Los pechos, la operación plástica más “deseada” de las jiennenses
El 80 por ciento de las intervenciones estéticas se practica en mujeres

Eliminar la grasa y el exceso de piel de la zona de las ingles (dermolipectomía inguinal), adecuar el tamaño de sus orejas para darles un aspecto “más agradable” (otoplastia), “renovar” la mirada con una cirugía de párpados (blefaroplastia), modificar la forma de la nariz (rinoplastia), extraer la grasa y modelar la zona del abdomen, la cara interna de los muslos, el rostro, el cuello, la espalda o las nalgas (liposucción), implantar silicona o inyectar la grasa recolectada de otras partes del cuerpo para aumentar el volumen de los glúteos, elevar las mamas caídas (mastopexia) y mejorar su forma son algunas de las especialidades en las que trabaja la cirugía estética y plástica. Pero, sin duda, la práctica quirúrgica de embellecimiento que se lleva la palma entre las mujeres de 20 a 30 años de Jaén es el aumento de pecho. “El 70 por ciento de las consultas de cirugía estética en mujeres es para dar más volumen a las mamas, ya que las pacientes no se sienten satisfechas con su tamaño natural y quieren lograr mayor armonía en su figura”, apunta la médica especialista en cirugía estética y plástica Raquel Pérez Fernández que trabaja, desde 2012, en la Clínica Ciudad de Jaén.
“Estoy muy contenta, sobre todo cuando me veo. Mis pechos, en vez de ser más redonditos, tenían forma de pico. El día de la operación estaba muy nerviosa y estuve cuatro días con molestias, pero se olvida todo cuando ves que el resultado es el que quieres”, explica la jiennense Natalia Jiménez, de 21 años, que aprovechó su cita en el quirófano, “en un hospital privado de Granada”, para cambiar, además de la forma, el volumen de sus senos. Pasó de una talla 85 a una 105. “Mi amiga Elena, al ver cómo había quedado y para quitarse el complejo de casi no tener pecho, se animó a pasar por el quirófano hace apenas 5 meses”, cuenta Jiménez.
“El 80 por ciento de los pacientes son mujeres de entre 20 y 50 años. A partir de los 40 la cirugía que piden es para elevar las mamas caídas”, apunta la doctora Pérez, miembro de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre). “Los hombres, que cada vez son más, representan el 20 por ciento de los usuarios. Los pacientes jóvenes demandan otoplastias y rinoplastias y los mayores, blefaroplastias y algunos ‘liftings’”, explica la facultativa.
Menores. “Los menores de edad, para ser operados de cirugía plástica en la sanidad pública, además de cumplir una serie de requisitos y asumir el tiempo de ‘lista de espera’ deben contar con el consentimiento de los padres y con un informe psicológico favorable para la intervención”, apunta la cirujana y médico adjunto del Servicio de Cirugía Plástica del Hospital de las Nieves de Granada, que señala: “En mi actividad privada, por cuestiones éticas, nunca operaré a un menor de edad”.
“Los informes en los que participé para 2 jiennenses, de 12 y 7 años, fueron para una operación de rinoplastia y para otra de otoplastia, lo que se conoce comúnmente como orejas de ‘soplillo”, explica el psicólogo Abel García. “En los menores, la personalidad no está formada, es aconsejable la opinión experta del médico y la responsable, de los padres. El papel del psicólogo, aquí, determina si el pequeño sufre un conflicto emocional por las anomalías estéticas, que en estos 2 casos les provocaron tristeza, retraimiento social, malestar e inquietud”, señala García.

El coste de las intervenciones de cirugía estética es elevado para hacer frente al desembolso económico en el acto y, además, no suele estar cubierto por la Seguridad Social ni por las pólizas de salud. Pero algunas clínicas privadas, previa realización de un estudio de solvencia de las cuentas del paciente en las que se pide, incluso, la declaración de la Renta, ofrecen la posibilidad de financiar, en cómodos plazos, los procedimientos para “estar más guapo eternamente”. Inyecciones de vitaminas en el rostro, de ácido hialurónico y de plasma rico en plaquetas, en el que se centrifuga la sangre del paciente y se extraen las plaquetas para, posteriormente, infiltrarlas en la cara, persiguen hidratar, rellenar y dar luminosidad por “tan solo” trecientos cincuenta euros por sesión, tantas veces como prescriba el facultativo. Aunque si los “defectos” estéticos derivan de un problema de salud, el papel del cirujano plástico, en la Sanidad Pública, pasa a ser el de reconstructor. “Se realizan reducciones de mamas, pero si estas son gigantes y ocasionan, por ejemplo, dolores de espalda”, apunta la médica cirujana Raquel Pérez.

“Cuando el paciente decida someterse a un tratamiento estético quirúrgico médico, lo primero que debe hacer es informarse sobre el profesional que le va a atender y comprobar que el cirujano en cuestión está acreditado y avalado por la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre)”, afirma la médica especialista en cirugía estética y plástica, Raquel Pérez. “En la estética no solo estamos muy cerca de lo médico sino de lo más frívolo de nuestra especialidad”, subraya la granadina. La especialista aconseja, sin reparo, a quienes se animen a mejorar su aspecto a través de estas técnicas quirúrgicas a no guiar su decisión solo por criterios de precio o expectativas de resultados: “Los denominados ‘intrusos’ en esta especialidad médica tienen una visión muy comercial de la cirugía estética y venden resultados que, después, no se corresponden con la realidad”. Según la Secpre, existen en España “unos nueve mil médicos que hacen intervenciones de cirugía estética y plástica sin haber cursado la especialidad”. “Ante las negligencias médicas que cometen estos ‘intrusos’, quien repara las consecuencias somos los cirujanos. Cada facultativo debe tratar y trabajar en aquello en lo que es especialista”, opina Pérez, y recalca: “Cualquier procedimiento médico quirúrgico de tipo estético o reconstructor debe ser realizado por un cirujano plástico especialista que se haya formado en el sistema médico de internos residentes”.

“Nuestra experiencia personal en Jaén nos dice que la mayor demanda se produce sobre problemas de estética facial que se tratan con rellenos de arrugas, la flacidez cutánea mediante implantes de hilos o el tratamiento de las arrugas de expresión con toxina bucolítica”, explica el presidente de la Asociación de Médicos Estéticos Colegiados del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Jaén Olibell, José Aznarez Adelantado, que también pertenece a la Sociedad Española de Médicos Estéticos (SEME) y que, según las últimas cifras que manejan, afirman que un 23 por ciento de la población ha recibido algún tratamiento médico estético y que, además, el 60 por ciento de los usuarios que se realizó, por primera vez, un procedimiento de este tipo recurrió de nuevo a él. “En las fechas previas a los periodos vacacionales suele haber un determinado incremento de la demanda de esta medicina, pero al no tratarse de un bien de primera necesidad este sector se ha visto muy afectado por la crisis económica.” Todavía, para el facultativo, que ejerce en la capital de la provincia, la medicina y cirugía estética viene precedida de un cierto halo de “medicina de segunda división”, como de un cierto tabú o secretismo por parte de sus usuarios, “sobre todo en ciudades pequeñas o que han accedido más tarde al conocimiento de esta medicina. Desde la asociación creemos que es necesaria la desmitificación de esta disciplina médica”, señala el especialista.