Tortícolis en la triada política jaenera

    30 ene 2019 / 12:00 H.

    Gobernar es el arte de hacer posible lo imposible. El mapa político de Jaén, tras el tsunami del 2-D, se parece al que narra Juan Goytisolo en “Paisajes después de la batalla”, novela que abre con estas palabras de Flaubert: “Es hora de la inteligencia del gobernante y del sentido común del pueblo”. Y el paisaje jaenero actual cuenta con tres cuarteles, a las órdenes de tres centros de mando distantes y distintos: La Subdelegación del Gobierno, en manos de Pedro Sánchez; la Delegación del Gobierno Andaluz, a las órdenes de Juan Manuel Moreno; y las delegaciones provinciales, títeres del Pacto de San Telmo, sin olvidar las moscas cojoneras de Vox y el esperpéntico Cañamero. Los nuevos gobernantes provinciales pasarán la prueba del algodón en los tres meses que faltan para las elecciones municipales. Habrá que ver si están más pendientes del mapa provincial o solo siguen las consignas de Sánchez, Casado o Rivera, para hacerse, incluso usando las instituciones, con la Diputación Provincial, la vaca sagrada y máquina presupuestaria para ganar votos. Si en tan ardua tarea miran más las siglas que la provincia, acabarán aquejados de una grave y dolorosa tortícolis.