Francisco Reyes: “Una vía de ferrocarril no se compra en la tienda de barrio”
Es uno de los representantes públicos más influyentes de la vida política jiennense, un “todoterreno” que, aunque caigan chuzos de punta, siempre está al pie del cañón. Francisco Reyes Martínez, (Bedmar, 1962) hace parada en el camino para respirar después de un curso intenso y promete volver, tras el paréntesis vacacional, para afrontar los grandes retos a los que se enfrenta esta tierra y para que las próximas elecciones, las generales y las autonómicas, no le pille con el pie cambiado. El presidente de la Diputación Provincial y secretario general del Partido Socialista de Jaén aclara dudas y se sincera en una entrevista en la que deja entrever que estará en la senda hasta que los suyos decidan que no esté.
—Lo primero es preguntar siempre por la salud.
—Afortunadamente bien, pasé el coronavirus en Semana Santa, como la mayoría de ciudadanos de este país, y superé también un problema de salud que tuve, con mis revisiones periódicas y muchas ganas de seguir trabajando y que la salud me deje hacerlo.
—¿Cómo afronta la recta final de su tercer mandato al frente de la Diputación Provincial?
—Con ilusión, la misma con la que empecé en 2011, y siendo consciente de los años complicados que hemos vivido. El otro día me decía un alcalde que nos tenían que dar dos años de prórroga de esta legislatura después del problema al que nos hemos tenido que enfrentar sin estar preparados. Sin embargo, hemos sido capaces los españoles de superar con nota esta difícil situación que hemos vivido y con muchas ganas de culminar lo que no hemos podido hacer, de tal forma que estos diez meses se nos harán muy cortos para cumplir nuestros compromisos y afrontar retos, como los fondos europeos, que tenemos que aprovechar al máximo.
—¿En qué ha avanzado la provincia desde que usted preside esta Administración?
—Esta provincia, como el resto de España, ha avanzado. Tenemos problemas y dificultades, sin duda, pero creo que no hay color. Los últimos datos de la Encuesta de Población Activa así lo afirman, porque desde antes de 2008 no habíamos llegado a unas cifras de desempleo como las de ahora. Creo que hemos avanzado en cuestiones que son fundamentales, como recuperar oportunidades y compromisos como la subida de las pensiones, que hemos pasado de subir 25 céntimos a actualizarlas con el IPC. Contamos con instrumentos desde el punto de vista laboral que tienen sus consecuencias en la cantidad de contratos indefinidos. También mejoras en infraestructuras, porque hay carreteras que hemos sido capaces de abordar en su integridad, como el tramo que va desde Torreperogil a Villacarrillo y muy avanzada la que llega hasta Villanueva del Arzobispo. Creo que hay otros aspectos en los que hemos avanzado desde el punto de vista de la autoestima, como el Olivo Arena, y otros en los que posiblemente hayamos dado pasos hacia atrás, como la sanidad pública, la educación o los servicios sociales. Jaén está mejor que estaba y tenemos que seguir trabajando en esa línea.
—Hay problemas que parecen estar llamados a ser endémicos, como la falta de conexiones ferroviarias. Le dolerá la boca de decirlo, ¿no?
