Aumenta la polémica en la UJA por las evaluaciones de Accua

La UJA ya firmó en marzo un manifiesto en el que expresaba su “preocupación” por el funcionamiento de la agencia
Vista de un edifico de la Universidad de Jaén, en el campus de la capital jiennense.
Álex Gómez

El que avisa no es traidor”. Esa es la frase que probablemente ronda durante estos días las cabezas de los dirigentes de la Universidad de Jaén después de conocer el informe desfavorable emitido por la Agencia para la Calidad Científica y Universitaria de Andalucía (Accua) sobre el grado de Ingeniería Biomédica, que se iba a impartir en Linares en colaboración con la Universidad de Granada.

El malestar en la comunidad educativa jiennense es aún mayor si se recuerda que en el pasado mes de marzo la UJA ya firmó un manifiesto en el que se pedía por el buen funcionamiento del mismo órgano evaluador que ahora ha trasmitido la negativa a un grado que iba a ser pionero. El escrito, elaborado por la Asociación de Universidades Públicas Andaluzas, se remitió al consejero José Carlos Gómez Villamandos, consejero de Universidad, Investigación e Innovación, tan solo unos días después de la dimisión del ex director de Accua, Antonio José Cubero. A partir de aquí, el organismo ha estado dirigido por el secretario general de Universidades de la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, Ramón Herrera, que hace dos días pidió respeto por la “independencia” en las evaluaciones.

En el contenido de dicho manifiesto, las universidades públicas expresaban su preocupación por varios aspectos relacionados con el funcionamiento y los procedimientos de Accua. En primer lugar, las entidades firmantes denunciaban la falta de recursos para el “correcto” desarrollo de las competencias de la agencia. “Genera inconvenientes como la insuficiencia del número de evaluaciones anuales para cubrir adecuadamente todas las necesidades del sistema universitario o el retraso en la acreditación de Centros para Microcredenciales”, reza el texto.

Además, también pusieron el foco en los problemas con los calendarios, los que consideraban la raíz de dificultades en los plazos de renovación de la acreditación, la verificación de nuevos títulos o las comunicaciones sobre los informes provisionales y definitivos de modificaciones sustanciales y no sustanciales. Otra de las denuncias que llevaron a cabo está relacionada con la “disparidad de criterios aplicados por las comisiones evaluadoras”, uno de los principales argumentos que el rector de la UJA, Nicolás Ruiz, ha esgrimido a lo largo de esta semana. En este sentido, la asociación hizo entonces referencia a una “rigidez excesiva en los criterios de evaluación, especialmente en procesos de verificación y modificación”, así como a “informes con errores que hacen referencia a otros títulos o solicitan acciones ya recogidas en los informes presentados”.

Por último, también lamentaron unos procedimientos que consideran complejos, y solicitaron una mayor confianza en los Sistemas Internos de Garantía de Calidad (SIGC) de las universidades. Ya entonces, la Asociación de Universidades Públicas de Andalucía solicitó que la dimisión de Cubero no supusiera una “merma” en estos procedimientos de evaluación, algo que, a juicio de la dirección de la Universidad de Jaén, no se ha visto cumplido.

También se solicitó “permiso temporal para que las universidades públicas de Andalucía puedan acudir a otras agencias de acreditación europeas registradas”, además de un aumento de los recursos materiales y personales para Accua” y de la creación de un grupo de trabajo entre miembros de la agencia y de las universidades que de forma “activa” intercambiasen propuestas de mejora.

El documento, de cinco páginas y que vio la luz el pasado 21 de marzo, no hace más que incrementar la indignación de la comunidad educativa jiennense, que ya ha descartado por completo la impartición del grado de Ingeniería Biomédica independientemente de que las resoluciones que esperan les resulten favorables.