invitados preguntan
Hablaba de Solchaga. ¿Cree usted que ha sido buen negocio para España la entrada en el Mercado Común europeo?
Freixenet es un caso. 40 millones de botellas en Alemania, 7 millones en Francia, debe haber 10 millones en Inglaterra, y así podríamos seguir. Si no hubiéramos entrado, ¿Freixenet seguiría en esto? Seguro que no. Por tanto, está clarísimo. El Brexit, ¿sería un desastre para España? Sí. ¿Para Europa? También. ¿Para Inglaterra? Más.
¿Qué consejos, como empresario de éxito, daría a los jóvenes emprendedores?
Las 3 “t”: talento, trabajo y tenacidad. Y, evidentemente, pues esa especie de decálogo final que he dicho. Hay que tener sentido de la misión, coraje, poner alma en las cosas. La base existe tanto en el factor humano, que ahora está un poco distraído, pero que es bueno, como en el factor tecnológico. Capacidad comercial cuando se ejerce, que no es muchas veces.
¿Qué porcentaje de éxito ha significado en su empresa la publicidad?
Muy importante. Ha sido la manera de adquirir notoriedad en el mercado español, primero, y luego en muchos mercados. En este momento, Freixenet se ha ganado ser una marca de renombre universal. Tú vas a Alemania y es una de las marcas españolas más conocidas. Vas a Francia y ya es la segunda marca, no champán, de vinos espumosos. Vas a Inglaterra y tiene posición, y en EE UU igual. Pero ahora voy a hacer el contrapunto. Eso es así y somos muy afortunados, pero no somos nada. Vas a Alemania, donde somos líderes, te paseas por los hipermercados y somos poca cosa. El recorrido es inmenso. Para nosotros por supuesto; para el que no vende nada, todavía más.
¿Cuáles son las tres directrices principales de la política comercial actual de Freixenet?
Freixenet tiene la ambición de la posición de privilegio que ya ocupa en el mundo. Pero somos poca cosas y, por tanto, eso hay que multiplicarlo. Las posibilidades son enormes. En España entramos en el consumo de cava, que es muy bajo, en el momento en que empieza el desarrollo y empiezan aumentar las rentas per cápita. También he explicado que en el mundo, el gran salto fue cuando en Europa la renta per cápita se disparó, en los 50. Pero, si esto es así, ¿qué está pasando en el mundo? Están entrando centenares de millones de personas en el mundo a rentas per cápita mínimamente decentes, entran en las clases medias. España lo ha vivido. Lo que nos ha pasado a nosotros está pasando ahora en muchos países de Iberoamérica, en buena parte de China... Por tanto, ¿posibilidades de mercado? Hacia el futuro, extraordinarias.
¿Qué sistema de cobros se utiliza habitualmente en el comercio exterior?
En el caso nuestro, está ya tan consolidado que normalmente son transferencias o envío de talones. Antiguamente era más complicado, pero al consolidarte llega un momento en que es lo mismo cobrar al alemán que al tendero de la esquina.
¿Cómo implementar el modelo de marca internacional del grupo Freixenet en un hábitat olivarero jiennense liderado por cooperativas locales, donde prima el granel a la venta con valor, salvo excepciones como empresas familiares como Castillo de Canena?
Hay un modelo, que es el de Rosa Vañó. Es muy buen modelo. A mi juicio, mejor si esto va acompañado con marcas de no tan alto nivel. Lo que hace está muy bien y hay que perseverar por ahí, pero lo que hay que hacer es erradicar los graneles. Marcas y redes comerciales por el mundo, y verán ustedes como esto prospera.
De una zona pequeña como el Penedés, ¿cree usted que es exportable su modelo de éxito a una provincia con millones de olivos como Jaén?
Dirán, sí, pero esto requiere mucho tiempo... Sí, requiere tiempo y mucho esfuerzo, pero es posible. La potencia de muchos productores de esta zona es suficiente para que se lo planteen. Algunos ya lo están haciendo, pero deberían ser más.
¿Qué consejo da a las aceiteras de Jaén en el proceso de creación de la marca?
Pica piedra (risas) y aprovechar lo que está al alcance. El Alimentaria hemos traído a 800 compradores extranjeros de todo el mundo. Entrevistas de 20 minutos, tomas el contacto, preguntas, viajas...
¿Cómo ha afectado a Freixenet el debate Cataluña-España en su negocio?
Poca cosa. Nos ha afectado, pero ha tenido compensaciones. Mentiría si dijese que no nos han hecho boicot, porque yo he dicho lo que pensaba. Ha habido algún boicot, pero ha sido compensado por otros que han hecho lo contrario.
¿Cree que habrá nuevas elecciones en Cataluña?
Esto no lo sabe nadie. Pero que habrá nuevas elecciones en Cataluña yo puedo decir que sí, seguro... algún día.
¿Cree que habrá terceras elecciones en España?
