Ariza, el puente anfibio del Guadalimar, será protegido como Bien de Interés Cultural

El Ministerio de Cultura inicia el expediente para esta obra, proyectada por Vandelvira, sumergida tras la construcción de la presa del Giribaile y que sólo se ve cuando arrecia la sequía
El Puente Ariza casi sumergido y en el cauce casi seco del Guadalimar. / Jesús Delgado / Agustín Muñoz / Archivo Diario JAÉN.
Miguel Ortega

Lo proyectó el gran Andrés de Vandelvira y se construyó entre los años 1550 y 1560. En 1998 entraba en servicio el embalse del Giribaile y el puente, construido sobre el río Guadalimar quedaba habitualmente sumergido, o semisumergido, por el nivel de las aguas. Sólo se ve en plenitud la traza sobria y elegante que le dio el arquitecto de la Catedral de Jaén cuando baja el nivel de las aguas cuando arrecia la sequía. Ahora, el Ministerio de Cultura y Deporte a iniciado el expediente para protegerlo como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de monumento. En el término municipal de Úbeda, fue la principal vía de comunicación entre la ciudad jiennense y la también monumental de Toledo. Permitía, además, canalizar la riqueza cerealística y ganadera de Úndea hacia la Meseta, explica el Ministerio en un comunicado. Cuando sea Declarado BIC tendrá protección legal y medidas para su conservación.

El Puente Ariza está considerado una de las grandes obras de ingeniería renacentista. Su piedra arenisca ha aguantado el paso del tiempo con o sin agua. Tiene cinco ojos (arcos) de medio punto. En el cuarto se talló el sello medieval de Úbeda y una imagen de San Miguel, con flechas y lanzas en su mano derecha y un escudo a la izquierda. El Ministerio precisa que la última intervención que se hizo en el puente data de mediados del siglo XIX. Se le suavizó un grado la pendiente para adecuarlo al proyecto de un camino que iba a comunicar Úbeda y Baeza con la carretera general de Andalucía, en la aldea de Las Correderas, proyectado por Manuel María de Chávarri. ¿Cómo es su estado actual? El Ministerio refiere que mantiene las trazas y gran parte de la sillería del siglo XVI. De forma casi permanente, subraya, está totalmente sumergido. Sólo aflora en periodos de sequía prolongada. Cultura asegura que esta circunstancia no impide su conservación. La competencia para declararlo BIC es de Cultura, porque es un bien adscrito a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, y el proceso es competencia de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes.