La libertad está en el horizonte: Una jornada con presos de Jaén

Once internos del Centro Penitenciario disfrutan de un día diferente
Internos del Centro Penitenciario de Jaén durante la jornada de convivencia. / Nicolás Collado / Diario JAÉN.
Nicolás Collado

Para los presos del Centro Penitenciario de Jaén, la rutina manda sobre los días y las noches que se suceden en la cuenta atrás en la que se ha convertido su vida esperando cumplir condena. Sin embargo, esa progresión infinita se vio truncada, cuando, por las calles de Jaén, 11 internos tuvieron la oportunidad de recuperar la libertad por unas horas. Gracias al apoyo de la Hermandad de la Lanzada y del cuerpo de voluntarios de la Obra Social de la Caixa, la Pastoral penitenciaria organizó un día de convivencia en la que no existieron diferencias entre nadie, solo había una cosa que definía y hermanaba a todos los allí presentes, su condición de personas. Personas con inquietudes, fallos, aciertos o anhelos. En la mañana del sábado no hubo espacio para la estigmatización por las calles de la capital.

El día, aunque gris, comenzó con alegría. Manolo, Manuel S., Manuel M., Manuel F., Fernando, Pedro, José, Samuel, Abelardo, Antonio y Miguel, todos residentes en los módulos de respeto de la cárcel, donde a cambio de una reducción de pena se comprometen a cumplir una serie de normas, se reunieron, acompañados de Pepe Arroyo, capellán de la Pastoral Penitenciaria, con los miembros de la Hermandad de la Lanzada. Juntos iban a disfrutar de un itinerario dirigido por Ana Hinojosa, delegada territorial de voluntarios de la obra social de la Caixa, maestra de ceremonias por las calles empedradas de Jaén.

El Santuario Camarín de Jesús fue la primera parada en el camino. La timidez era la sensación que imperaba en el grupo, pero que poco a poco fue desvaneciéndose a base de acercamientos, palabras y sonrisas. Tras la pausas en la Iglesia de la Merced y el Arco de San Lorenzo, el grupo, que comenzó siendo heterogéneo, se convirtió en uno solo. Las conversaciones fluían y las risas acompañaban la excursión como si de su banda sonora se tratase. Para muchos, pese a que son vecinos de la provincia, esta era la primera vez que andaban por las calles de Jaén metidos en el papel de visitantes, como uno de ellos recordaba entre risas en los baños árabes, cuarta parada del día, “entonces esto que estamos haciendo es turismo, ¿no?”.

El Palacio de Villardompardo fue testigo de la fascinación que provocaron sus fantásticos baños árabes, Premio Europa Nostra por su restauración. Diversas eran las anécdotas que fascinaban a los visitantes, como diferentes eran sus personalidades. Unos se fijaban en los datos históricos que Ana iba explicando, otros por la cantidad de “escombros” que tuvieron que sacar de allí cuando el espacio fue descubierto a principios del siglo XX, pero la fascinación fue unánime cuando subieron a la azotea del Palacio y pudieron contemplar la ciudad de Jaén rodeada por los interminables campos de olivos. “Aquí puedes alargar la vista, allí dentro te quedas ciego”, se comentaban unos a otros mientras inmortalizaban el momento en su memoria para poder volver a ella en los eternos días del centro. La Catedral fue la última parada que puso el colofón a un tour mágico por los monumentos que tienen a escasos kilómetros de su celda, y la imagen del Santo Rostro fue testigo del gozo que desprendía el grupo a su paso.

El día aún guardaba muchas sorpresas por delante. Tras despedirse de la hermosa fachada de la Catedral, el grupo se dirigió, a pie, hacia la sede de la Hermandad de la Lanzada, la Parroquia de la Inmaculada y San Pedro Pascual en el barrio de San Felipe. Allí, se reunieron con más miembros de la cofradía y de la Pastoral Penitenciaria para comer unos platos caseros hechos con mucho cariño.

Alrededor de la mesa quedaba lejos el comedor de la prisión y los internos pudieron volver a la vida normal por unas horas. Todo el día estuvo ideado con ese fin, como una medida de transición hacia la libertad, que en el caso de la mayoría de ellos pronto llegaría. Pero también como una manera de acabar con el estigma de la cárcel y un empujón hacia la reinserción.

La jornada finalizó como acaban las buenas historias, con dulces y largas sobremesas. Todos se sinceraron y compartieron lo que había significado el día, y recordaron las actividades y el trabajo que realizan los voluntarios y la pastoral penitenciaria en la cárcel. Pero una sensación estaba en el aire, y uno de los internos la supo canalizar a la perfección: “hoy le hemos robado un día al juez”.

“Es momento de decir que aquí estamos para vosotros”

María del Carmen es la Hermana Mayor de la Sagrada Lanzada, una Cofradía jiennense que está activa desde el año 2011. Para ella, este tipo de iniciativas nacen desde la vocalidad de caridad para “compartir un día de su libertad, es un momento de unión para que ellos cuenten sus vivencias y sentimiento en la prisión, que nosotros desconocemos.” “No es momento de sentir lástima hacia ellos, sino de decir que aquí estamos para vosotros, que no vamos a juzgar lo que hayáis hecho” insistió la Hermana Mayor de la Hermandad.

“Nosotros nos adaptamos a lo que demandan las hermandades”

Ana es la delegada provincial de la asociación de voluntarios de la Acción Social de la Caixa. Recuerda que son una institución distinta a la Fundación pero aún así realizan muchas actividades conjuntas, “como por ejemplo esta que ha sido financiada por ellos, al igual que todas las salidas que realizamos”.

Para el presente 2025, tienen organizadas alrededor de 12 visitas más de este tipo. Las Hermandades son las que se acercan a ellos y, una vez analizan la acción, se suman a ella, “Nosotros nos adaptamos a lo que las hermandades demandan, trabajamos codo con codo con ellas”, explicó

Ana recuerda que la asociación de voluntarios trabaja en varias frentes, principalmente cuatro, “tenemos varias líneas de actuación. Una destinada a la sostenibilidad y al medio ambiente, otra más social y de acompañamiento, otra destinada a la digitalización y por último, una dirigida a la educación”, comentó la delegada. Recientemente, la asociación de voluntarios colaboró con la Pastoral Penitenciaria en el camino de Santiago.

“El objetivo es desestigmatizar las personas y la vida en la cárcel”

Para Domingo, el objetivo principal de este tipo de iniciativas es el de “desestigmatizar la vida en la cárcel y las personas. Los talleres que realizamos allí, que son mucho, también tienen esa intención y creo que les hace bien”. Además, pone el foco en la importancia de la infancia para entender y acompañar a los presos en su transición “Si yo viniese de una familia desestructurada, sin límites de ningún tipo, de marginación ¿Dónde estaría yo?” Se preguntó el párroco.

Además, el representante de la Pastoral pone el foco en la importancia de un hogar “al que volver”. Por ello recuerda la importancia que tienen recursos como la “Casa de Nazaret” que posee Cáritas en Jaén. Un domicilio al que las personas que salen con permiso y que, o bien viven lejos o no tiene un lugar al que volver, pueden acceder. “Está dando un resultado precioso. Es un apoyo que es muy interesante porque sino no podrían disfrutar de su libertad”, explicó Domingo.

El párroco quiso también incidir en que todos estos recursos deben ser solicitados por ellos.