Una mirada a cinco vidas alternativas con Juan Ramón Barbero

El ubetense vuelve al panorama literario con su nuevo libro: “Las vidas que no fueron”
Una reflexión sobre el tiempo, la elección, la identidad y las huellas que dejan las decisiones que no se llegan a tomar.
Nuria Fernández Luque

LA ENTREVISTA

Juan Ramón Barbero Barrios nació en Úbeda y ha dedicado buena parte de su vida al periodismo. Su carrera profesional lo ha llevado a recorrer distintos países firmando reportajes, y también a explorar la escritura en distintos géneros, desde las memorias, con “No ha sido todo”, hasta un libro de viajes, con “Japón, punto y aparte”, pasando por la ficción con las novelas “Génesis del alboroto” y “Sólo tú en el mundo”. Ahora, Barbero regresa a la narrativa con “Las vidas que no fueron”, una obra que parte de una pregunta íntima y universal: ¿Qué habría pasado si hubiéramos elegido otro camino?

—¿Cómo surgió la idea de la novela “Las vidas que no fueron”?

—Este libro nace de una reflexión personal muy concreta: cumplir años, llegar a una determinada edad, y con eso viene inevitablemente la necesidad de hacer un balance. No con amargura, sino desde un lugar sano, de preguntarse si uno eligió bien, si tomó las decisiones adecuadas en lo profesional. ¿Realmente hicimos lo que queríamos hacer con nuestra vida? Esa fue la semilla. Una reflexión íntima que decidí trasladar a la ficción, y para ello tuve que crear personajes, una trama, y todo un universo.

—¿Cómo se refleja esa reflexión dentro de la historia?

—El protagonista, Cecilio Rosental, atraviesa una crisis profesional y personal. Tras muchos años actuando con su compañía teatral, decide dejarlo. Y entonces, empujado por esa necesidad un poco pueril pero muy humana de mirar atrás, propone a su mejor amigo, Eloy, un juego: ir a buscar a personas que vivieron las vidas que él no vivió, esas que podrían haber sido si hubiera elegido otros caminos. Es una idea un poco estrambótica, pero su amigo acepta, y emprenden un viaje por varios países para encontrarse con personajes que hicieron lo que Cecilio no hizo porque eligió ser actor. Es un intento de explorar esas “vidas que no fueron”, de asomarse a ellas aunque sea tarde.

—¿Por qué eligió el teatro como el entorno principal de la obra?

—Aunque todo en la novela es ficción, el teatro es un mundo que me resulta cercano y que me gusta mucho. Tengo amigos actores, veo bastante teatro y siempre he preferido situar mis historias en ambientes que conozco, en los que me siento cómodo. El teatro me atrae por su conexión con la creación, la actuación, la escritura... Yo también escribo, claro, y aunque nunca hice teatro profesionalmente, sí he hecho interpretación como hobby. Así que elegí ese entorno porque podía moverme con soltura y manejar la terminología y las relaciones que surgen.

—¿Cómo describiría el estilo narrativo que ha utilizado?

—Diría que es un estilo clásico pero muy directo. Me gusta ir al grano, no dar demasiados rodeos. Las frases son cortas, las descripciones rápidas, e intento que todo fluya con claridad.