Sobre los médicos. Una justa reivindicación en tiempos de covid-19

    06 abr 2020 / 12:16 H.

    Seguimos con la maldición de la pandemia, hoy día 3 de abril. Desde hace tiempo, he sentido la necesidad de reivindicar una mejor valoración del colectivo médico español, que, si bien hace veintitantos años gozaba de prestigio y privilegios, al paso del tiempo esta situación se ha ido deteriorando alarmantemente hasta poco antes de la pandemia. Me refiero a que nuestro colectivo jamás ha podido reivindicarse con huelgas, que han sido abortadas con medidas de las administraciones, exageradas estableciendo unos mínimos escandalosos y apenas se han intentado y mucho menos como han realizado otros colectivos, aprovechando los momentos más dañinos para la sociedad. Omito nombrar a que entidades me refiero porque todos los hemos sufrido reiteradamente cuando hemos intentado viajar en las fechas habituales. Es como si los sanitarios aprovecharan este desastre actual para hacer huelga o reivindicaciones o ir tirando por los edificios o las calles bacterias o virus para aumentar la eficacia de las protestas. Recuerdo en algunos colectivos de la limpieza, ir tirando basura para los mismos fines. Quiero resaltar que los médicos y ATS jubilados percibimos unas pensiones correspondientes a nuestras nóminas, de lo mucho que cotizamos a la Hacienda pública, en mi caso un 33 y pico por ciento. Pero los miles de guardias que hemos hecho con idénticas retenciones, eso ha quedado sin su justa retribución en la pensión. Digo yo que si no pensaban retribuirnos en la pensión por este importante aporte a la Hacienda, al menos debería haber estado exenta de esa contribución a la supercodiciosa Hacienda nacional.

    Por otra parte, hago esta consideración: si bien ahora se está valorando el trabajo enorme y arriesgado de los sanitarios, lo cual es bastante gratificante, no es menos importante o más la labor de agricultores, ganaderos y transportistas, sin médicos se puede morir o sobrevivir con el coronavirus, pero sin estos tres colectivos moriríamos inexorablemente de HAMBRE, con o sin el supervirus.