Los claveles de El Abuelo, todo un tesoro para los fieles

Terminó la madrugada y Jesús regresó a su Camarín, pero centenares de devotos todavía tuvieron una cita más con El Abuelo y su Madre. Era el momento de repartir los claveles que, durante horas, adornaron los tronos en la procesión oficial. La Antigua, Insigne y Real Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores cumplió, un año más, con la tradición y, desde las diez de la mañana, se hicieron colas para conseguir tan “preciado tesoro”. Una flor que, ahora y durante días, estará en el mejor lugar de cada casa.

La vocal de Caridad, Anastasia Munuera, recuerda que esta tradición viene de antiguo. “Lo recuerdo de siempre”, indica, y resalta que, durante más de tres horas, vecinos de la capital, sobre todo, pero también llegados de otros municipios, se acercaron hasta el templo para recoger su flor. “Se han repartido casi todos. Habrán quedado, si acaso, diez o doce”, manifiesta Munuera. Como subraya, es un acto emotivo y muy concurrido, puesto que, por momentos, la cola salía del santuario y llegaba a la calle. “Es algo impresionante. Todo ha ido muy bien”, indica. También desde la Vocalía de Caridad se ofrecieron a quienes quisieron una estampa del Señor, la misma que, durante la procesión de la Madrugada del Viernes Santo, se repartió por las calles de Jaén.

El acto de los claveles es totalmente gratuito, como subraya Anastasia Munuera, pero hubo muchos vecinos que depositaron sus donativos a la vocalía. Y el reparto de las flores cobra cada año, además, tintes solidarios, puesto que estos adornos que lucieron los pasos llegaron el mismo viernes a otros lugares. Entre ellos, todos los hospitales de la capital, para que los enfermos que no pudieron asistir a su cita con la imagen más venerada lo tuvieran más cerca. “Es algo muy bonito, porque los enfermos nos comentan que lo ven por la tele, tienen devoción y se sienten muy agradecidos por llevarles el clavel”, dice la vocal, que destaca que, este día, son muchos los enfermos que tienen en el pensamiento al Señor de Jaén.

Los mayores tampoco se olvidan de Él y, desde sus casas o en las residencias, guardan en su memoria el desfile más multitudinario. “Poco después de que terminara la procesión nos desplazamos a las residencias de ancianos de la ciudad, como las de Fuente de la Peña y Altos de Jontoya, y también a la de Los Villares”, concluye. Es, en cierto modo, la cita “más íntima” con El Abuelo de Jaén.