Un “aliado” en el Gobierno
Fernández de Moya promete mano tendida a ayuntamientos y comunidades
No dejará la tierra en la que nació, la del Santo Rostro a la que tanta referencia hace él, pero sí sale de ella para dar un salto de vértigo. José Enrique Fernández de Moya sube al tren que, en forma de oportunidad política y profesional, pasa por su vida con la firme convicción de que esto no ha hecho más que empezar. Es el primer trayecto de un viaje que se presagia largo y con unas cuantas paradas más. El nuevo secretario de Estado de Hacienda y Función Pública considera el nombramiento el fruto del esfuerzo colectivo realizado por el Partido Popular en la provincia de Jaén.
La primera rueda de prensa después del anuncio del Consejo de Ministros la dio en la sede que preside en la calle San Clemente. Arropado por el equipo de Gobierno del Ayuntamiento del que fue alcalde y por el subdelegado del Ejecutivo central, Juan Bautista Lillo, tuvo palabras de agradecimiento muy especiales para la persona que anotó su nombre en mayúsculas para llegar hasta tan importante encomienda. Se trata de Cristóbal Montoro: “Un hombre comprometido con Jaén”. Lo alabó hasta tal extremo que destacó el papel “esencial” desempeñado para salvar a España del “rescate” y para ordenar las cuentas “desordenadas por el Partido Socialista”. Destacó: “Para mí va a ser un orgullo trabajar codo con codo para la puesta en marcha de medidas de liquidez para las estructuras territoriales de España”. Se refirió, fundamentalmente, a comunidades autónomas y ayuntamientos.
El segundo agradecimiento del flamante secretario de Estado fue directo a Mariano Rajoy, por respaldar el nombramiento propuesto por su paisano. El tercero, a su esposa, por el apoyo mostrado a la hora de dar un paso de estas características, por lo que conlleva de renuncia personal. El cuarto, a las innumerables felicitaciones recibidas, entre las que destacó a María Dolores de Cospedal, Juan Ignacio Zoido, Fátima Báñez, Ana Pastor, Antonio Sanz o Javier Arenas. Y, el quinto, a su partido: “Es el que me ha permitido ser lo que hoy soy”.
José Enrique Fernández de Moya arremetió contra quienes, aseguró, no le perdonarán haber sido el alcalde más votado de la democracia en la capital. Se refirió, evidentemente, a los socialistas, aunque hay uno que salvó de la crítica, Felipe López, a quien agradeció el tono de su respuesta.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, natural de Cambil, es consciente de que, en la nueva legislatura, el Gobierno del PP no goza de mayoría suficiente y tendrá que contar con el concurso de los grupos parlamentarios para aplicar su política fiscal, en la que por el momento no se contemplan subidas de impuestos, más allá de la prometida reforma del Impuesto sobre Sociedades para ensanchar las bases imponibles.
De la Secretaría de Estado de Hacienda dependerán todos los instrumentos financieros puestos a disposición de las regiones en la legislatura pasada, como el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) o el Plan de Pago a Proveedores, así como la negociación de la parte económica del nuevo sistema de financiación autonómica. José Enrique Fernández de Moya presidirá también la Agencia Tributaria, tal y como confirmó a este periódico tras la rueda de prensa.
El también presidente de los populares jiennenses, que continuará como tal por mandamiento de la dirección nacional, prometió mano tendida a las comunidades y a los ayuntamientos y avanzó que trabajará con tres objetivos: “Crecimiento, generación de empleo y diálogo”. Subrayó que desde Madrid defenderá los intereses de su tierra y demostrará una sensibilidad especial con las instituciones que atraviesan especiales dificultades, como el Ayuntamiento que dirigió durante cuatro años. Esa es su hoja de ruta.
Las reacciones al nombramiento de José Enrique Fernández de Moya como secretario de Estado de Hacienda y Función Pública son muchas y variadas. Las más duras, las que llegan desde la oposición, se transforman en retos adheridos al cargo o asignaturas pendientes que deberá de abordar el jiennense desde Madrid. Una de ellas es el sistema de financiación autonómica, proyecto sobre el que tendió la mano a Andalucía, no sin antes recordar que la iniciativa fue impulsada por José Luis Rodríguez Zapatero.
relevo. El actual portavoz del PP en el Ayuntamiento de Baeza, Javier Calvente, compatibilizará sus responsabilidades municipales y orgánicas con el cargo de diputado en el Congreso. Sustituye a Fernández de Moya, que deja su escaño.
cargo orgánico. Profesor titular de Derecho Financiero de la Universidad de Jaén, empezó su andadura en lo orgánico como secretario provincial del partido entre los años 1996 y 2000. Fue el verdadero despegue político, cuatro años intensos en los que dejó ver su valía en esto de lo público. Significó la antesala del cargo que ocupa todavía hoy, el de presidente, que se presume que tendrá que abandonar en el próximo congreso, que se celebrará pasada la primavera.
Nuevas generaciones. Tenía tan solo 22 años cuando se afilió al Partido Popular. Empezó en Nuevas Generaciones, un movimiento que llegó a presidir entre 1994 y 1995. Fue una escuela para él y la verdadera prueba de fuego de su “amor” por el partido que preside.
capital. José Enrique Fernández de Moya podrá siempre presumir de haber sido el alcalde más votado de la historia de la democracia en Jaén. Dirigió el Ayuntamiento entre 2011 y 2015, aunque en las últimas elecciones municipales perdió la mayoría absoluta. Soltó el bastón de mando para dar el salto al Congreso de los Diputados en las pasadas generales. Eso sí, en su haber también llevará el peso de haber sido alcalde de uno de los ayuntamientos más endeudados de España.
diputado. José Enrique Fernández de Moya dejó la Alcaldía para marcharse al Congreso de los Diputados, donde, además de tener su escaño, es portavoz de la Comisión de Hacienda y Administraciones Públicas. Varias han sido sus intervenciones en “tribuna”.
salto a Andalucía. Sus responsabilidades orgánicas no solo se quedaron en la presidencia provincial, sino que también dio el salto a la dirección andaluza. Fue vicesecretario regional entre 2002 y 2015. También fue diputado en el Parlamento y senador.