—Me duele la boca de decirlo y de explicar por qué. Yo creo que los medios de comunicación hacéis una importante labor de concienciación. Una vía de ferrocarril no se compra en la tienda de barrio ni en un centro comercial. Desde que se concibe un proyecto hasta que se finaliza, tienen que pasar muchos años. Yo tengo que reconocer que aquí en su día quien decidió conectar Jaén con la alta velocidad a través de Despeñaperros hizo una barbaridad, porque este tipo de transporte no permite sacar mercancías y, además, atravesamos un Parque Natural. No ha pasado nada porque Granada se conecte con la alta velocidad bajando a Antequera. Nosotros conectando con Córdoba hubiéramos tardado infinitamente menos, y eso mejorando la conexión de Jaén con Linares-Baeza y Alcázar de San Juan. Tenemos ese déficit y las soluciones son las que ya están en marcha, con un estudio informativo de Montoro-Adamuz para ir a Madrid y la mejora de la conexión de Jaén, Linares, Alcázar de San Juan y bajar de las tres horas para llegar a Madrid. El problema es que, desde 2006, cuando se pusieron en marcha los estudios informativos de Jaén-Grañena-Casas de Torrubia-Linares, no se ha hecho nada. Lo único que se hizo fui iniciar el tramo de Grañena, pero a más de tres kilómetros de Jaén, porque alguien decidió en el Ayuntamiento, cuando Pepe Blanco vino a presentar la Estación Intermodal, que los trenes no tenían que llegar a Renfe, sino a Vaciacostales. Fue una decisión municipal, pero no hicieron nada, ni desde el Ayuntamiento ni desde el Gobierno de España. Jaén merece esa conexión digna.
—¿Es consciente de que se han perdido oportunidades de generación de empleo y riqueza por falta de comunicaciones?
—Todo influye, pero hay cuestiones que no hemos sido capaces de poner en valor y todo el día estamos repitiendo lo mismo de las comunicaciones. Hoy en día, casi el ochenta y cinco por ciento de los municipios de Jaén están a menos de media hora de una vía de alta velocidad. No todas las provincias de este país pueden decir eso. Cuando la autovía llegue a Puente de Génave será bastante menor la distancia. Yo creo que tenemos que poner en valor nuestras potencialidades y, sin duda, Úbeda y Baeza es un ejemplo de la capacidad que tienen de atracción desde que tienen autovía para llegar desde cualquier lugar de España. Evidentemente, las comunicaciones son fundamentales para el desarrollo, no haber contado con unas conexiones dignas de ferrocarril nos ha afectado, pero es necesario que el Gobierno de España haya dado los pasos que ha dado. Tenemos que aplaudir actuaciones como el nuevo espacio para coger el tren en la Estación de Atocha, que antes era una aventura de riesgo.
—¿Quién es el responsable de que Jaén no esté conectada con Córdoba por autovía?
—Jaén está conectada con Córdoba por autovía.
—¿Por El Carpio?
—Bueno, ahí ha habido responsabilidades de los gobiernos de Andalucía, pero hay una diferencia: desde 1982, aquí se han ejecutado una serie de autovías en la provincia de Jaén, como la conexión de Bailén a Granada o desde Úbeda hasta el polígono industrial de Martos, de tal forma que si no se le ha metido mano a la de El Carpio es porque se estaba trabajando en otras. El problema es que, en los últimos tres años y medio de Gobierno del Partido Popular en Andalucía, no se ha hecho ni un solo metro de autovía, es decir, la de Úbeda-Estepa se paró y sigue igual, lo mismo que los compromisos adquiridos con Andújar por Fuerte del Rey o Torredonjimeno-El Carpio, no solamente no se ha hecho nada, sino que encima han dicho que renuncian a que sean autovía sin, además, haber estado actuando en otro tramo. Es que en el haber de Moreno Bonilla y del Partido Popular no hay ni un solo proyecto que hayan sido capaces de ponerlo en marcha. Yo aplaudo la inversión en la mejora de la carretera por ambos sitios, pero es que eso no fue lo prometido a los jiennenses. Por lo tanto, cada uno tiene que ser responsable de lo que hace y de lo que no hace.
—¿Pasa lo mismo con el tranvía?
