Jaén busca atajar la soledad en los mayores con un plan estratégico
Existen muchos retos que debe enfrentar la sociedad para adaptarse a los nuevos cambios sociales. Uno de ellos es la soledad no deseada. Muchos son los factores que inciden en esta problemática que se extiende a lo largo y ancho del mundo desarrollado. Según el Instituto Nacional de Estadística —INE—, existen ahora mismo en Jaén, 70.607 hogares donde vive una sola persona. En las proyecciones que realiza el organismo público para el año 2039, esta cifra aumenta progresivamente hasta convertirse en el modelo de habitabilidad más común en la provincia. Lo mismo ocurre en el conjunto del país, donde actualmente cada hogar está compuesto por una media de 2,5 inquilinos. Para 2039 se estipula que sea un 2,32. Estas estimaciones revela una realidad que ya, ahora, en pleno 2025, afrontan muchas personas. El Barómetro de la Soledad no Deseada en España, presentado en 2024 por la Fundación ONCE y la Fundación AXA, reveló que una de cada cinco personas en España sufren estas situaciones, y a menudo, se alarga bastante en el tiempo, puesto de un 67,7% de los encuestados que sufren soledad llevan más de 2 años instalados en esa situación.
Además de las implicaciones sociales y emocionales que acarrea esta realidad, el mismo Observatorio Estatal estima que la soledad no deseada supone un coste total de 14.141 millones de euros anuales. O lo que es lo mismo, el 1,17% del PIB de España en 2021. Si se desgranan estas estimaciones, los costes sanitarios derivados de la frecuentación a los servicios sanitarios se elevan a más de 5.600 millones de euros anuales, y los costes de consumo de medicamentos ascienden a 459,9 millones. Además de los gastos médicos, se deben sumar los costes asociados a las pérdidas de productividad, derivados de los múltiples trastornos psicológicos que puede acarrear la soledad no deseada, unos 8.000 millones de euros anuales.
Esta problemática, como demuestran los datos, es multifactorial, y afecta desde diversos puntos a los individuos que las sufren y, por ende, a la sociedad en su conjunto. Por esta razón, algunos estados están intentando tomar cartas en el asunto desde hace varios años. Reino Unido fue pionero en abordar la problemática. Durante el gobierno de Theresa May, en 2018, creó la primera Secretaría de Estado de la Soledad. Unos años más tarde, en 2021, Japón elevó la soledad no deseada a asunto de Estado, y habilitó el Ministerio de la Soledad. En España, el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, anunció la puesta en marcha de una Estrategia Nacional contra la Soledad, sin embargo, aún no ha cristalizado en medidas concretas.
La pérdida progresiva de las relaciones intergeneracionales es un elemento clave en el aumento de este sentimiento de soledad. Más de un 40% de las personas que lo sufren son mayores de 65 años, y el enfriamiento de las relaciones sociales y el aislamiento a medida que se pierden espacios de socialización, como puede ser el trabajo, aumenta esta sensación de desamparo. Por ello, el Ayuntamiento de la capital en colaboración con la Universidad de Jaén —UJA—, creó una hoja de ruta para fortalecer este entendimiento generacional. Este plan estratégico, titulado, “Jaén ciudad amigable con los mayores”, busca abordar esta problemática desde todos los ángulos posibles, puesto que la vivienda, la comunidad, la participación ciudadana o la clase socia, afectan en la posibilidad de acabar sufriendo soledad no deseada. La ciudad, de esta manera, se suma a la corriente impulsada por la Organización Mundial de la Salud para generar herramientas que ayuden a mejorar la vida de sus vecinos. Algo similar ocurre en otros puntos de la provincia, puesto que esta problemática es totalmente transversal, independientemente del tamaño del municipio. Jamilena presentó recientemente su Plan de Accesibilidad, donde hizo especial hincapié en la integración de todos sus vecinos independientemente de su condición, un ejemplo de que el momento de actuar es ahora.
Yolanda De la Fuente: “Para atajar esta situación, hay que potenciar una serie de valores, de comunidad, de empatía, de cercanía”
Yolanda María De la Fuente es Catedrática de Trabajo Social y Servicios Sociales la Universidad de Jaén. A su juicio, el problema de la Soledad no Deseada debe ser atacado desde ya y desde diversos frentes por las administraciones, que sin embargo, “están actuando sin poner la soledad no deseada ni el individualismo en la vida diaria”, comentó. De la Fuente defendió la potenciación de la comunidad, “la soledad no es solamente el problema del que está solo, ni únicamente de la administración, todos debemos potenciar una serie de valores, los que teníamos siempre. El valor de la comunidad, de la empatía, de la cercanía”, indicó, poniendo el punto de mira en un acercamiento entre diversos grupos de edad, un fomento de la intergeneracionalidad.
Para la catedrática, esto debe enfrentarse desde múltiples aspectos, situaciones que provoquen “que te sientas parte de algo”. “Para acabar con la soledad no deseada, con el aislamiento, hay cuestiones tan importantes como la movilidad, los transportes que permitan a las personas moverse de un sitio a otro. O recursos técnicos como tener casas adaptadas a las necesidades de todos. Cuestiones que te permiten ser parte de algo, parte de una realidad.”, incidió la experta, para quien, en consecuencia, existe un fuerte sesgo económico que debe ser salvado por las administraciones. Sin embargo, De la Fuente hizo hincapié en que los ancianos no son sujetos pasivos: “Han aportado y aportan al sistema, apoyan a sus familias y entornos, ayudan a los vecinos. Son fundamentales para la comunidad”.