Un pellizco para “La Manseguilla”

Francisco Molina, presidente de la Asociación de Vecinos, agraciado con un quinto

23 dic 2017 / 11:37 H.

Para tomarnos unas buenas gambas finas y buen vino, sí que nos da”, bromea Francisco Molina Raya. La suerte le ha sonreído a este jiennense, trabajador del servicio de limpieza de la capital y presidente de la Asociación de Vecinos de La Manseguilla. A última hora, decidió comprar un décimo para el sorteo de Navidad. Como las existencias de décimos estaban ya agotadas, se lo dieron “de máquina”. La diosa Fortuna hizo el resto y, desde ayer, Francisco Molina puede decir que le ha tocado la Lotería. En concreto, un quinto premio, al que le corresponden 6.000 euros antes de impuestos: “Ahora viene Hacienda a llevarse su parte”, prosigue, entre risas, este jiennense. “Algo vamos a hacer para celebrarlo”, agrega ya más serio, mientras enseña el “papelito” junto a su mujer, Toñi Milla.

La historia de Francisco Molina es curiosa. Apenas había comprado “unos quince décimos” para este sorteo extraordinario de Navidad. El jueves por la mañana, salió a comprar churros para su hija: “Me dio como un ‘picotazo’ al ver los carteles de la lotería en un establecimiento y decidí entrar”, explicó Francisco Molina. Fue en el número 89 de la Avenida de Andalucía. No se trata de una administración al uso, sino que es la Delegación Comercial en Jaén de la Organización Nacional de Loterías y Apuestas del Estado (Onlae). “Además de repartir todos los décimos por la provincia, también tenemos un punto de venta al público”, asegura el responsable de esta institución en Jaén, Antonio Cruz, quien confirma que es la primera vez que dan un premio de los importantes.

Retomando la historia del agraciado, Francisco Molina asegura que, cuando le dijeron que no había décimos y que tenía la posibilidad de elegir un número en la “maquinita”, pidió el 29116. ¿Por qué? “Es la fecha de mi nacimiento”, explica. Lo que ocurre es que ese “número tan bonito” ya estaba agotado. “Le pedí al vendedor que me diera cualquiera”. Y el terminal sacó el 22253. “En un primer momento pensé que era muy feo y se lo comenté al vendedor. Es más, llegó a decirme que si quería otro distinto. Al final, me lo quedé y mira qué alegría más grande nos ha dado”, cuenta.

Este jiennense estaba escuchando por la radio el sorteo cuando los niños de San Ildefonso cantaron uno de los quintos premios —hay ocho en el bombo—. “El número me sonó desde el principio y, cuando vi que tenía muchos ‘doses’, ya intuí que podía ser el que había comprado el día de antes”, aclara. Cuando terminó su jornada laboral y llegó a casa, comprobó todos los décimos y se llevó la alegría de comprobar que era uno de los agraciados. Francisco Molina asegura que el dinero, aunque sea poco, siempre viene bien: “Lo primero es pasar una buena Nochebuena con la familia; después, ya veremos lo que hacemos con él”, explica. “La pena es que no le haya tocado a más gente de mi barrio, porque lo necesitamos mucho”, concluye el presidente de la Asociación de Vecinos La Manseguilla.