Pasión sin edad por la Semana Santa

A sus 12 años, Ángel Montoro no se pierde ni una procesión que recorra la capital jiennense

21 abr 2019 / 11:15 H.

Que nadie se deje engañar por la edad de Ángel Montoro porque, con 12 primaveras a sus espaldas, acumula el conocimiento que más de un semanasantero envidiaría. Cuando se le pregunta si “sabe todo” de la Semana Santa de Jaén, él contesta “bueno” y se encoge de hombros, con una gran sonrisa. No hay más que hacerle un par de preguntas rápidas “tipo test” para ver que lo suyo es pura humildad. Se sabe el nombre de las cofradías, sus horarios, recorridos, los Cristos y las Vírgenes que con su elegante manto cubren las calles de Jaén estos días de Pasión. “A veces cambian el recorrido, pero me lo aprendo, es fácil”, apunta Montoro. ¿De dónde le viene tan desbordada pasión? Nadie lo sabe con claridad, pues sus padres no son cofrades, todo “viene de él”. “Me gusta la Semana Santa desde que nací”, dice con voz clara Montoro, que recuerda cómo con cuatro años se emocionó al ver su primera Virgen, la de la Cofradía del Perdón. “No es porque yo lo diga, pero la Virgen de la Esperanza es la más bonita, por eso me uní a esta hermandad”, asegura con entusiasmo. Y es que su emoción es contagiosa, no hay más que seguirle por el recorrido entre las tallas de su cofradía para percibir el brillo en su mirada.

Este año se ha estrenado como nazareno. “Es un gran paso”, comenta, y afirma que su sueño es ser costalero y convertirse en los pies de la Virgen. ¿Y ser hermano mayor? Él sonríe con timidez ante la pregunta: “Claro, estaría bien, pero antes costalero”. Tiene las ideas claras y un mar de conocimientos. Asevera que siempre que va a ver las procesiones —todas las que el tiempo y el espacio le permiten— se fija en la forma de caminar. Le gusta más el estilo sevillano, “es como si bailara, como si flotara”. Si tuviera que elegir una procesión entre todas las jiennenses —que no sea la suya—, lo tiene más que decidido: “La Borriquilla”, dice, con los ojos muy abiertos, y añade: “Me encanta cómo caminan, cómo llevan al Cristo, es precioso, muy bonito”. Además de ser el comienzo de la Semana Santa, días que espera con ansiedad a lo largo del año. Mientras tanto, colecciona boletines, revistas, estampas e incienso. “A mi madre no le hace mucha gracia, dice que luego la casa huele mucho a incienso”, comenta entre risas. No puede evitarlo, los días de Pasión le dan vida. Su hermano, Francisco, también es del Miércoles Santo, salió con la Buena Muerte. Aunque las procesiones coincidan, Ángel confiesa que en alguna se ha “escapado un ratito”, solo para verle.