Ragón Falez y las letras desconocidas en la obra del maestro Cebrián

Homenaje al músico, toledano de nacimiento y jiennense de sentimiento, con la batuta de Juan Francisco Aránega
Juan Francisco Aránega dirige a la Unión Musical Santa Cecilia. / Captura del vídeo.
Miguel Ortega

El Himno a Jaén, la marcha de Nuestro Padre Jesús Nazareno o el pasodoble Churumbelerías. Sin duda son tres de las obras del maestro Emilio Cebrián que conoce la mayoría de los jiennenses. Hay muchas más, conocidas y apreciadas, pero también aspectos en la obra del músico, toledano de nacimiento y jiennense de sentimiento, desconocidos para el público. ¿Ragón Falez? Es el título de uno de sus pasodobles, menos conocido, aunque está en el repertorio de las bandas de uno y otro lado del país. No hay fiesta de renombre en la que no se toque. Y no le busquen significado. No es uun animal mitológico, ni un personaje de la literatura; tampoco el nombre de guerra de un torero perdido en la memoria de las crónicas. Realmente es un acrónimo fruto del ingenio del compositor. Este pasodoble se estrenó en 1935 y el maestro lo compuso dedicado a Rafaela González, hija de un político municipal de la época. Por las razones que fueran, Cebrián optó por el acrónimo para ponerle nombre: Ra-fa-ela Gon-lez jugando con las letras del nombre y primer apellido.

Este verano, el 30 de julio, se le tributó un homenaje al maestro Cebrián en el municipio toledano de Dosbarrios, en el marco de su Certamen Internacional de Bandas de Música, del que van ya doce ediciones. Cada año se rinde tributo a una figura de la música. Este 2022 ha sido a Emilio Cebrián y Ragón Falez, entre otras, la obra que pudieron escuchar, con música y letra. Tocó la Unión Musical Santa Cecilia de Dosbarrios, bajo la batuta de un jiennense de Arjona, Juan Francisco Aránega, director titular de la banda, quien eligió el repertorio. “Realmente, muchas de las obras del maestro Cebrián tienen letra, la mayoría de ellas de Federico de Mendizábal, como en el pasodoble Ragón Falez”, precisa Aránega a este periódico. “Apenas se conoce este aspecto y no es fácil conseguirlas. La de este pasodoble la tenía yo memorizada desde niño, aunque se encuentra también en un libro publicado en Jaén”, añade. “Son letras costumbristas, para cantar, con un marcado acento popular, piezas que él llamaba coreables”, explica. Y sobre el homenaje: “Fue una noche especial en honor al maestro, toledano de nacimiento y jiennense de alma y corazón”. En la hoja que reproducimos del libro de Isidoro Lara Martín-Portugués se puede leer la letra, el año de estreno, que la música es de Cebrián, la letra de Mendizábal, y tocaba la Banda Municipal de Música de Madrid.

Aránega tiene que retomar este jueves los ensayos matutinos con su banda, pero antes de terminar la conversación, apunta otra cuestión fundamental. “El maestro fue uno de los pioneros en España en la composición de obras originales para bandas, no pasodobles u otras por el estilo que ya se hacían desde 1893, hablamos de composiciones clásicas”. Cita un ejemplo, el poema sinfónico “Una noche en Granada”.

La letra del pasodoble

Jaenera, jaenera / flor cañí de primavera que en la gloria de tu Andalucía, / entre sol y entre olivares / entre amores y cantares / haces oro de luz tu alegría. / Envidiando tus primores, / a tu paso nacen flores / y la noche, por ti, se hace día... / ¡Jaenera, jaenera, / flor cañí de España entera / y clavel del corazón de Andalucía.

En la interpretación de Ragón Falez por la Unión Musical Santa Cecilia de Dosbarrios, dirigida por Juan Francisco Aránega, la canta Pablo Alonso, de Baza, tenor del Coro Nacional de España.