“Nacer y Mamar”, un grupo de mujeres de apoyo mutuo

Los miembros del colectivo se reúnen y organizan charlas informativas

18 sep 2017 / 10:49 H.

Nacer y Mamar” surgió como grupo de apoyo a la lactancia y funciona como red donde la experiencia de unas madres da soporte emocional y físico a otras para resolver sus problemas y compartir conocimientos. “Sobre todo queremos que no se sienta sola”, afirman desde la asociación ubetense. Desde sus inicios contaron con la ayuda “preciosa y valiosísima” de algunos profesionales del hospital, como matronas o ginecólogos. Cada mes se reúnen —menos en julio y agosto—, donde las madres charlan entre ellas sobre sus vivencias.

“Actualmente se produce un abuso de la leche de fórmula, con muchos niños criados de esa forma”, comenta la presidenta de la asociación, Paloma Castillo, y detalla: “Existen situaciones en las que la madre, aún queriendo dar el pecho, por recomendación o valoración inadecuada se retiró la lactancia prematuramente”. De esta forma defiende la labor de la asociación, “se necesitan grupos de apoyo para dar información actualizada sobre los avances de las investigaciones y ayudar a las familias a tomar la decisión de manera más consciente de cómo quiere criar a su bebé para llevarlo a cabo con éxito”. Castillo también se muestra a favor de los biberones. “Es maravilloso para salvar las vidas de los bebés y es legítimo que los padres lo escojan a la hora de la crianza”, por lo que considera de mayor relevancia la adquisición de los datos más recientes al respecto.

Una de las preocupaciones de las mujeres jiennenses es si dar el pecho en público o no. “Hay madres que no se sienten cómodas con la situación de dar de mamar con gente alrededor, pero se puede organizar para hacerlo de forma íntima”, apunta la presidenta del colectivo. “Dar de mamar no significa que necesariamente una mujer se tenga que exponer, es una situación que no le resulta agradable y hay muchas formas de solventarlo”. Cuenta que en la asociación muestran los espacios dispuestos para ello y ofrecen a cada familia las herramientas para que busquen la manera de sortear sus circunstancias, incluso “tirar” de la generosidad de los comercios para “dar de comer” al niño. “Lo importante es poder hacer lo que la madre quiere hacer”, asegura.

En sus charlas informativas una de las preguntas más frecuentes que plantean las madres es si su leche será suficiente o de buena calidad para el pequeño. “Son mitos que intentamos desmontar”. También enseñan el agarre correcto al pecho para evitar grietas y dificultades y recuerda la evolución de la maternidad, desde el hogar hasta la opinión pública. “Antes había menos preguntas, pero ahora estamos llenas de interrogantes y nos genera mucha inseguridad. Las dudas es lo que nos quita más fuerza, cuando se trata de un acto absolutamente natural, solo que ahora hay que planteárselo, con miles de opiniones alrededor que menoscaban la voluntad de la madre”. Según Castillo hay mucha intromisión, “no con mala intención, pero no se respeta la decisión de la madre en asuntos como el deseo de prolongar la lactancia más tiempo si ella lo desea realizar de esa forma”.

“Quiero disfrutarlo porque sé que acabará”

Pilar Gámez Navarrete cumple con el perfil. A sus 43 años es madre primeriza, trabaja en el sector de la banca y da el pecho a su hijo, Daniel, que en abril cumplió los dos años. “Hasta los seis meses se alimentó exclusivamente de leche materno y después introdujimos los diferentes alimentos con naturalidad y a estas alturas come de todo, solo que de vez en cuando también toma leche materna”.

Gámez trabaja por la mañana y en ausencia de su madre el pequeño come “con normalidad, variada, lo habitual para su edad”. “Aunque lleva fatal las legumbres”, confiesa. Pero por la tarde o noche, si le apetece y lo pide, su madre le da el pecho. “No me lo planteé como algo que tenía que hacer, sino como algo natural, a él le gusta y yo lo disfruto mucho”. A pesar de que Daniel dispone de su dentadura completa, Gámez asegura que por “instinto” nunca le ha causado dolor.

Tanto físicamente como emocionalmente se encuentra “estupendamente”. El apoyo en su entorno fue “fundamental”, su pareja estuvo con ella desde que tomó la decisión de alargar la lactancia, igual que su familia. “En ese sentido fue muy fluido y es importantísimo”. Relata su experiencia como “diferente”: “Es muy bonito, quiero disfrutarlo todo lo que pueda porque sé que se acabará tarde o temprano, con naturalidad”.

Dar o no el pecho en público, una decisión convertida en debate social
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Los casos en los que la lactancia ha salido en los medios de comunicación es por el debate social que genera la exposición pública de los pechos de una mujer, según las declaraciones de las asociaciones, y se retorna a la polémica de hasta qué punto se puede mostrar frente a más personas en la calle. El suceso más reciente fue este verano en Zaragoza, donde los vigilantes de una piscina pública amonestaron a una mujer por dar de mamar a su hijo en el agua bajo la premisa de que podía “contaminarlo”. La madre, Belén G., aseguró sentirse “humillada” y que fue una decisión “discriminatoria”, pues defendió que “no existe un reglamento específico sobre dar el pecho en la piscina”.

Hace dos años la lactancia volvió a salir a la palestra por una vecina de Granada, donde la asociación “Lactando Amando” presentó tres denuncias dirigidas a la Consejería de Cultura y Salud de la Junta de Andalucía y al Patronato de la Alhambra para denunciar el trato al que fue sometida una madre durante su estancia en el Corral del Carbón cuando amamantaba a su hija. Según explicó la presidenta de la asociación, Gracia Ariza, el hecho se produjo mientras la madre visitaba el citado monumento cuando, al querer dar el pecho a una de sus hijas, se le acercó una auxiliar responsable de la empresa de seguridad indicándole que el reglamento de funcionamiento del centro prohibía amamantar en el interior del monumento. Ariza indicó que el hecho resultaba “lamentable” ya que aunque este veto estuviera recogido en el régimen de funcionamiento legal del centro “contravendría la Declaración Universal de los Derechos del Niño”.