Pasión y joven talento para el Baezafest

Irene Caldas y la Banda Escuela, levantan los aplausos en el instituto de secundaria Santísima Trinidad
La violista Irene Caldas acompañada al piano por su madre, Inmaculada Sánchez. / Imágenes de Pablo Espinosa / Diario JAÉN.
La Banda Escuela Ciudad de Baeza siguiendo la dirección de Álvaro Curiel.
Pablo Espinosa Luna

El patio del instituto de secundaria Santísima Trinidad de Baeza, donde antaño se ubicaba la Universidad, albergó las actuaciones de Irene Caldas e Inmaculada Sánchez y la de la Banda Escuela del propio municipio. La cita musical acogió casi media entrada de público, por aquello de darse en día laboral. El primer plato tras el fallido Seminario —abortado por causas de fuerza mayor, ajenas a la organización del evento— tuvo como artista protagonista a la violista sevillana Irene Caldas, ganadora del concurso de 2024 en la categoría B. Su madre, Inmaculada Sánchez, la acompañó al piano para interpretar majestuosamente tres piezas que provocaron los vítores del público. La primera de ellas fue la “Suite Hébraïque” de Ernest Bloch. Se notó esa risa nerviosa que acompaña a los nervios, pero enseguida los templó para interpretar con pasión el primer movimiento. La compenetración con su progenitora se vislumbró desde el primer instante, esa que no se logra si no se lleva desde los 3 años ensayando y perfeccionando tu pasión.

La segunda pieza fue el primer movimiento de la “Sonata” de Rebecca Clarke, la cual dejó a las claras la maestría con el arco y la determinación de la intérprete en conseguir llegar al nivel de su referente, Gerard Cause. Finalizó su actuación con el “Concierto” de Forsyth, también en su primer movimiento. La ovación con la que fue despedida la hizo volver al escenario hasta en dos ocasiones, mientras se preparaban los atriles para la Banda Escuela de Baeza, quien cerraría la función. Desapareció el piano y comenzaron los sonidos de viento metal y percusión con el que la agrupación deleitaría a los vecinos que se acercaron. Tan solo el aleteo de los abanicos ponía en peligro la concentración, pues los rostros determinados de los componentes dieron como fruto una gran velada musical. Mención aparte para la dirección de Álvaro Curiel. Hoy continúa la programación con la actuación de la Fundación Baremboim-Said, quien trasladará la música de Cámara hasta el mismo escenario monumental.