Los toreros sacan a sus niños
Los diestros de Jaén defienden a la Fiesta y a Paquirri con fotos en tentaderos con hijos y familiares






Rabia e indignación son buenos adjetivos calificativos para definir lo que sienten los toreros de Jaén tras ver, escuchar y leer todo lo que se dice de Francisco Rivera Ordóñez “Paquirri” después de que publicara una foto en su perfil de Twitter en la que daba un derechazo a una becerra en un tentadero con su hija en los brazos. Por eso, lo de quedarse quietos lo dejarán para la plaza porque la temporada está cerca y ahora “echan la pierna para adelante” para defender a su compañero y, sobre todo, a la profesión.
Y si a Paquirri le está cayendo una “tormenta” por esa foto, ellos lo apoyan mostrando en Diario JAÉN fotografías haciendo lo mismo con sus hijos, sobrinos o ahijados —todas las imágenes las han cedido los profesionales de la Fiesta— porque tienen claro que no se busca proteger a la niña de Paquirri, ya que afirman que quien mejor la cuida es su padre, sino que supone un ataque más al toreo y, sobre todo, a la profesión que aman por la que están dispuestos a morir.
El diestro linarense Paco Bautista era amigo personal de Francisco Rivera “Paquirri” —padre de Rivera Ordóñez—: “Lo que hizo no es más que lo que su padre hacía con ellos. He visto a Paquirri con sus hijos en brazos en tentaderos. De hecho, yo también he toreado con mis dos hijos en los brazos y, también, al alimón y nunca ha pasado nada”. Asimismo, continúa: “Cuando vi ayer la fotografía, no me sorprendió nada. ¿Qué pasa con los niños que corren en las motos, con los que bajan por las pistas de esquí o a los que suben encima de esos castillos humanos? No quieren proteger al toreo, sino atacarnos a nosotros”.
Este torero, que hoy ya tiene 70 años y está entre los veteranos de la provincia, también tiene una anécdota determinante. “La primera vez que toreó Curro Díaz, lo hizo en mis brazos. Fue en la fiesta de la Primera Comunión de mi hijo José Manuel. Curro Díaz tenía 3 años y echamos una becerrita. Yo lo cogí en brazos mientras que la toreaba”, cuenta Paco Bautista. Y concluye: “A los niños que hay que proteger son a los que no tienen para comer, que, por desgracia, hay muchos. Cuando un torero coge a un niño en los brazos, no existe peligro”. El diestro de Cortijos Nuevos, Alberto Lamelas, se mostraba indignado con todo lo que ha ocurrido después de la publicación de la fotografía. “Parece que los toreros somos demonios o el epicentro del mal. Yo he tenido a niños en mis brazos de familiares o amigos en un tentadero, pero nunca me he hecho fotos. Cuando los tomas, no existe peligro. Se nos ataca por nuestra profesión y ya está. Y dicen que es peligroso porque existe mucho desconocimiento y una tremenda tontería”, concluye Alberto Lamelas.
“Ni caso”. José García “El Doctor” se muestra rotundo. “Hace un tiempo, yo cogí a mi niño cuando era un bebé y me puse delante de un becerro pequeñito. Me lo dio su madre en los brazos y le di un pase de pecho —tal y como se muestra en la fotografía de la página 3—. ¿Con lo que quieres a tu hijo, crees que lo vas a exponer a un peligro? El animal, tropezándose, ni me hubiera movido la pierna”, afirma este torero de Úbeda. Asimismo, continúa: “Me hicieron una foto, la puse en las redes sociales y no me hicieron ni caso. En cambio, el lío con la de Paquirri, que es un buen amigo mío, es tremendo. Entonces, ¿qué buscan? ¿Protegen a los niños o es una oportunidad para arruinarle la vida a un torero? Si lo haces es porque eres capaz de dominar la situación, el engaño y el animal y, aún así, en caso de imprevisto, no pasaría absolutamente nada. Los toreros somos personas serias y muy profesionales”.
El matador de toros linarense Curro Martínez se muestra rotundo: “Cogí a mi hijo Cayetano en los brazos para darle unos muletazos a una becerra. En la fotografía se ve bien su cara —en la página 2—, mi niño no tiene miedo. Sabe que no le pasará nada y solo expresa felicidad”. El torero continúa: “Cuando coges a un pequeño, sabes que la vaca está cansada, que tiene poca fuerza o que pasará siempre por la muleta. Si fuera peligro, no lo haría”. Además, se pregunta: “¿Qué pasa con los niños que van en moto con su padre por la ciudad? ¿Ahí no existe peligro? Esto no es más que una nueva ofensiva para desprestigiar nuestra profesión de personas que quieren destruir la tauromaquia”.
José Carlos Venegas dice que le encanta coger a niños en sus brazos en los tentaderos. “Le di unos muletazos a una vaca con mi sobrino —Francisco José Romero Venegas— en brazos y fue el más feliz del mundo. Estuvo un mes contándoselo a la maestra y a los niños del colegio”, narra. “En definitiva, ellos son capaces de experimentar la sensación que tenemos los toreros al ver al animal tan cerca. De todos modos, tú ves si el niño quiere salir o no y siempre buscas que la vaca no sea grande y que tenga muy buenas condiciones porque así no hay peligro”, concluye el torero de Beas de Segura. Enrique Martínez “Chapurra” se muestra muy claro: “No son más que tonterías dentro de una campaña orquestada para hacernos daño. Todo lo que hacemos es malo, pese a que el toreo siempre está al lado de las causas justas y solidarias. Yo no tengo niños, pero sí que he cogido a algunos de mis amigos y se hace cuando tienes la seguridad de que no ocurrirá absolutamente nada”.
También este torero iliturgitano manifiesta: “Solo buscan hacernos daño, por lo que nosotros tenemos que reaccionar. Nunca he oído que a un niño le haya pasado nada en brazos de un torero. En cambio, sí que escucho sucesos con pequeños en muchas otras circunstancias”. Adrián de Torres apela a los conocimientos y el oficio: “Somos profesionales. Con un toro, por muy bueno que sea, no pones delante a un niño. Pero delante de una becerra, el torero controla y, aún con imprevisto, no ocurre nada. Yo no tengo niños, pero sí he cogido a los de algunos amigos”. Este torero de Linares concluye: “Parece que está bien claro que hay gente que espera cualquier cosa para ponerse a criticar a los toreros”.
Gran Repercusión. Joselito Rus es el director de la Escuela Taurina de Jaén y, además, banderillero de Cayetano —hermano de Rivera Ordóñez “Paquirri”—: “Todo lo que hacen estos dos hermanos tiene una enorme repercusión. Tienen el foco de las cámaras siempre encima y existen personas que aprovechan cualquier cosa para hacerles daño o utilizarlos a ellos como arma contra la profesión”. El torero jiennense continúa: “Yo nunca he toreado con mis hijos en los brazos porque ellos no han querido y tampoco se ha dado la oportunidad, pero somos profesionales y sabemos cuándo se puede hacer. ¿Qué pasa con los niños que vuelan a toda velocidad con esas motos?”, se pregunta. Asimismo, como director de la Escuela y formador de futuro toreros señala: “Antes de que un niño se ponga delante de un animal, hay que ver que se adapte a su edad y conocimientos. No hay años concretos”.