Un internet para ricos y otro para pobres

    25 may 2018 / 08:25 H.

    Preocupa la creciente y devastadora espiral de falsas noticias. Dice Antonio Orejudo en “Grandes éxitos”, su última novela: “No creo que sea verdad que en poco tiempo consumiremos más noticias falsas que verdaderas; pues siempre fue así.” Es verdad que siempre hubo escritores, bien pagados, que cuajaron textos plagados de mentiras. Para comprobarlo, no hay que ir lejos. Sobre Jaén se han escrito muchas mentiras, no solo en los “Falsos Cronicones”, firmados antaño por Flavio Dextro o Román de La Higuera; también en libros más recientes. Nadie, sin embargo, supera a Wikipedia, actual fábrica de mentiras. Para Orejudo, lo que hace que se grave hoy lo que siempre fue habitual es “el aumento de noticias inventadas, fruto de enfoques torcidos. Es lo que están haciendo necesario un internet de pago, ecológico, sin la basura que terminará inundando la conexión de los pobres”. Las falsas noticias son parte de la estrategia diseñada para abultar los bolsillos de la casta depredadora que mueve los hilos. Las mentiras seguirán siendo el pan de los pobres. No les quedará más remedio que seguir viendo las orgías de “Sálvame” y a su esperpéntico Jorge Javier Vázquez.