La parroquia de Cristo Rey recibe la visita de un paje de los Reyes Magos
La ilusión se abrió camino en la fría tarde de ayer cuando uno de los pajes reales de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente visitó la parroquia de Cristo Rey para recoger las misivas que los cofrades más pequeños de la Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos de Jesús del Perdón habían escrito para los mágicos visitantes reales.
La bienvenida estuvo organizada por las vocalías de Caridad y Juventud de la cofradía, para dar la oportunidad a una quincena de niños de saludar y entregar sus deseos por haber sido buenos a uno de los representantes regios. Antes, ante la impaciente espera, se había dispuesto una merienda para los pequeños y no tan pequeños surtida de churros y chocolate con los que calentar el cuerpo, y que los jóvenes habían aprovechado para poner en común con sus iguales lo que anhelaban descubrir al despertar el próximo 6 de enero. Entre bocado y bocado, exponían la inocente mirada de la infancia, creyendo ser merecedores de lo reclamado por su buen comportamiento durante el año.
Tras la degustación, María del Mar González, vocal de Caridad de la Hermandad, les invitó a escribir —a los que no la traían preparada de casa— sus epístolas, con folios decorados, bolígrafos, tijeras y pegamento dispuestos en las mesas aledañas. Los dos últimos útiles estaban pensados para los que aún no escriben, otorgándoles la posibilidad de ejemplificar con las ilustraciones de catálogos de juguetes sus deseos.
Entre consulta y consulta, miradas furtivas a las cartas de sus amigos y explicaciones de por qué pedirían lo que pedirían, llegó el paje real, que fue recibido con una gran ovación antes de proceder a escuchar de viva voz las peticiones de los pequeños. Uno a uno fueron pasando por su regazo, asintiendo a las preguntas y señalando en la misiva lo que más ilusión les haría recibir de Sus Majestades. La despedida fue jubilosa, dejando volar la imaginación de los más pequeños hasta el momento exacto en el que su petición llegue hasta las manos de Gaspar, Melchor y Baltasar.