—El tranvía debería darnos vergüenza a quienes estamos en una Administración. Una inversión de más de ciento treinta millones de euros que esté parada como está, es una verdadera vergüenza. Que una obra de estas características, después de estar andando, se parara porque un alcalde, el señor Fernández de Moya, dijo que no se iba a montar en el tranvía, que no se monte él, pero que deje a los demás... Se paró en 2011 en pruebas, algunos contarán a sus nietos que se montaron en el tranvía de Jaén, pero desgraciadamente ahí está, y Moreno Bonilla poco está invirtiendo y, además, pretende que lo poco que se haga se olvide de que fue hecho por el Partido Socialista. El ejemplo está en el Hospital de Cazorla, que está bajo mínimos, o la conexión de Geolit a la autovía, proyecto que se dejó terminado Felipe López y con todos los permisos... El tranvía andará, pero estamos perdiendo mucho tiempo, y lo peor de todo es que costará millones de euros arreglar los desperfectos del tranvía. Es que tiene que haber responsabilidades. Ahora ya depende nada más que de la Junta de Andalucía, que renunciaron a la ayuda que estábamos dispuestos a dar. Cuando uno llega al Gobierno, se tiene que quedar con lo que hay. ¿Qué pasa? Que les ha salido gratis. El parque multiaventura que iban a construir en el parque acuático, que lo vendieron a bombo y platillo, al final supuso tirar a la basura siete millones de euros, y se paró cuando estaba a punto de colocar los toboganes, pero quisieron hacer otra cosa y la verdad es que es un parque multiaventura, porque allí hay que entrar con machetes.
—¿Cree que está superado el golpe que supuso el rechazo de la candidatura jiennense para el Plan Colce?
—Yo creo que los hechos sucedieron como sucedieron, se habían levantado muchas expectativas... Si aquí había alguien que trabajó fue el alcalde de Jaén, Julio Millán, que sacó un proyecto que estaba en el cajón desde que María Dolores de Cospedal era ministra de Defensa, que decidió que se quedara en Toledo y que nuestro alcalde consiguió convencer al Gobierno con un proyecto que les iba a salir muy barato de precio y, claro, cuando se le adjudicó a Córdoba, no lo entendimos y, a día de hoy, seguimos sin entenderlo. No entendimos la decisión de la ministra de Defensa del Gobierno de España y tampoco cómo nos engañó el Gobierno de Andalucía, porque fuimos con ellos de la mano, porque nos trasladaron su apoyo y, de repente, sin que nadie lo supiera, aparece el proyecto de Córdoba, sin que el Gobierno de Andalucía y Juan Bravo nos dijeran nada. Por lo tanto, nos sentimos defraudados, claro, pero especialmente por la Junta, que sí sabía lo que estaba pasando y no fueron capaces de decírnoslo, porque Córdoba no estaba en la carrera, sino que se incorporó cuando faltaban muy pocos meses para que se tomara la decisión, por lo que hubo una actitud de deslealtad por parte del Gobierno de Andalucía, que también del de España, que creímos que las cosas no se hicieron bien y lo denunciamos. Pero bueno, esto ha pasado, tenemos que buscar nuevas oportunidades, lo exigimos y agradecemos ejemplos como la instalación de un centro de Renfe en Linares que permitirá la creación de doscientos puestos de trabajo.
—¿Usted encontró en Madrid alguna explicación convincente cuando hasta el propio alcalde reconoció que el proyecto era para la capital?
—El alcalde dijo lo que le habían dicho a él, y es que el proyecto de Córdoba era mejor que el nuestro, pero nadie lo demostró. Nosotros hicimos un buen trabajo, la Diputación inició expediente de expropiación de los terrenos en un pleno, porque era una de nuestras debilidades, pero hay que mirar para adelante, no podemos estar siempre lamentándolo.
—¿Qué análisis hace de la conversión de la plataforma ciudadana Jaén Merece Más en un partido político?
