La COAG reclama a la Junta que declare especie invasora al avispón oriental

La organización agraria recuerda los daños que causa a la apicultura, a otros cultivos, y el peligro de sus picaduras sin son masivas, además de su creciente expansión
Ejemplares del avispón oriental. / COAG.
Miguel Ortega

La organización agraria COAG Andalucía requiere este miércoles a la Junta de Andalucía para que atienda su petición de reunirse y abordar “la grave problemática que está generando la progresiva expansión de una especie invasora de avispón: la vespa orientalis’, que está provocando graves problemas a la apicultura andaluza, ya que ataca las colmenas en busca de alimento, se lleva las reservas de miel y polen y acaba con la cría”, dice en un comunicado el responsable de apicultura de la organización, Antonio Vázquez. En Jaén capital se han detectado varios nidos de esta especie. Lo que pretende COAG es que el avispón oriental sea declarado especie exótica invasora. Daña la apicultura y también cultivos. “En este sentido —explica el responsable sectorial de la organización—, el pasado año mantuvimos varias reuniones con la Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad para poner sobre la mesa que era necesario instaurar un programa de control de esta avispa. Y, posteriormente, en octubre pasado, se certificó la presencia de un nido de otra avispa exótica invasora como es la ‘vespa velutina’ en la provincia de Cádiz”. La organización agraria insiste a la Junta que ponga en marcha un plan de control en el que se implique a los ayuntamientos.

¿Por qué es preocupante el avispón oriental?

Desde que se viera por primera vez en la provincia de Cádiz, explica la COAG, se ha observado un incremento de avistamientos en el sur peninsular. “Especialmente, se está expandiendo a gran velocidad por la provincia de Málaga (en todo el litoral malagueño de Estepona al Rincón de la Victoria ha habido notificaciones) y ya se ha encontrado ejemplares en las provincias de Sevilla, Huelva, Córdoba y Jaén”, precisa en el comunicado. Advierte también de que la ubicación de sus nidos —cerca de los núcleos urbanos y a ras de suelo— hace “más problemática” a esta avispa para toda la sociedad. Al tocar los nidos “se pueden producir ataques múltiples, con riesgo de desenlaces fatales”. Su picadura es muy dolorosa y puede causar cuadros alérgicos.

Esta especie invasora ataca, además, a las colmenas de abejas, matándolas y haciendo que disminuya la producción de miel. En los últimos años, “su extensión poblacional está suponiendo un verdadero problema para la apicultura”, pero también para el avispón autóctono, que tiene que competir por las presas y otros elementos de su alimentación. “Hay que destacar que la ‘Vespa orientalis’ puede provocar importantes pérdidas en el sector agrícola al atacar los frutos y dejarlos sin valor comercial”, advierte finalmente la COAG.