Silencio en la casa del “youtuber” experto en armas de Marmolejo
Vecinos muestran su sorpresa por los cargos que pesan sobre Alejandro. C. M.

La casa no tiene timbre; en una frase escrita sobre una placa metálica, recuerdo de lo que sería un portero automático, con rotulador se avisa de que, para ser atendido, hay que aporrear la puerta de la cochera del adosado de Marmolejo donde dormía, hasta su detención la semana pasada, Alejandro C. M. También se indica el número de teléfono móvil en el que se le puede localizar; previsiblemente, está apagado; el dueño se encuentra en prisión preventiva por orden del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Andújar. Tras varios intentos para que abran, nadie responde. “No va a salir, aunque imagino que está en la casa, pero es normal que no responda”, sostiene una vecina, en referencia a la mujer del encarcelado, que parece que está dentro del inmueble mientras se produce la conversación. Las imputaciones que pesan sobre Alejandro C. M. son graves: fabricación de armas de guerra y depósito de estas. Además, los investigadores tratan de entender por qué este hombre, que, según parece, “se ganaba la vida con tutoriales de háztelo tu mismo en Youtube” tenía en su poder “información detallada” de la frontera de España con Marruecos y matriculas falsas, además de elementos para preparar explosivos.
“Llegaron treinta (policías nacionales), cortaron la calle y entraron en la casa, también en la de su madre, donde está el taller que heredó de su padre. Allí rebuscaron por todos lados”, recuerda un testigo, vecino de este marmolejeño que, después de leer de lo que se le acusa a “Alejandro” y todo lo que, supuestamente, guardaba en su domicilio, confiesa que no sale de su asombro. Otra mujer, en la misma calle, deja claro que no habían visto “nada raro”. “Si nos cruzábamos con él era cuando iba a llevar a los niños al colegio (tiene dos hijos). Después volvía y se metía en el garaje”.
¿En qué trabajaba actualmente? A la pregunta, la misma respuesta que circula en el municipio desde la detención del “experto en armas”: “Hasta hace cuatro o cinco años, hacía cocinas. Muy bien, por cierto. Parece que luego se dedicó a los vídeos y le iba bien, porque dicen que tenía muchos seguidores. La mujer trabaja en su casa, no tiene otro empleo que sepamos. De todos modos, esto es un pueblo y hay muchos comentarios. Si viviéramos en Madrid, ni nos habríamos enterado, ni se hablaría tanto”. “Le tenían vigilado. Me he enterado que había policías aquí, al lado de mi casa, para controlar sus movimientos y no me había dado ni cuenta”, aclara un ciudadano. “Yo ni siquiera había visto los tutoriales. Me estoy enterando ahora a raíz de todo lo ocurrido”, confiesa una marmolejeña.
La casa de los padres de Alejandro C. M., en una amplia calle que conduce al famoso balneario, fue registrada. Más concretamente, los bajos, donde estaba la carpintería que heredó de su padre el “youtuber”, bautizado en el canal que tiene en esta página como “Drák Preepers”. Hay un bar en el tienen pocas ganas de hablar de la noticia. En un supermercado cerca de la vivienda, indican que la hermana tiene un negocio en el mismo edificio, frente al cual aparcó toda una flota de furgonetas y “zetas” de la Policía Nacional. Por teléfono, la mujer es tajante y avisa de que no tiene nada que decir sobre su hermano. Visto lo visto, entre los marmolejeños solo queda la duda de si Alejandro C. M. tardará mucho en salir en libertad y si, finalmente, serán verdad las “graves y sorprendentes” acusaciones que pesan sobre él.