—Respeto a aquellas personas que quieran incorporarse a la política, pero lo que no se puede es aprovechar situaciones de dolor y sensaciones de agravio. Ellos lo tenían claro desde el minuto uno, especialmente con gobiernos concretos, porque los hemos visto manifestarse cuando venía el Gobierno de España a Jaén y ni una sola vez cuando lo hacía el presidente de la Junta o los consejeros andaluces. En el último pleno debatimos una moción para que una empresa haga los vuelos desde el centro Atlas de Villacarrillo, que en principio venía con el membrete de Jaén Merece Más. Vamos a ver, que Atlas pertenece a una fundación privada en la que está la Agencia Idea de la Junta de Andalucía. Mire usted, si quiere vamos de la mano, porque yo llevo trabajando en este proyecto dos años y medio, pero estamos pendientes de ver si hay financiación, en primer lugar privada, y luego apoyo desde lo público. Afortunadamente en Jaén nos conocemos todos.
“JAVIER PERALES TIENE MI RESPALDO”
—Linares, la segunda ciudad de la provincia en población, cambió de alcalde a pocos meses de unas elecciones. ¿Tiene su respaldo Javier Perales?
—Totalmente. Estábamos viendo la situación que vivía Linares. El problema es que tenemos poca memoria histórica. Quien defendía al alcalde legítimo fue la tercera fuerza política y el que puso al alcalde fue el mismo que lo ha quitado, Cilus. Raúl Caro-Accino, de Ciudadanos, fue alcalde gracias a Cilus y gracias a un acuerdo con el Partido Popular, que intercambiaron cromos, fruto de un convenio regional en el que estaban Granada, Málaga... Y, luego, un alcalde pensando en grandes proyectos, no diciendo la verdad, sin un presupuesto para gestionar y, especialmente, con una minoría espectacular. Es que yo no hubiera esperado a que me hubiesen echado, yo me hubiera ido. Por lo tanto, lo que planteamos a Javier Perales es que si tenía respaldo suficiente para gobernar, que se echara para adelante como lo ha hecho.
—¿Por qué no estuvo usted ni nadie de la dirección en el pleno de la moción de censura?
—Porque no queríamos que la noticia fuese otra, porque el protagonista tenía que ser el alcalde de Linares y el modelo de ciudad. Yo tardé poco en hacer una visita oficial y a los pocos días estuvo el diputado presentando unos campeonatos de ajedrez en los que invertimos todos los años cien mil euros. Y luego dicen que la Diputación no apoya a Linares, cuando estamos siempre ahí, con el tenis de mesa, el fútbol... Javier Perales tiene un modelo de ciudad que quiere compartir con los hombres y mujeres de Linares.
—¿Quiere que sea el candidato en las próximas municipales?
—El sábado anterior aprobamos el calendario para las elecciones primarias y si Javier Perales decide presentarse seguro que tendrá el apoyo de la militancia, porque estoy convencido de que, en tan poco tiempo, será un alcalde que va a hacer mucho.
—¿Qué necesita la provincia para poder avanzar?
—Yo creo que Jaén está avanzando. La pregunta debe ser qué necesita Jaén para avanzar más. Jaén no se parece en nada a la que teníamos en 1982. Yo me canso de repetir el incremento de las hectáreas de regadío, de autovías..., en todo. Lo que necesitamos es esa discriminación positiva que sí se hizo con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que se paró en seco con Mariano Rajoy y que hemos pedido que se reactive con Pedro Sánchez. Desgraciadamente, hemos estado inmersos en una pandemia muy dura, en la que el Gobierno de España ha tenido que hacer un gran esfuerzo, tremendo, para dar respuesta a las familias, porque Mariano Rajoy se dedicó a salvar a los bancos, y Pedro Sánchez, a las familias. Los ejemplos están en el incremento del Salario Mínimo Interprofesional, con la recuperación del poder adquisitivo a través de las pensiones... Cuando dicen que el señor Moreno Bonilla ha hecho cosas por Jaén, me gustaría que me dijeran un solo proyecto, uno, porque ni la Ciudad Sanitaria, que lo único que ha hecho ha sido aceptar los terrenos que la Junta de Andalucía ha puesto como si fueran suyos cuando fueron cedidos por la Diputación y el Ayuntamiento, pero tienen la cara tan dura que, en plena campaña electoral, hacen un acto de cesión de Patrimonio de la Junta al Servicio Andaluz de Salud y no tienen ni la deferencia de invitarnos. ¿Hay cosas mal hechas desde el Gobierno socialista? Evidentemente. ¿Se podían haber hecho más? Por supuesto. Sin embargo, todo lo que tenemos es gracias al Gobierno socialista.
