El campesino lo atribuyó a un milagro. Llevó la imagen a Santisteban del Puerto y allí quedó la Virgen en sus Salas Capitulares. Por lógica se la llamó un tiempo Virgen de la Campana; se impuso después del nombre ede Virgen del Collado. Las fiestas de Pascuamayo de Santisteban del Puerto se celebran en honor de su Virgen del Collado. Los llamados “mayos” son una tradición inmemorial del municipios, cantos con influencias de las jotas manchegas, puede leerse en la web del Ayuntamiento. Sus letras aluden a la Virgen y al cantarlas se acompañan de bandurrias y guitarras, entre otros instrumentos. La procesión se celebra este sábado y será retransmitida en directo por Diario JAÉN a través de su Canal Directo en la web del periódico a partir de las 16:00 horas.