Se triplican las urgencias en la sanidad pública jiennense
María —nombre ficticio— llegó con una infección de oído al servicio de Urgencias del centro de salud del Bulevar a las diez de la noche de un día laborable y fue atendida por una médico residente a las doce y diez, quien la derivó al Hospital Neurotraumatológico de Jaén para continuar con pruebas más especializadas. Entró a las doce y media al centro hospitalario y le tocó su turno en torno a las dos de la madrugada. Se trata de una situación real que no es aislada, sino algo que se repite en los últimos meses en la sanidad pública jiennense. Las fuentes consultadas por este periódico certifican, con datos del sistema en la mano, que las urgencias se han triplicado en los últimos cinco años.
Son varias las causas de las atenciones de emergencia, tanto en el Médico-Quirúrgico como en el Neurotraumatológico, aunque en los últimos tiempos está claro que es la alergia el principal motivo de consulta. Dicen los profesionales que el pico más alto se registró con la celebración de la Feria Internacional del Aceite de Oliva e Industrias Afines, Expoliva, con visitantes de fuera de la provincia como principales usuarios que, al pisar tierra olivarera por primera vez, descubrieron intolerancia de su organismo al polen. Si se toma como referencia el 12 de mayo, hubo 586 casos en las urgencias públicas jiennenses y, el mismo día de 2020, en plena pandemia, 212, de ahí la conclusión de la triplicación. Cada año se bate un nuevo récord. En 2024 hubo 496 diarias, 477 en 2023, 478 en 2022 y 403 en 2021. Si las matemáticas no fallan, se producen 25 asistencias cada hora y una cada dos minutos. Hay que tener en cuenta que, aparte, están las que se registran en los centros de salud, fundamentalmente el del Bulevar, que es el de referencia desde que se trasladó el que había hasta ese momento: Virgen de la Capilla. Hay quienes dicen que los ciudadanos utilizan cada vez más este servicio por las listas de espera que hay para acudir al médico de cabecera.
Lo que ocurre en Jaén pasa en el resto de Andalucía y de España. Hay estudios que señalan que los usuarios acuden cada vez más a los servicios de urgencias y, sin embargo, se nota un descenso en el número de los ingresos hospitalarios. Un informe publicado por el Ministerio de Sanidad en 2022, el último que se conoce, revela que los hospitales hicieron en España más de 31 millones de atenciones en el año de referencia, un récord absoluto que, sin embargo, coincide con una disminución del porcentaje de pacientes que, por su gravedad, debe quedarse ingresado: un 9%, la cifra más baja de la última década.
Este fenómeno coincide con listas de espera disparadas, tanto para ver al médico de Atención Primaria, que puede demorarse semanas, como para acceder a una especializada, con marcas históricas después de la pandemia del coronavirus. Nada es fruto de la casualidad. Las fuentes consultadas señalan que el deterioro de la sanidad, con datos que afectan tanto a la pública como a la privada, está probablemente detrás de este uso de los ciudadanos, que buscan ayuda inmediata a sus problemas de salud allí donde la pueden encontrar.
La queja de quienes trabajan en los centros hospitalarios es común en todo el país: la mayoría de los pacientes que acuden a las consultas de emergencia no están en situación de ser recibidos de una manera urgente. La solución al problema se presagia difícil, aunque que está claro que las miradas se deben dirigir a la Atención Primaria, la puerta de entrada a la sanidad.