“ESTOY DISPONIBLE PARA SEGUIR”
—¿Cuáles son sus prioridades para la provincia?
—Las familias, la gente. Para ello es fundamental mejorar en infraestructuras, carreteras, tal y como reclamamos al Gobierno de España. Tenemos sesenta y siete mil kilómetros de carreteras y las diputaciones necesitamos dinero para mejorarlas, porque es posible que llegue a determinada población la banda ancha, pero no un autobús escolar o una ambulancia. Por lo tanto, nuestra prioridad está en las familias y en las personas y mi obsesión es que la gente viva donde quiera. Lo que vemos es que las políticas no van por ahí. Yo recuerdo, antes, que cuando uno llamaba al médico, te daban cita para ese día, pero ahora te dan cita para no sé cuántos días y, además, una cita telefónica. Mi obsesión es que los hombres y mujeres de Jaén puedan poner en marcha proyectos personales, familiares y empresariales donde decidan.
—¿Para qué tienen que servir, realmente, los fondos europeos?
—Para intentar igualar territorios. Las administraciones tenemos la obligación de intentar captar el máximo de los recursos, lo mismo que las empresas. Tienen que ser una oportunidad que nos permitan igualarnos. Los fondos Next Generation no valen para autovías o para el ferrocarril, eso es otra cosa, que no se levanten falsas expectativas. El otro día presentó en el pleno Ciudadanos una proposición para que se instale en Jaén el Centro Espacial Español. Eso genera expectativas de verdad, pero los hombres y mujeres de Jaén no merecen que los engañemos. Cuando el día 7 de junio, el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía, del que forma parte Ciudadanos, había aprobado que el centro estuviera en Sevilla. Son muchas las cosas que quedan por hacer, los fondos europeos son una oportunidad y estamos centrados en intentar al máximo estos recursos, no es fácil, hay mucha competencia. El otro día se resolvió una convocatoria en la que se habían programado 60 millones de euros y se presentaron 260 ciudades de más de 50.000 habitantes y se aprobaron 18, una de Andalucía, de Granada. Hay una competencia muy dura y lo pelearemos.
—¿Cómo está la Diputación?
—Desde el punto de vista económico está con menos dinero del que teníamos hace cuatro o cinco años, porque gracias a sus técnicos hemos podido gastar remanente. Tenemos una deuda de en torno al cuarenta por ciento, podemos llegar a ciento diez, pero hay muchas diputaciones de este país que los fondos de remanentes los han dedicado a quitar deuda y nosotros los hemos repartido entre los ayuntamientos. Si no hubiéramos hecho esto, hoy tendríamos cero deuda e, incluso, con dinero en el banco, pero entendimos que en el peor momento teníamos que ayudar a los ayuntamientos. Contamos con un gran equipo de profesionales, trabajadores y trabajadoras que están orgullosos de la Diputación Provincial y que demuestran cada día el compromiso que tienen con esta casa. Es lo mejor que tenemos y estamos preparados para abordar retos de presente y de futuro, una tarea en la que nos echa una gran mano el Plan Estratégico, que nos orienta de cuáles deben ser las prioridades. La Diputación funciona, somos útiles, pero a veces se nos piden barbaridades. Mire usted, nuestro presupuesto es de 116 millones de euros, mantenemos casi 1.200 trabajadores, 1.600 kilómetros de carreteras y transferimos a los ayuntamientos casi 50 millones de euros al año. Si hacemos tantas cosas con ese dinero, fíjese qué capacidad tiene la Junta con 41.000 millones de euros. El otro día le mandé una carta al presidente pidiéndole que no podemos seguir con el plan intensivo de empleo, porque este año nos vamos otra vez a 6 millones de euros, que se los quitamos a los ayuntamientos para dedicarlos a la creación de empleo, cuando el Gobierno de Andalucía está devolviendo dinero porque no son capaces de gestionar. Hay empresas que nos piden a nosotros, porque saben que la Junta, o no responde o responde tarde.