Digo lo mismo. No lo sé, pero sería muy conveniente que se pusieran de acuerdo y plantearan un gobierno estable. Sería mejor. También les digo otra cosa. A principios de año, los periódicos iban llenos de la idea de que la incertidumbre sería nefasta; pues no. Sí les digo que la inversión se ha frenado en algún punto, seguro. Porque cuando uno invierte, y piensa “ya veremos qué pasa...”. Pero en el caso del consumo no. Este país tiene una fortuna increíble: turismo, récord histórico, con 70 millones. Segundo, el consumo local como una moto. ¿Por qué? Porque yo creo que el proceso de apalancamiento se ha desinflado un poco. Lo que nos pasa es que cuando vemos el riesgo inminente, apretamos el cinturón hasta el límite. En cambio, cuando vemos el tema controlable, nos dejamos ir. Esto ha pasado aquí. Por tanto, ningún problema. Si el Gobierno se hiciera y se cronificase el problema, quizás podría afectar. Pero yo soy optimista. Por dos cosas. Una, porque el Gobierno de Rajoy tuvo el acierto de aprobar el presupuesto; si no habría habido mucho más problema. El año 2016 está, en este sentido, ya planteado, cosa que no pasa en Cataluña. En segundo lugar, y mucho más importante, es que los empresarios empiezan a creer en sí mismo, algo necesario para el país. Yo he visto a los empresarios en Alimentaria. Mientras se hablaba de incertidumbre, todos iban a lo suyo. ¿Qué tiene que pasar en el futuro? Tanto si hay gobierno, como si no —mejor que lo haya y que sea estable—, los empresarios deben ir a lo suyo, tomar posición, trabajar. Las instituciones representativas, las Cámaras y compañía, lo que tenemos que hacer es representar y defender al empresario, que al final es la pieza clave del bienestar de la gente. ¿O es que no es así? ¿Es que no ha dado este sistema buen resultado en España? ¿Por qué lo tenemos que cambiar? ¿Qué es esto de que haya antisistema? No lo entiendo.
Usted que se siente catalán y español, ¿cree posible la independencia de Cataluña?
No.
¿Es tan lamentable para España la salida de Gran Bretaña?
No creo que se produzca. Es una opinión y puedo equivocarme. En el caso de que hubiera Brexit, no se produciría ningún hundimiento de nada; sí se produciría un daño, que sería para España, para Europa y sopara Inglaterra.
El ejército de vendedores que comentaba, ¿son asalariados del grupo o, en cambio, utilizaron distribuidoras locales en cada provincia?
Era un ejército regular dentro de Freixenet que indudablemente apoyaba donde había distribuidores. En algunos sitios había distribución directa y en muchos no. Los distribuidores siguieron, pero los vendedores vendían.
En la época que vivimos de tecnología e innovación, y de redes sociales, ¿cómo se consigue innovar en el sector del vino?
La innovación siempre es posible, no se acaba nunca. La capacidad de imaginar, la capacidad de afrontar el futuro. Hablando ayer con Antonio le dije que estaba en una conferencia muy interesante de Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica. Era un congreso de directivos, Cede, que tiene una web y publican las conferencias. Si tienen oportunidad, miren esa conferencia porque plantea el futuro de una manera clarísima, desde la perspectiva de las nuevas tecnologías, es decir, más allá de internet.
¿Qué papel pueden jugar los medios de comunicación en la vertebración empresarial de un territorio?
Absoluta. Los medios de comunicación son importantísimos. Lamentablemente, no siempre han defendido lo que es bueno para la gente. Diario JAÉN, por ejemplo, para Jaén es importantísimo. Está clarísimo que insuflan espíritu. Lo que hay que hacer es aclarar las ideas. Para mí eso es la defensa de los fundamentos que han permitido el progreso en España en los últimos 40 años, y que son Constitución del 78, que se puede reformar, pero hay cosas que no; democracia, Estado de derecho, Estado de bienestar, economía social de mercado con la empresa como protagonista, porque de ello depende el bienestar de la gente; esto y Unión Europea. Eso son líneas rojas.
¿Por qué se triplican los precios de los vinos y los cavas en los restaurantes en relación con los vinos y los almacenes?
No todo el mundo lo hace. Sí que hay una especie de regla general, que no es beneficiosa para el consumo, pero es legítimo. Cada uno hace lo que le parece. Personalmente, entiendo que una cosa más asequible permite vender más.
¿Qué incidencia ha tenido en el crecimiento de su empresa y en su proceso de internacionalización la apuesta por el mecenazgo cultural el Museo de Nueva York, la Escuela Superior de Música Reina Sofía, Orquesta Freixenet? Agradecimiento porque dos jiennenses, por ejemplo, estudian en una escuela de alto nivel.
Pues no lo sé... Pero estamos muy contentos con ello. Es muy satisfactorio ir a escuchar un concierto de la Orquesta Freixenet. Son chavales que, gracias a eso, tienen un futuro importantísimo en algo bueno para la gente. Por tanto, eso es bueno. No es la publicidad más importante que hacemos, pero sí considerable. Y lo que podamos, seguiremos.