Canena recibió a San Marcos con el deseo de más lluvia en primavera

Los priostes reparten 9.000 roscos de pan y matalauva entre cientos de vecinos del pueblo
Procesión de San Marcos en Canena. / Fran Miranda / Diario JAÉN.
Fran Miranda

Si hoy se hiciera un referéndum en Canena, seguro que los vecinos escogerían el 25 de abril como su día favorito del año. No por la llegada de la primavera, sino porque es el momento de sacar a San Marcos en procesión para que bendiga el campo. La tradición es antiquísima, se remonta al siglo XV, por lo que nadie con vida es testigo directo, pero todos la conocen gracias a la herencia oral y escrita.

La Iglesia de la Inmaculada Concepción acogió los oficios, que también forman parte de esta costumbre centenaria. El párroco, Bartolomé Pérez Araque, deseó “buena cantera para los años venideros y que nunca se pierda la tradición”. Lo hizo tras presidir la renovación del voto de caridad, que protagonizaron los priostes. Hay que aclarar que, por San Marcos, varios vecinos se presentan voluntarios para ser priostes y encargarse de la Sala de la Caridad, que normalmente se instala en la vivienda de uno de ellos. Este año, sin embargo, alquilaron una para la ocasión. Entre otras cosas, ellos se encargan de repartir las roscas entre los vecinos una vez que termina la procesión del patrón de Canena.

Esta vez se hicieron 9.000, pero hay años en los que llegan a 11.000, apunta a este periódico Manuel García Herrera, canenero de nacimiento y residencia, y prioste hace algún tiempo. Conocidos como roscos de la caridad, son de pan y matalauva. Se hornean en la madrugada del 23 de abril y se conservan con manzanilla para que no se pongan duros y se puedan comer cuando llega el momento de repartirlos. Los roscos corren a cargo del Ayuntamiento.

Tras la misa, amenizada por el Coro de la Iglesia de Canena, llegó el momento más esperado: la procesión de San Marcos, que esta vez se celebró bajo un sol abrasador. Tras salir del templo, discurrió por la calle García Lorca, una de las más estrechas del pueblo. Hubo que ir con cuidado para no rozar las tulipas, pero las melodías de la Asociación Musical de Canena convirtieron el momento en poesía pura.

Triunfal, Costalero, Callejuela de la O, Nuestro Padre Jesús, Aires de Triana, Ida y vuelta, Fervor, Caridad del Guadalquivir y La Macarena, del maestro Paco Lola, fueron algunas de las marchas del recorrido.

La primera parada del camino fue a las afueras, con San Marcos de cara al olivar. Allí, el cura pronunció la oración para que el patrón bendijera el olivar y roció con agua bendita al paso y a todos los presentes, aunque hubo un niño al que no le hizo gracia: “Ya me va a poner chorreando”. “Agua fresquita”, respondió Pérez Araque. Después de un desgañitante viva a San Marcos, con su correspondiente respuesta, la procesión continuó hasta la Sala de la Caridad, donde recibió una petalada.

El desfile cambió de ritmo y el patrón volvió a la iglesia cuando pasaban pocos minutos de las dos de la tarde. Después, vuelta con la banda a la Sala de la Caridad para el reparto de los 9.000 roscos de San Marcos entre los cientos de vecinos que acompañaron al santo patrón.