—No salió bien parado su partido en las elecciones autonómicas. ¿Cuál es su lectura?
—Hemos hecho una lectura desde todos los ámbitos, porque la gente no nos votó de la manera que creíamos. Hemos sido capaces de mantener el número de diputados por Jaén, de sostener iniciativas políticas en el Parlamento de Andalucía, pero no nos salen las cuentas cuando el partido que ha ganado no ha hecho ni un solo proyecto en esta provincia. No hemos sido capaces de llegar a la ciudadanía, hemos hecho una reflexión al respecto y creemos que estamos en el camino adecuado para recuperar esa confianza y lo haremos de cara a las municipales.
—¿Se arrepiente de no haberse ido de la secretaría general del PSOE cuando un grupo de alcaldes se lo pidió?
—No, no me arrepiento, porque la gran mayoría dijo que sí. Yo hablé con 116 secretarios generales, de los que 99 me dijeron que siguiera, evidentemente 7 no me iban a decir que me fuera. Hay una amplia mayoría en torno a mi figura y, por lo tanto, soy el secretario general para cuatro años.
—¿Agotará los cuatro años?
—Por supuesto.
—¿Piensa repetir como candidato a la Presidencia de la Diputación Provincial?
—Bueno, eso lo tendrán que decidir los órganos del partido. Yo estoy disponible para seguir trabajando, pero lo mismo que ahora abrimos el proceso de alcaldes y alcaldesas y listas, en su momento abordaremos ese reto.
—¿Hacen daño al partido condenas como la de Manuel Chaves o José Antonio Griñán?
—Es triste, muy triste. Yo no voy a hacer comparaciones de otros casos de sentencias judiciales en las que los partidos se han llevado dinero. Es triste que se haya jugado un proceso administrativo, aprobado por el Parlamento de Andalucía, y aunque haya opción de recurso, se haya condenado a personas que son honradas y que lo único que han hecho ha sido trabajar por Andalucía. Es triste también cómo se han sucedido los acontecimientos, hemos conocido el fallo y no conocemos el contenido de la sentencia, ni de los votos particulares, que de cinco miembros del tribunal, dos tengan votos particulares y no estén de acuerdo, hace que pensar. Me siento triste porque conozco a Chaves, a Griñán, a Gaspar, a Paco Vallejo y al resto de personas que no se han llevado ni un solo euro, ni ha habido financiación, sino lealtad entre las instituciones dando información. Aquí no se reventaron ordenadores, aquí se asumieron responsabilidades hace cinco años yéndose de la vida política. Por lo tanto, considero que es injusto.
—Siempre se ha dicho que la sombra de Gaspar Zarrías es alarga. ¿Le pide consejo?
—De Gaspar se han dicho tantas cosas... Él hizo un buen trabajo, pero desde el año 2010 el secretario general es Paco Reyes, yo hablo con mucha gente, también con Gaspar, pero esto no es una labor de una persona, sino de un equipo. Yo tengo mucha gente a mi alrededor, esto no es un proyecto mío, sino de provincia.
—¿Lo mejor de la política?
—Sentirme útil para mejorar un territorio, ser copartícipe o coprotagonista de esa transformación y, además, haberlo hecho de la mano de la gente. Habrá cosas que no he hecho lo suficientemente bien, pero quien ha llamado a esa puerta, me ha encontrado.
—¿Lo peor?
—Malos ratos que me he llevado.